Nuria Calero sufrió abusos sexuales de su padre cuando era una niña, una experiencia que revivió al saber que su hija fue víctima de su padrastro y que la hizo sentir culpable por no haber detectado "un segundo monstruo, igual o peor que el anterior", según relata para una campaña contra esta lacra. Este testimonio de vida y el de otras dos víctimas de abusos sexuales se recogen en unos vídeos que este viernes ha presentado en rueda de prensa en Barcelona la Fundación Vicki Bernadet.
Con los vídeos, realizados por Ogilvy Barcelona de forma altruista, se apuesta por dar visibilidad a esta lacra y ceder la voz a personas que forman parte de las estadísticas y que narran por primera vez en voz alta sus duras vivencias de abusos sexuales durante la infancia. "Me siento culpable por pensar que, como ya me había encontrado con un monstruo, tenía que centrar toda mi atención y preocupación en proteger a mi hija de él. Nunca imaginé que fuera posible hallar un segundo monstruo, igual o peor que el anterior", explica Calero en el vídeo.
En la grabación, la víctima de abusos en su infancia relata, leyendo una carta en medio de una nave industrial en total soledad, cómo fue su experiencia, qué sintió y cómo logró contar lo sucedido, cosa que sucede, generalmente, muchos años después de padecer los abusos y ya en la edad adulta. Otro de los protagonistas de la campaña es Carles Castells, que padeció abusos a los 10 años pero no consiguió contarlo hasta los 47 años.
"Muchos creéis que la mayoría de los abusos sexuales infantiles se viven lejos de casa, por monstruos desconocidos que podemos llegar a controlar. Pero la realidad es que la mayoría de los abusos se cometen en el entorno de confianza del niño o la niña, por familiares y referentes, un dato escalofriante que, personalmente, me preocupa y que me viene a la mente cada vez que escucho eso de: 'en mi casa no pasará'", ha narrado. Igual que Nuria y Carles, Mercè Pàmies sufrió abusos sexuales cuando era menor y en su testimonio rememora el cambio de carácter que experimentó a raíz de esta traumática experiencia.
"Yo era una niña alegre y cambié de repente"
Hasta el primer abuso, "yo era una niña alegre y cambié de repente. Después de sufrir el abuso me sentía desconcertada, atrapada, triste, sucia, sola... y lloraba mucho, en silencio. Crecí con miedo. Me sentía vieja, fuera de lugar, examinada, tonta... Todo parecía tan normal y no lo era. Y frente a esta situación, la ignorancia absoluta de los hechos por parte de las personas que cuidaban de mí", dice en el vídeo. Vicki Bernadet ha valorado mucho los tres testimonios reales que aparecen en la campaña de su fundación, que ha considerado un "gesto de generosidad y valentía, pocas veces reconocido y valorado por todo lo que representa".
Romper el silencio colectivo "es necesario, pero no menos necesario es recordar y reconocer que es un proceso complejo para cualquier víctima", ha considerado hoy.
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