El caso Vinícius se ha convertido en un terremoto mundial de consecuencias diplomáticas imprevisibles para España. Las denuncias de racismo contra el jugador internacional del Real Madrid son el único asunto de la agenda informativa en Brasil. La prensa anglosajona ha vuelto a situar a la afición española en la diana por un supuesto comportamiento racista recurrente. Y en algunos foros especializados se especula con la posibilidad de que España pierda la sede del Mundial 2030. La candidatura compartida con Portugal, Marruecos y Ucrania parte como gran favorita para organizar esa Copa.
El episodio del pasado fin de semana en Valencia se suma a otras denuncias recientes de Vinícius. Y la imagen del país como racista es una constante en los medios de comunicación internacionales.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha exigido a LaLiga y la FIFA que "actúen" y se impongan las sanciones pertinentes. Y en ese sentido, la embajada de Brasil en España ha solicitado reuniones con al Fiscalía y el Ministerio de Igualdad, encargado de las políticas de racismo. Otros políticos como el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, mandó "a la mierda" y llamó "imbécil" Javier Tebas en las redes sociales. Las principales figuras del deporte brasileño han salido también en defensa de su compatriota.
Vinícius y la cumbre UE-CELAC
El problema para España no es solo de imagen, que también, es que puede tener consecuencias diplomáticas. El racismo amenaza con colarse en la agenda de Pedro Sánchez durante la presidencia española de la Unión Europea entre junio y diciembre de este año. Brasil es un actor clave en el gran evento del semestre español, que será la cumbre Unión Europea-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que se celebrará los próximos 17 y 18 de julio en Bruselas.
"Sánchez lleva tiempo preparando este evento y, en concreto, tiene un especial interés en la asistencia de Lula, al que ha mimado en estos meses", explican fuentes conocedoras de los preparativos del semestre español. "No es imposible que el tema del racismo en el fútbol español se cuele en el debate y en la agenda. Los medios brasileños no van a perdonar lo que está pasando con su joven estrella".
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, por su parte, rebajan el impacto diplomático que pueda tener la crisis en lo que a la cumbre se refiere. Y pide no "sacar las cosas de madre". "Una cosa es lo acontecido con los insultos en un estadio de fútbol y otra una cumbre UE-CELAC con todo lo que ello conlleva", explican.
España afronta una crisis de imagen en todo el mundo por la colección de portadas e informaciones que califican a España de racista. Se pueden leer artículos críticos con nuestro país en agencias internacionales como The Associated Press (AP), el diario The New York Times y hasta en el último diario inglés. Estas fuentes diplomáticas reconocen que "venir, no viene bien". Pero confían en que lo ocurrido sea una especie de catarsis para acabar con "la impunidad" con la que algunos aficionados insultan en los estadios.
El Mundial España 2030, en riesgo
Otro de los daños colaterales del caso Vinícius, que el Madrid ha convertido en casus belli contra LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol, es la candidatura de España para albergar la Copa del Mundo del 2030. Aunque no hay fecha definida, se da por hecho que la FIFA anunciará la sede en 2024. España, Portugal y Marruecos comparten, junto con Ucrania, la organización del evento. Esta fórmula de multisede es la gran favorita al unir Europa y África en una sola candidatura.
Desde la Federación, el entorno del presidente Luis Rubiales ha querido evitar especulaciones. Llevan meses trabajando en recabar los apoyos especialmente europeos y africanos -son las confederaciones agraciadas-. "No creo que afecte al tema del Mundial", dicen estas fuentes. "Pero es algo que todavía no se ha evaluado. En lo que estamos ahora es denunciar la situación de racismo que se ha vivido".
El aluvión del caso Vinícius se ha producido a pocos días de las elecciones del 28 de mayo. Además de las diligencias abiertas por la Fiscalía y la denuncia del Madrid, la reacción oficial del Gobierno está recogida en un comunicado del Consejo Superior de Deportes (CSD). El Ejecutivo ha expresado su condena más rotunda por los gritos racistas del estadio de Mestalla, pero al mismo tiempo pide "generalizar" y señala que estos insultos proceden de una "minoría".
"El Consejo Superior de Deportes es partidario de no generalizar: los insultos proceden de una minoría de exaltados que confunden la pasión con el odio y que no deberían volver a pisar un campo de fútbol", dice el comunicado del CSD. "Su actitud no es representativa de nuestros valores como sociedad y perjudica la imagen de nuestro país".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación