España

La versión española de 'Mi reno de peluche': el hombre que acosó durante un año a su vecina

La Audiencia Provincial de Baleares desestimó el recurso de un hombre condenado por acosar a su vecina y tendrá que pagar una indemnización de 5.000 euros por daños morales

"Admirando a mi vecina". Este era el nombre de la página de Facebook que un acosador creó para publicar relatos imaginarios sobre su vecina. Es un capítulo más de una historia de asedio que recuerda por momentos a la conocida serie de Netflix de 'Mi reno de peluche'. Casi un año estuvo la víctima sufriendo episodios perturbadores, algunos con tintes sexuales, hasta que la justicia le ha dado la razón. Este hombre ha sido condenado a un año de prisión y a pagar 5.000 euros por daños morales a esta mujer. Tiene una orden de alejamiento de 50 metros que, a día de hoy, sigue incumpliendo.

El calvario de esta mujer comenzó a principios de 2022 en Palma de Mallorca. Las conversaciones banales con un vecino del complejo, que estaba casado y tenía una hija, donde residía dieron paso a una historia de obsesión. Unas charlas cotidianas que se llevaban a cabo en las zonas comunes de la urbanización como el garaje o el rellano.

Los mensajes de WhatsApp

El giro de los acontecimientos llegó poco tiempo después. Esta mujer recibió varios mensajes de una falsa compañera de trabajo de su vecino. Le confesaba el amor que sentía este hombre hacia su vecina. Con educación le cortó diciendo que no estaba interesada. La perturbadora verdad es que esta mujer era otra treta de su acosador.

Después de este primer rechazo, la víctima, tal como confesó en el programa 'Mañaneros', comenzó a recibir peticiones de su vecino: ayuda con la bombona del butano o para realizar tareas del hogar. Unas excusas para acercarse de nuevo a esta mujer, que ella también declinaba de forma cortés.

Un mes después del comienzo de todo, en febrero, el acosador decidió dar un paso más y le enviaba mensajes por WhatsApp quitándose la careta y revelando sus intenciones de amor. De esta forma llegó el segundo rechazo.

Esta mujer de Palma de Mallorca tuvo dos meses de tranquilidad hasta que sufrió uno de los peores episodios que se podía imaginar. Estaba en la cochera del edificio, paseando a su gato, cuando se encontró a este individuo que iba acompañado de su hija.

La menor se acercó a tocar a la mascota cuando observó que el vecino, que se había alejado, estaba masturbándose. Esa fue la gota que colmó el vaso y decidió de forma tajante cortar cualquier conversación con este hombre.

Una perturbadora cuenta de Facebook

No contento con ello, después de las vacaciones, en septiembre, la mujer comenzó a recibir mensajes por Facebook de una cuenta falsa de un tal 'Frank'. Este era el pseudónimo de su vecino. Al mes siguiente creó otra cuenta en la misma red social con el título perturbador de "Admirando a mi vecina".

En esta página de Facebook, el hombre publicaba historias ficticias que había vivido con esta mujer. Presa del miedo pero con valentía decidió denunciar la situación de acoso que estaba viviendo. Meses después este hombre, al que su obsesión le costó el divorcio, fue condenado aunque recurrió la sentencia.

Fotograma de 'Mi reno de peluche'

La Audiencia Provincial de Baleares desestimó el recurso de este hombre y confirmó en su totalidad el fallo del Juzgado de lo Penal 4 de Palma que le impuso un año de prisión y una indemnización de 5.000 euros por daños morales. Los hechos probados de la sentencia de instancia reproducen que el acusado, desde principios de 2022, buscó la "la cercanía física, el contacto verbal, visual y sexual" con la demandante aprovechando que ambos residían en el mismo edificio.

La mujer sufre desde entonces un trastorno ansioso-depresivo reactivo y recibe tratamiento farmacológico para la ansiedad y el insomnio. El tribunal coincide con la magistrada de instancia en que la declaración de la víctima es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia. "Nos encontramos ante un testimonio preciso, coherente y persistente, en el cual, la denunciante va describiendo el conjunto de episodios acaecidos", señalaron.

El temor de la vecina

Por otra parte, los magistrados avalan la conducta de acoso del acusado, puesto que los actos relatados en los hechos probados, por su reiteración y por su propia naturaleza, "tienen la gravedad suficiente para atentar contra la libertad de la denunciante y crearle un estado de desesperación y desasosiego". "No solo le envía mensajes, sino que le dedica comentarios en las redes sociales, soeces, malsonantes, cosificadores, perfectamente susceptibles para crear intranquilidad en la víctima, teniendo en cuenta la reiteración en la conducta y la cercanía física derivada de la vecindad", concluye el tribunal.

La victoria judicial de esta vecina es agridulce. El hombre, que ya no vive en su urbanización, tiene una orden de alejamiento de 50 metros. Sin embargo, ya le han comunicado que merodea la zona. No obstante, la Policía está atenta por si en algún momento tiene que intervenir.

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