El asesino confeso del niño de Mocejón (Toledo) no se está integrando a su nueva vida en la cárcel de Segovia. El joven lleva poco más de una semana en este recinto penitenciario donde aún no ha salido del área de Enfermería. Se muestra reacio a confiar en las personas que trabajan en el centro y es parco en palabras. "No colabora y solo responde con frases cortas", añaden fuentes jurídicas a Vozpópuli que detallan que aún no ha sido tratado por los especialistas forenses que realizaran el informe sobre su imputabilidad o no en el crimen de Mateo.
Juan Francisco, de 20 años, aún desconoce el día a día en la cárcel. Tanto en Ocaña como en Segovia no ha salido de la unidad de Enfermería. Este ala está disponible para que los internos se adapten a las prisiones. Tienen una vigilancia especial y cuentan con un Protocolo de Prevención del Suicidio.
Pasividad en su día a día
El asesino confeso de Mocejón tendrá ademas la vigilancia de un preso sombra. Un interno de confianza que controlará de forma discreta sus paso en la prisión y también evitará un contacto directo con el resto de personas.
Juan Francisco mantiene en todo momento un comportamiento correcto con los funcionarios de prisiones y con sus otros compañeros. Todo ello "dentro de la pasividad que muestra en su día a día" donde se le percibe carente de cualquier tipo de emoción.
"No colabora con los funcionarios y responde con frases cortas a los miembros del equipo", afirman fuentes penitenciarias a Vozpópuli. Este asesino confeso aún no ha sido examinado por un psiquiatra forense, que evaluará su estado por ordenamiento judicial. El Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo solicitó esta prueba y también continúa las diligencias para esclarecer el brutal crimen de Mateo en Mocejón.
Una atención personalizada al asesino confeso
Aunque Juan Francisco se encuentre en el área de Enfermería el objetivo final, previsiblemente, es que sea trasladado, eso sí con tiempo, al Módulo Terapéutico o Psiquiátrico. En este ala se le podría proporcionar una atención personalizada con más asistencia por parte de los sanitarios que trabajan en este recinto penitenciario.
No obstante, la cárcel de Segovia cuenta con tres vacantes de médicos y una de enfermera. "Las carencias médicas en todos los centros son bastante obvias", denuncia Rafael Paniza, portavoz de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), al ser preguntado sobre estas dependencias.
Paniza recuerda, en declaraciones a Vozpópuli, que son muchas las agresiones que reciben los funcionarios de prisiones por parte de internos: el año pasado cerca de 500 incidentes. La gran parte de ellas son presos con patologías severas que cumplen condena en prisión. "Es una realidad más que latente", detalla.
En cuanto al crimen de Mocejón, la Policía Judicial de la Comandancia de Toledo sigue también las pesquisas del asesinato. Los agentes, en una primera inspección ocular, establecieron que el cuchillo localizado podría ser el arma del asesinato de Mocejón. Este elemento ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal (IML) para su comprobación.
El cuchillo del crimen de Mocejón
Los forenses que practicaron la autopsia de Mateo compararán las heridas del cuerpo del niño con la longitud del filo del cuchillo para completar el estudio. El Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (Secrim) está analizando en paralelo las muestras de hisopado para analizar los restos biológicos tanto en el cuchillo como en la ropa que llevaba el detenido.
El perro del Servicio Cinológico, Dylan, fue el que marcó tanto el cuchillo como las prendas del asesino confeso de Mocejón, que habían sido lavadas y no tenían manchas de sangre. Fuentes del caso aclaran que los restos biológicos humanos que detectó podría ser sangre, saliva o pelos.
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