Un diagrama de seguridad interior, una carta náutica de la región Sáhara-Canarias-Marruecos y otra de las aguas que bañan el norte del archipiélago canario; archivos únicos del último buque emblema de la Armada, el Príncipe de Asturias, que ahora salen a la venta a través de una casa de subastas. Son los últimos vestigios del portaaviones que, en sus 24 años de servicio, participó en la Primera Guerra del Golfo o en las postrimerías del conflicto de Yugoslavia, y que fue escenario de la preparación como alférez del actual Jefe de Estado, Felipe VI. Historia marina que se vende al mejor postor.
La última singladura del Príncipe de Asturias estuvo marcada por las dificultades -entiéndase singladura por sus últimos años de existencia-, antes de que el actual buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I entrase en servicio. La Armada lo dio de baja tras alcanzar los límites de su vida operativo y lo puso a la venta pública. El objetivo distaba de incorporarlo a la fuerza naval de cualquier país, aunque se especuló con que Indonesia, Filipinas o Angola estaban interesados. Hubo quienes trataron de convertirlo en un museo, mientras que desde Hollywood llegaban cantos cinematográficos para usarlo como escenario en producciones audiovisuales.
Por unos motivos y otros, se desestimaron todas esas ideas. El proyecto final se centró en su paso por un desguace bajo estrictos controles, previa retirada de todos los elementos susceptibles de ser reutilizados o que supusieran cualquier tipo de amenaza para la seguridad. Pero no fue sencillo. La caída del precio del acero provocó que las subastas públicas organizadas por la Armada quedaran desiertas, lo que obligó a reducir su precio final en varias ocasiones.
El último adiós del buque
Hasta que en marzo de 2017 se encontró una oferta satisfactoria, a cargo de Surus Inversa, por un precio que rondaba los 2,3 millones de euros. La firma se constituyó en una Unión Temporal de Empresas (UTE) con la turca Leyal Deltas. Entre ambas remolcaron el Príncipe de Asturias a aguas de Turquía y lo sometieron a un "reciclaje verde", retirando todos los elementos contaminantes, procurándoles los debidos tratamientos de residuos, y desmontando las chapas de acero que conformaban el buque. Fue el último adiós del buque emblema de la Armada.
Pero de entre todo el desmontaje se recuperaron algunos elementos que, por simbólicos y sin representar ninguna amenaza de seguridad, se sacaron a subasta pública. Fue la empresa Escrapalia, el canal de Surus Inversa para la venta online, la encargada de la venta. Cientos de objetos que se vendieron al mejor postor como legado del Príncipe de Asturias. Fue en octubre de 2017. Algunos de ellos se donaron a la Base Naval de Rota, donde aún permanecen expuestos.
Y ahora, cinco años después, unos pocos archivos del buque vuelven a la subasta a través de la misma plataforma: un diagrama de seguridad interior plastificado del portaaviones, donde se detallan los sistemas de ventilación y aire acondicionado, recirculación y tubos de mensajes del buque; una carta náutica "de grandes dimensiones" de la región comprendida entre Canarias, Marruecos y el Sáhara, fechada en el año 1995; y otra de las aguas que bañan el norte del archipiélago canario, del mismo año. Las subastas se darán por concluidas a lo largo de la semana próxima.
Más elementos militares en subasta
No es el único elemento militar a subasta a cargo de Escrapalia. En su catálogo también se encuentra instrumentación de un BMR del Ejército de Tierra, el icónico vehículo blindado que las Fuerzas Armadas han desplegado en las últimas décadas en zona de operaciones, desde Irak a Afganistán, pasando por Bosnia.
El Ejército de Tierra ya trabaja en su sustitución por el 8x8, el blindado en fase de desarrollo en torno al que se articulan los principales planes de futuro del cuerpo militar. Está previsto que su incorporación -se han encargado cerca de un millar a un grupo de empresas nacionales que trabajan de forma coordinada- suponga la progresiva retirada de los BMR.
En el año 2015, Escrapalia gestionó la subasta de una treintena de vehículos BMR; material que por antigüedad o averías ya se consideraba obsoleto y que el Ejército de Tierra quería dar de baja en su stock.
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