El Gobierno español ha empezado a mover por el mundo las vacunas que le sobran. De momento, ha encontrado destino para más de seis millones de dosis. Algunas han sido donadas y, al menos medio millón, revendidas. Sin embargo, a España le siguen sobrando 163 millones de vacunas una vez se inmunice al 100% de la población mayor de 12 años y se inocule la tercera dosis a las personas inmunodeprimidas. Estas vacunas extra han supuesto un importante coste para las arcas del Estado: 2.397 millones de euros, como mínimo.
La desconfianza de los gobiernos europeos en las vacunas de adenovirus aprobadas hasta la fecha (AstraZeneca y Janssen) ha facilitado el aumento en el precio de Pfizer y Moderna. Ambas compañías han aprovechado la falta de competencia para aumentar el coste de sus dosis en los últimos contratos firmados con la Comisión Europea.
La farmacéutica Pfizer, a la que más dosis ha comprado España, encareció sus vacunas un 25% en el último contrato firmado con Europa, pasando cada dosis de costar 15,5 a 19,5 euros. Las 93,96 millones de dosis adquiridas a este laboratorio cuestan 1.832 millones de euros al Estado español.
De esta compra, la mayor parte llegará en 2023 (46 millones de dosis), mientras que para el año que viene hay acordada la llegada de 40 millones. Para entonces, España ya debería haber alcanzado el 100% de inmunizados en mayores de 12 años, por lo que no está todavía claro el destino de estas vacunas. Incluso si se inoculase una tercera dosis a la población en general, seguirían sobrando.
Moderna también encareció sus vacunas en el último contrato, aprovechando la falta de competencia, pasando cada dosis de costar 19 a 21 euros. El Gobierno ha ejecutado la compra de 18,5 millones de dosis de esta vacuna para el próximo año a un precio de 21 euros cada una. Solo esta adquisición supone 388,5 millones de euros.
A estas cifras hay que añadir el coste de las vacunas de AstraZeneca que no hemos utilizado. Cada dosis de AstraZeneca se pagó a 1,78 euros, teniendo esta vacuna el precio más competitivo del mercado y razón por la cual está siendo la principal elección en países del tercer mundo. De las 31 millones de dosis contratadas, España solo ha utilizado diez, ya que limitó su uso a personas de entre 60 y 70 años. Esto implica dejar sin utilizar 21 millones de vacunas a un coste de 37,38 millones de euros.
Finalmente, hay que tener en cuenta las vacunas de Janssen. Se compraron 20 millones de dosis de esta marca a ocho euros cada una. A pesar de que estaba llamada a cambiar el ritmo de vacunación, los problemas en la producción que ha tenido la compañía ha supuesto que en España solo se hayan utilizado dos millones. Ello supone tener sin uso definido 18 millones de vacunas por las que el Gobierno pagó 140 millones de euros.
Novavax y GSK/Sanofi
Si hacemos la cuenta de lo que nos han costado todas estas vacunas la factura alcanza los 2.397 millones de euros. Y eso que, por el momento, no ha trascendido el precio de las dos últimas compras del Gobierno de Pedro Sánchez.
La primera de ellas fue efectuada a las compañías GSK/Sanofi por la vacuna que han desarrollado en colaboración, y supone la adquisición de 500.000 dosis. El Ministerio de Sanidad argumenta que "se trata de estar preparados mientras avanza la evidencia científica en cuestiones como la extensión de la vacunación a poblaciones que no han formado parte de los programas de vacunación hasta el momento (principalmente menores), la duración de la protección conferida por las vacunas autorizadas, o las consecuencias de la aparición de variantes con “mutaciones de escape” sobre la eficacia de las vacunas autorizadas, que pueden seguir representando una amenaza muy grave para la salud pública".
A este monto hay que sumar las 2,2 millones de vacunas que el Gobierno de Sánchez ha comprado a Novavax, y de las cuales más de la mitad (1,5 millones) llegarán el año que viene. Esta vacuna se considera especialmente apta para los países del tercer mundo por su bajo coste y fácil conservación.
Aun se espera que lleguen más vacunas, pues la Comisión Europea firmó acuerdos de adquisición anticipada (APA) con Valneva y CureVac.
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