España

El Villarejo del 'caso Mediador' grabó todas las reuniones con un pin-micrófono de la Guardia Civil

Navarro Tacoronte, el mediador de la red del 'tito Berni' advirtió de que grabó a todos los salpicados en la trama con un pin de la Guardia Civil ante el temor de que el asunto acabara estallando

  • La Policía se incautó de importantes partidas de dinero que movía la trama Mediador

"Cuando estemos reunidos con ellos habla poquito, lo necesario, porque yo grabo todas las conversaciones". La frase se le atribuye a Antonio Navarro Tacoronte, el mediador de la trama de corrupción que lleva su nombre y que salpica al PSOE. El empresario, temeroso de un previsible estallido de la red, siguió el ejemplo de José Manuel Villarejo e inmortalizó horas y horas de charlas entre los imputados y otros salpicados que todavía no han visto la luz.

Tacoronte, que ya ha avisado de que hay al menos una quincena más de diputados del PSOE afectados por la trama del tito Berni, se cubrió las espaldas con su papel de mediador en los presuntos amaños de subvenciones a cambio de mordidas. Tanto es así que, en plena investigación, trasladó a su interlocutora que lo estaba grabando todo porque no se fiaba "de nadie". Para ello se valió de un pin de la Guardia Civil que tenía capacidad de grabar hasta cinco horas, según consta en el sumario del caso al que ha tenido acceso Vozpópuli.

"Yo tengo todos los datos Tai. Todos. Toditos. Sé lo que hacían. Lo sé todo ¿vale? Así que no me vengas de digna porque se me cruza la pelota", dijo el empresario en una de las conversaciones incautadas por los investigadores, y añadió: "No me fío ni de mi sombra. Ya te lo he dicho. Cuando estemos reunidos con ellos, habla poquito, porque yo grabo todas las conversaciones. No con los móviles, con otro sistema que yo tengo. El pin grande, redondo que yo llevo es un pin de la Guardia Civil y es una grabadora directa. ¿Te queda claro? Porque yo ya me lo estoy viendo venir", dijo.

Grabaciones clandestinas

Prueba de que el mediador cumplió con su palabra serían las horas de grabaciones que obran en el sumario y que según la Policía Nacional se efectuaron de manera "clandestina". Así, por ejemplo, se hace alusión a un archivo de audio que supera las ocho horas relativo a una conversación mantenida entre el 'mediador' de esta causa de corrupción, el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas y el empresario Antonio Bautista Prado. Los tres figuran como imputados en la causa abierta por estos hechos en el juzgado de instrucción número 4 de Tenerife.

En la misma se hace alusión a algunos asuntos investigados en este procedimiento, como por ejemplo el intento del general de la Guardia Civil imputado para obtener una posición de afinidad con la cúpula directiva de la UD Las Palmas. Espinosa Navas -en prisión provisional por estos hechos- se valió de su amante, a la que bautizó como 'chocho volador'.

Del mismo modo en esas ocho horas se hizo alusión a los contactos que la rama política de la trama -con el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo a la cabeza- mantenían con los empresarios implicados. A grandes rasgos la red operaba captando a empresarios con sanciones o subvenciones pendientes a recibir. Les prometían modificar sus expedientes a cambio de mordidas que se destinaron para fiestas, comidas, burdeles, servicio de prostitutas, cocaína y viagra.

El "impuesto revolucionario"

Cada uno de ellos abonó una cuantía pero todos pagaron un "impuesto revolucionario" inicial de 5.000 euros. Del sumario trasciende que en dichas fiestas participaban no solo los políticos e imputados en la trama, sino también diputados del PSOE.

Algunos de estos empresarios montaron en cólera por dos razones: no se cumplían sus objetivos o no recibieron las facturas con los pagos. Sus temores se acrecentaron antes posibles requerimientos de Hacienda por conocer los motivos de sus transferencias a los miembros de la organización.

Para intentar subsanar esta situación acudieron al 'mediador' que servía como nexo de unión entre las dos ramas. Tacoronte buscaba explicaciones de estos 'problemas' y no recibía respuesta. Después los empresarios amenazaban con romper relaciones o incluso con denunciar a la trama. "Le arranco la piel a tiras", confesó en una conversación telefónica Antonio Navarro al exdiputado del PSOE.

"Y que te quede claro que yo tengo... Juanbe, que aquí el Navarro loco lo tiene todo guardadito, que yo no quito nada. ¿Vale?", le recriminó el 'mediador' al 'tito Berni'. Estas amenazas también se repetían en los mensajes que intercambiaba con el sobrino del exdiputado socialista.

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