Casi tres años de calvario judicial han terminado este viernes con el Tribunal Supremo dando la razón a la joven víctima de la manada de San Fermín: fue violación y no abuso sexual como habían dicho los jueces navarros. Cuando su abogado la ha llamado para contárselo nada más conocerse el fallo del alto tribunal, ella “se ha emocionado”, según relatan a Vozpópuli fuentes de su entorno.
Con apenas 18 años de edad fue violada en grupo en un portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona durante la primera noche de las fiestas de San Fermín. Los cinco sevillanos -que ya han sido detenidos para cumplir su condena firme- la grabaron, se jactaron de ello ante la cámara y uno de ellos le robó el móvil antes de irse. Se excusaron diciendo que ella había disfrutado e investigaron en su vida privada hasta encontrar fotos de ella de fiesta para poner en duda lo que los psicólogos diagnosticaron como estrés postraumático.
Ellos le acusaron a ella de haberles destrozado la vida. Circularon imágenes de la violación para poner en duda su versión. Desde foros de internet aprovecharon un error del Tribunal Superior de Justicia de Navarra a la hora de difundir su sentencia a los medios para hurgar de nuevo en su vida privada y publicar su rostro. Aquella primera resolución contenía el voto particular de un juez que defendía la absolución de los acusados y describía como un “ambiente de jolgorio” lo que ahora sus compañeros de profesión consideran una violación.
Una pareja se la encontró llorando en un banco la madrugada del 7 de julio de 2016. Tras su primera denuncia ante la Policía Municipal, tuvo que repetir lo que le sucedió en varias ocasiones, ante los investigadores, ante los psicólogos y en el juicio, a sólo unos metros de sus violadores. Cualquier discrepancia entre una declaración y otra la usaron sus acusados para poner en duda su versión. Eso ha sido, a grandes rasgos, estos tres años para la víctima.
De nueve años a 15
Su emoción este viernes al conocer la resolución definitiva del caso es una reacción muy distinta de la que mostró ella y su familia en abril del año pasado cuando se conoció la decisión de la Audiencia Provincial de Navarra. Dejaba en nueve años la condena para los cinco miembros de La Manada por abuso sexual. “Es insuficiente, nos parece muy poco”, dijo entonces el entorno de la joven a este periódico.
Estas mismas fuentes evitan hacer más comentarios sobre la reacción de la joven, al menos de momento, siempre desde la reserva que han mantenido en todo momento para mantener la intimidad de la joven. En la calle su caso generó una ola de protestas de diversos colectivos en contra de las sentencias precedentes. También por el hecho de que durante el último año los integrantes de la manada hayan permanecido en libertad provisional descontando días de su pena por ir a firmar a los Juzgados de Sevilla. Un día por cada diez firmas. Ellos tenían que ir tres días a la semana. En total han cumplido dos años de la condena impuesta.
Ahora cuatro de los cinco condenados se encuentran a la espera de una nueva condena por los ocurridos en la localidad cordobesa de Pozoblanco apenas dos meses antes de los hechos de San Fermín. Entonces, durante las fiestas de un municipio también se grabaron presuntamente abusando sexualmente de una joven en un coche. El proceso judicial para la víctima termina aquí, pero sigue para ellos.
