España

"¡Todos a la valla!": así intentó frenar la Guardia Civil el violento asalto en Melilla

Cerca de un centenar de agentes del instituto armado vivieron el momento más tenso de sus carreras en el violento salto a la valla de Melilla, el más numeroso de la historia. Realizaron un grito de auxilio desesperado que tuvo la colaboración de la Policía Nacional y juntos consiguieron frenar la muchedumbre que intentaba entrar en España.

Pasaban pocos minutos de las nueve y media de la mañana cuando más de dos millares de subsaharianos se amontonaron en la valla de Melilla. Se agruparon en una zona conocida de sobra por la facilidad que existe para saltarla (apenas tardan dos minutos). "¡Todos a la valla¡", fue el grito desesperado de los agentes de la Guardia Civil para pedir ayuda a sus compañeros de la Policía Nacional, según han informado fuentes del Cuerpo a Vozpópuli.

A pesar de la precipitación y la tensión de los acontecimientos ocurridos este miércoles: todo estaba planificado. Uno de los puntos importantes del plan era la incertidumbre generada por la Guerra en Ucrania. Este conflicto bélico quita el foco al resto del panorama internacional.

Siempre pasan por esa zona

En este caso, el numeroso grupo, formado por 2.500 inmigrantes, pasó la noche en el Monte Gurugú (Marruecos). Se escondieron en una zona con bosque donde no podían ser avistados. A lo largo de la madrugada intentaron en varias ocasiones saltar la valla. Todo era una medida de distracción, según fuentes consultadas por Vozpópuli. También realizaron estas acometidas para estudiar como actuaban las fuerzas de seguridad.

Ya por la mañana, la policía marroquí se empleó a fondo, como han destacado en todo momento fuentes policiales, pero su esfuerzo no fue suficiente para detener a los migrantes. Los asaltantes habían escogido perfectamente por donde saltar. Es una zona de la valla que mide unos 3,5 kilómetros y que no cuenta con concertinas ni peines invertidos. "Siempre pasan por ahí. Entre el paso de Beni Enzar y el Barrio Chino", destacan estas mismas fuentes. No estaba pensado al azar.

491 inmigrantes consiguieron entrar

Uno de los detalles del asalto que más ha llamado la atención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado es la extremada violencia ejercida por el grupo de migrantes. Estaban provistos con «garfios, palos y tornillería» en los zapatos. Fue tal su agresividad que 25 guardias civiles y dos policías nacionales resultaron heridos. Uno de los agentes del instituto armado recibió una pedrada en la cabeza. Con ese golpe se le rompió el casco.

También necesitaron atención médica 20 inmigrantes. Todos ellos tenían dolencias leves por magulladuras, heridas al saltar la valla o incluso enrojecimiento en los ojos por el gas que fue usado por los policías marroquíes.

Unos 500 migrantes de origen subsahariano han conseguido saltar la valla de Melilla

Gracias al esfuerzo y al trabajo, el dispositivo de Guardia Civil y Policía Nacional consiguió neutralizar en gran parte al grupo "numerosísimo de personas". También colaboró la Policía Local de Melilla que cortó la carretera, según informó la Delegación del Gobierno.

Un total de 491 subsaharianos lo consiguió y ya en territorio español dirigieron sus pasos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). De camino a este lugar se escucharon gritos de ¡Allahu akbar! (Alá es grande), tal como se escucha en los videos que han sido difundidos.

El balance del asalto deja una de las cifras más altas que se han registrado en los últimos años. Solo es comparable con los hechos sucedidos el 28 de mayo de 2014 cuando, en el mismo lugar, entre 1.000 y 2.000 personas intentaron saltar la valla. Finalmente lo consiguieron 470. Una cifra alta pero menor a la de ayer.

Más implicación y medidas del Gobierno

Las asociaciones de guardias civiles han coincidido en criticar la actuación, o "inacción", del Gobierno en este asunto. Es el caso de la Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil) que reclama más efectivos y que se terminen las obras en las vallas.

Un migrante atiende a un compañero, tras saltar la de Melilla

Denuncian que en esta zona, que se encuentra entre el Barrio Chino y el Cementerio, el salto no dura ni «dos minutos de reloj», según relató el portavoz de la asociación Agustín Leal a Vozpópuli.

Leal recuerda que ya en mayo se produjeron varios saltos en la zona y los inmigrantes ilegales aún se encuentran en España intentando robar y acceder a los barcos del puerto. «Es una imagen lamentable de dejadez total en una frontera europea», apuntan.

Asimismo, afirma que, en este caso, los inmigrantes no escapan de un conflicto armado sino que son personas "fornidas" que cuentan con "móviles de última generación".

Instalación de cámaras en la zona

En la misma línea se ha expresado la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que ha expresado su preocupación por un "asalto masivo y de gran violencia". "La determinación y violencia empleada en la frontera por parte de los inmigrantes ratifica una agresividad que aumenta cada vez que intentan acceder a España", dice en un comunicado.

Por ello, consideran que se debe incrementar el número de efectivos en la zona, pues es insuficiente la cifra de 588 agentes del instituto armado en Melilla. También denuncian que el perímetro fronterizo no está vallado en su totalidad, hecho que dificulta el trabajo de los guardias.

"Sería más eficaz si la zona tuviera cámaras detectoras de movimiento para así poder anticiparse a las intrusiones de personas inmigrantes", son otra de sus peticiones.

Por su parte, desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) se ha denunciado "la improvisación y falta de profesionalidad de los que deberían solventar el problema de los asaltos". Consideran que con ello ponen en riesgo la vida tantos de los guardias civiles como de los policías.

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