José Manuel Villarejo implica a la antigua cúpula del Partido Popular en el espionaje a Luis Bárcenas. En la víspera de que declare María Dolores de Cospedal por este encargo que se costeó con fondos reservados del Estado, el comisario ya jubilado ha puesto el ventilador y ha relatado, en un escrito remitido a la Audiencia Nacional, que tuvo interlocución "directa" de este asunto con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que incluso tras este trabajo y el de la operación Cataluña, fue felicitado por el líder del PP y convocado para un nuevo encargo.
Así lo explica en el documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli, y en el que aporta detalles relativos al espionaje a Bárcenas para sustraerle material del PP. Según ha dicho, su implicación en el asunto como agente de inteligencia se ciñó "única y exclusivamente" a verificar si el extesorero del PP tenía una fortuna valorada en 40 millones de euros fuera de España. Sin embargo, alega que fue reclutado para este operativo al tratarse de una cuestión de Estado de la que estaba al tanto la cúpula policial, el Ministerio del Interior, Cospedal y Mariano Rajoy.
Como ya ha hecho en otras ocasiones, el espía pone el foco en el CNI y le implica en esta trama que él mismo bautizó como Kitchen. Al respecto asegura que los servicios de Inteligencia del país estaban al corriente del asunto y que disponían de "acceso integral" de la vida "diaria" de Bárcenas en Soto del Real. La operación se impulsó formalmente en el verano de 2013, coincidiendo con el ingreso en prisión provisional del exresponsable de las finanzas del PP por su implicación en la trama Gürtel.
Al hilo razona que el CNI siguió de cerca sus movimientos en la cárcel a través de Instituciones Penitenciarias e incluso se apoyó en "infiltrados con apariencia de presos, con identidades falsas facilitadas por el CNI y con conocimiento de los mandos de prisión", explica. Se trata de una versión que viene a coincidir con las anotaciones de sus cuadernos personales, incautados por los agentes de Asuntos Internos en octubre del pasado año y que obran en el sumario de la causa. Ahora reclama que se los devuelvan alegando que su difusión vulnera su derecho a la intimidad.
Se da la circunstancia de que el magistrado al frente de esta causa, Manuel García Castellón, investiga si la red también impulsó un segundo operativo dentro de prisión para espiarle hasta su salida en enero de 2015. Así lo recoge el sumario de esta pieza séptima de la macrocausa a la que han podido acceder las partes tras levantarse el secreto de sumario. Las declaraciones de protagonistas clave de la red -como la del chófer de Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva- fueron determinantes para que el magistrado comenzara a sospechar del protagonismo en esta red del PP y no tanto de la cúpula de Interior.
Los interlocutores de la Kitchen
Villarejo -que firma él mismo el escrito al ser abogado codefensor- precisa que Asuntos Internos, bajo el mando de Marcelino Martín Blas, intervino en esta trama con la que la policía patriótica sustrajo papeles clave del PP a Bárcenas sin autorización judicial. El comisario razona que le contactó el exdirector general de la Policía, Ignacio Cosidó, diciéndole que dejara todos los temas pendientes porque tenía que participar en una operación en la que tenía "interés personal" Mariano Rajoy. De hecho, añade que el presidente quería estar informado "puntualmente, casi a diario", del avance del caso.
Según indica, tuvo como interlocutores el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez; el director Cosidó; el DAO Eugenio Pino; y el CNI. Como interlocutores paralelos, añade, se encontraban María Dolores de Cospedal, Mauricio Casals, y "colateralmente" la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. Alega que pasó a reportar directamente con Rajoy para evitar las discrepancias en la cadena de mando que surgieron durante la operación Cataluña.
Vía directa con Rajoy
"Le pareció lógico ser llamado para un nuevo asunto “sensible”, ya que fue felicitado por todos los interlocutores por el resultado de sus trabajos en Cataluña e incluso por el propio Rajoy, que lo hizo discreta y privadamente a través del tfno. de Cospedal", reza el escrito en el que precisa que, tras su puesta en libertad el pasado mes de marzo, ha podido localizar uno de los dos teléfonos que le dieron para comunicarse con el exlíder del PP.
Sobre su salida de esta operación, que se estima culminó en 2015, dice que se produjo cuando advirtió que lo plasmado en sus notas informativas debían judicializarse. Cabe destacar que la operación, que contó con varios confidentes y se costeó con fondos reservados, se hizo a espaldas del magistrado que investigaba entonces la trama Gürtel, Pablo Ruz. Según Bárcenas, la trama habría aprovechado su tiempo en prisión para sustraerle parte del material que guardó en el despacho de su mujer, Rosalía Iglesias ya que cuando salió de la cárcel y fue al estudio vio que ya no estaba.
Entre toda esa documental traspapelada se encontraría una grabación sobre Rajoy en la que ambos despacharían de la caja B, según declaró a puerta cerrada en diciembre. Su testimonio y el de su exchófer sirvieron a los investigadores a apuntalar la tesis de que las órdenes para impulsar este encargo no habrían surgido exclusivamente de Interior (como así sostienen los policías imputados) sino del PP. Se trata de una conjetura que respalda el policía al frente de la Gürtel, Manuel Morocho. El inspector jefe desveló en sede judicial que sus superiores manipularon sus informes para exculpar a Rajoy. El exjefe de la UDEF José Luis Olivera, ha desmentido este lunes ese extremo.
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