“Maurici Casal. Mañana come con Chisco, ministro y otros y piensa decir que soy el abogado de Corinna”. Esta anotación hallada en una agenda del comisario José Villarejo describe al hombre fuerte de Atresmedia y presidente de La Razón, Mauricio Casals, como emisario del polémico mando ante las altas esferas del Ministerio del Interior y el Partido Popular. En este caso, la nota -fechada en mayo de 2016- hace alusión a la relación que mantenía Villarejo con la examante del rey emérito.
Los investigadores del caso no tienen ningún género de dudas acerca de la conexión entre Villarejo y Casals que refleja ese apunte al que ha tenido acceso Vozpópuli. Figura en una de las agendas incautadas al excomisario, en prisión provisional desde noviembre de 2017 acusado de diversos delitos, incluido organización criminal. Varias fuentes del caso coinciden en que es él. También fuentes del entorno del policía, que admiten su relación con Casals y le dibujan a la vez como una persona clave en muchas de las decisiones del PP que lideraba Mariano Rajoy.
No es la primera vez que su nombre aparece en un sumario ligado a la corrupción. En las conversaciones interceptadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el caso Lezo, se aprecia a Casals compartir con uno de los investigados por el Canal de Isabel II la participación de Atresmedia en un escenario mediático que daba aire a Podemos y perjudicaba al PSOE en favor del PP. “El sándwich al PSOE con la Sexta funciona de cine”, decía.
Casals, investigado
Tanto Casals como el director del periódico, Francisco Marhuenda, llegaron a estar investigados por coacciones, obstrucción a la Justicia y organización criminal en el marco del caso Lezo, pero finalmente tanto la Fiscalía anticorrupción como el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco archivaron las diligencias contra ellos porque la presunta víctima, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, negó tales coacciones.
Casals será imputado de nuevo, esta vez en la macrocausa que se sigue en la Audiencia Nacional relacionada con las actividades de Villarejo. Así lo ha ordenado la Sala de lo Penal de este órgano judicial. Consideran los jueces que hay indicios de su posible participación en un encargo a Villarejo para que espiase a los hermanos y empresarios Ignacio y Javier Pérez Dolset, con los que Casals y el grupo Planeta mantienen un litigio desde hace años.
La anotación a la que ha tenido acceso este periódico tiene que ver con la relación entre Villarejo y Corinna Larsen, la ex amante del rey emérito. Está fechada el 31 de mayo de 2016. A Jorge Fernández Díaz le quedaban aún unos meses al frente del Ministerio del Interior y entre los presentes en la comisa a la que iba a acudir Casals cita también a un tal "Chisco". Según el sumario del caso Kitchen, ese alias corresponde al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. Fernández Díaz y su exnúmero dos se encuentran investigados en el caso del espionaje a Bárcenas.
'Kasals' en el móvil del ministro
El enfrentamiento entre ambos ex responsables de Interior fue patente durante el careo al que les convocó el juez para tratar de aclarar las contradicciones entre sus respectivas versiones. Francisco Martínez sostiene que fue Fernández Díaz quien le avisó de un plan de seguimientos al extesorero del PP Luis Bárcenas. Aportó como pruebas varios mensajes de móvil que había recibido de su superior. El exministro lo niega tajantemente. También haber escrito los mensajes en los que se usa la “k” en lugar de la “c”. “Eso lo harán mis hijos”, señaló Fernández Díaz indignado.
En ese momento, Francisco Martínez sacó a relucir la relación que existe entre Casals y el ministro. Le recordó que en su lista de contactos del teléfono, el presidente de La Razón figura en la letra K. “Tengo por norma a personas con las que tengo una especial vinculación y por tanto hablo con frecuencia, que si comienzan con la misma letra como es el caso… tengo varios que empiezan por ca, entonces a unos les pongo ka”, admitió el exministro, columnista en la actualidad del periódico que preside Casals.
Esa vinculación entre empresario de la comunicación altos dirigentes del PP reaparece ahora por medio de la agenda de Villarejo. La anotación une a Casals con Interior y Corinna Larsen. El polémico mando, que además de policía es abogado, contactó con la examante del Rey en 2015 en su deseo de tener munición en la guerra personal que le enfrentaba al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, un general de la máxima confianza de Juan Carlos I. Este conflicto saltó al Gobierno, donde ministros más próximos a Villarejo como Fernández Díaz o María Dolores de Cospedal estaban enfrentados a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, responsable de los servicios secretos.
Por su parte, la empresaria germanodanesa buscaba protección después de sentir que Sanz Roldán, siguiendo instrucciones del exjefe del Estado, le había amenazado de muerte durante un encuentro entre ambos en Londres en 2012. Lo que le contó Corinna a Villarejo fue eso y mucho más. En su primer encuentro, le confesó las presuntas cuentas del rey en Suiza a nombre de un primo suyo, el dinero recibido de Arabia Saudí y otros detalles que han derivado en la investigación que sigue la Fiscalía del Tribunal Supremo en torno a las actividades del rey emérito.
La publicación en la prensa de esas conversaciones provocó también que un fiscal suizo iniciase unas pesquisas por su cuenta en las que figuran como investigados tanto Corinna Larsen como los arquitectos financieros del rey emérito en el extranjero, Arturo Fasana y Dante Canonica. Se les acusa de un presunto delito de blanqueo y otro de “soborno de funcionarios públicos extranjeros”. Según el Código Penal suizo, ambos delitos están castigados con hasta 10 años de cárcel en total.
La semana pasada declaró en la Audiencia Nacional el director adjunto operativo de la Policía Nacional durante el último mandato del PP, Eugenio Pino, investigado por el presunto seguimiento a Bárcenas. Entre otras cosas, afirmó que Villarejo le informó de su relación con la examante del rey y se ofreció a investigar las revelaciones sobre el rey. Pino le dijo al juez que se lo prohibió y que informó tanto al CNI como a la Casa Real de esta situación y los riesgos que entrañaba para la monarquía.
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