España

Los autores de las violaciones grupales: cada vez más jóvenes, impulsivos y con antecedentes

Son un perfil de chicos con un historial previo, a los que les gusta la búsqueda de sensaciones y que con un grupo de amigos se animan a hacer algo que, de estar solos, no harían

La última semana de mayo se cierra como la puntilla de un mes negro por las violaciones grupales. En las últimas semanas, cuatro mujeres han sido agredidas, dos de ellas menores, a manos de un grupo de hombres muy jóvenes que han abusado de ellas en entornos de ocio. Los casos de Burjassot, Pulpí y Villareal han disparado las alarmas por la complicidad, la edad de los procesados y la concentración de los abusos en el tiempo. ¿Qué es lo que lleva a un grupo de conocidos a llevar a cabo una agresión sexual? ¿Están aumentando este tipo de comportamientos? ¿Se extiende entre adolescentes? Son algunas de las preguntas despertadas, que han tenido de fondo la comparecencia de 'el Cuco' en el caso de Marta del Castillo y la aprobación de la ley del 'sí es sí'.

Lo cierto es que, como explican desde el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud, este tipo de casos no son los más recurrentes si no los cometidos en entornos domésticos. Según datos del Ministerio de Interior, en 2020 fueron 12.769 las víctimas de delitos sexuales, entre las cuales 10.798 fueron mujeres. En referencia a estos datos, Meritxell Pérez, secretaria general de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (Fiadys), explica que las violaciones grupales perpetradas por desconocidos representan solo el 4% de las agresiones sobre las denuncias totales. Un dato que podría ser más alto dado que se estima que sólo una de cada cuatro agresiones sexuales se denuncian.

Violaciones grupales y delincuencia juvenil

Sobre si estos comportamientos están al alza, todos los expertos consultados reafirman que no hay datos para decir que haya un aumento pero sí que hay más notificaciones sobre violencia de género. "Yo diría que estamos empezando a ser conscientes del problema ahora", explica Pérez, por lo que las denuncian ya tienen repercusión. Apunta que el perfil de los violadores que actúan en solitario son más mayores que los grupales y que éstos últimos, tanto si conocen a la víctima como sino, son mucho más jóvenes. Explica que se engloban en un marco general: "Es una tendencia que en los fenómenos delictivos grupales los acusados suelen ser hombres jóvenes, incluso menores. Y ahí se incluyen delitos sexuales. Es una característica de la violencia juvenil", detalla.

Habrá más casos como estos en el futuro

También confirma la tendencia Javier Urra, psicólogo forense de la Fiscalía del TSJ y de Juzgados de Menores. Explica que cabe analizar con detenimiento este tipo de casos y apunta que se repetirán en el futuro por el "fallo social" que 'bebe' de tres claves principales. La primera, la pornografía. "Existe un consumo de pornografía muy violenta desde los 12 años donde a veces, si no se ven violaciones grupales, se ven cosas que se asemejan. E incluso se muestra que la mujer no se queja, e incluso que disfruta", explica. A esta realidad van unidas la falta de educación afectiva en los colegios o familias, como también ratifica el Centro Reina Sofía, y la ausencia de "un freno de mano" en la conciencia de los agresores. Como explica Urra, imágenes como los chavales de Burjassot saliendo con libertad vigilada al grito de 'vamos campeones' deja mucho que desear sobre la implantación del respeto a la mujer y la ética. No caer en la cuenta del daño a la víctima exime emocional y psicológicamente de culpa a los agresores, que incluso ven un logro en lo que han hecho. Centrarse en la víctima es, en opinión de Urra, el camino a seguir.

Otros rasgos destacados en estos casos es la impulsividad y el oportunismo. “Son un tipo de chicos con un historial previo que les gusta la búsqueda de sensaciones y que con un grupo de amigos se animan a hacer algo que, de estar solos, no harían”, detalla Pérez. Normalmente las violaciones grupales no están planificadas ya que surgen en el momento al darse la circunstancia, sobre todo en un contexto de fiesta. Hay excepciones, como el caso de ‘la manada’, que planeó el abuso. Las condiciones sociales también son importantes puesto que suelen ser chicos que han atravesado dificultades en su desarrollo social: ya sea por fracaso escolar, por tener un trabajo poco cualificado o con problemas de integración. También es importante si han recibido una educación sexista.

¿Perfil migrante?

Este tipo de características dan pie a multitud de perfiles tanto adolescentes españoles como chavales inmigrantes de primera o segunda generación. “Se ha visto un porcentaje importante de estos casos migrantes. Pero como parte de la población española también quedan reflejados en los datos”, afirma Pérez. La ley de protección de datos y el blindaje legal a los menores, sin embargo, no dejan recoger los datos de todos adolescentes implicados en violaciones grupales. “Muchas veces nos enteramos de que hay menores implicados porque hay mayores de edad implicados”, explican desde Fiadys. Del 4% que representan las violaciones grupales antes descritas, un 31% se han cometido por españoles y un 69% por extranjeros, según desglosa Fiadys en su informe ‘Agresores sexuales con víctima desconocida’.

Con todos estos datos, el escenario de un abuso así sería el siguiente. Un grupo de chicos con rasgos antisociales y algún tipo de historial previo (hurtos, delitos menores, altercados urbanos) que un día, en un contexto de ocio en una jornada festiva y en un entorno lucrativo, tienen la oportunidad de aprovecharse de una chica vulnerable y consuman su deseo. El consumo de alcohol o sustancias también es un factor condicionante en dichas situaciones y, como explican desde Fiadys, el hecho de haber cometido alguna irregularidad antes les ha dotado de una confianza suficiente como para cometer violaciones grupales.

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