Los datos lo reflejan: el número de ataques terroristas en la "frontera avanzada" de España -término que emplean los expertos para referirse al Sahel por su proximidad- se dispara hasta alcanzar cifras récord. La confianza que los Gobiernos locales han depositado en los mercenarios de Wagner para alcanzar sus objetivos han supuesto un duro revés para la Unión Europea y también para España, que mantienen buena parte de sus misiones militares paralizadas. Una crisis de violencia difícil de gestionar, más aún teniendo en cuenta que las prioridades de Occidente miran hacia Ucrania, con una guerra en Europa que se prolonga ya más de 500 días.
Según los datos recogidos por el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), África Occidental alcanza máximos históricos de actividad yihadista por segundo mes consecutivo. Únicamente en el mes de junio se han registrado 172 atentados, contando únicamente aquellos que habrían producido alguna víctima mortal. Esta cadena de ataques se ha cobrado la vida de 623 civiles y militares.
"Esta última cifra es también la más alta de los registros de este tipo de terrorismo en la zona, similar a la de junio de 2022 (618) pero que contrasta enormemente con las 381 muertes de junio de 2021", indican desde el observatorio, en un análisis de la investigadora Marta Summers.
Con estas estadísticas, el primer semestre de 2023 se convierte en "el peor período de violencia yihadista". Burkina Faso cuenta con los mayores niveles de actividad terrorista, si bien se han registrado episodios en Mali, Níger, Benin, Togo, Nigeria o Camerún. Las organizaciones Estado Islámico en el Sahel (EIS) y JNIM, filiales regionales de Daesh y de Al Qaeda respectivamente, pugnan en una cruel competición por sumar más atentados a sus espaldas y demostrar su fuerza.
España en África
Un frágil equilibrio de poderes que abunda en la fragilidad de los Estados. El caso maliense, donde hay más de 300 militares españoles, es paradigmático. Tras constantes asonadas militares, el gobierno militar se echó a los brazos de Wagner y abrió una fractura con sus aliados occidentales: Naciones Unidas, impelida por el ejecutivo maliense, ha acordado el fin de su misión militar en el País, mientras que la Unión Europea -paraguas en el que se engloba la misión española- ha paralizado sus ejercicios de instrucción a las tropas locales para que adquieran las destrezas necesarias en la lucha contra estas inestabilidades.
Los expertos coinciden en denominar a esta región "la frontera avanzada" de España, debido a la proximidad física y a las consecuencias directas que la violencia de la región tiene para nuestro país y la Unión Europea. Porque además de la presencia de los mercenarios de Wagner, terroristas yihadistas y a unas estructuras de seguridad extremadamente débiles, hay que contar con la actividad de organizaciones criminales, que en ocasiones se alían con los propios terroristas para alcanzar sus objetivos.
Toda esa actividad se traduce en flujos migratorios incontrolados con destino a Europa, de ciudadanos que se convierten en las primeras víctimas de las organizaciones dedicadas al tráfico de seres humanos.
España cuenta actualmente con presencia militar en Mali, Senegal, República Centroafricana, Yibuti y Somalia, con efectivos procedentes del Ejército de Tierra y del Aire. La Armada, por su parte, combate la piratería en el Índico y lleva a cabo misiones de seguridad cooperativa con varios países del África Occidental.
La anunciada disolución de Wagner, tras la revuelta sobre Rusia contra Putin, abre una ventana de oportunidad para España y la Unión Europea, aunque aún se desconoce hasta cuándo habrá presencia de los mercenarios rusos en el Sahel.
Refuerzos por Ucrania
Un estallido de la violencia que coincide con el enquistamiento de la guerra de Ucrania. Occidente redobla sus esfuerzos en un conflicto que lleva más de 500 días, y España acompaña con el suministro de material armamentístico a Kiev, la formación de militares ucranianos y el despliegue de más fuerzas en países fronterizos con Rusia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la última cumbre de la OTAN en Lituania que España desplegará casi un millar de efectivos más en el flanco oriental. El grueso irá a parar a Eslovaquia, pero también se reforzará la misión en Rumanía. Actualmente, hay presencia militar española también en los países bálticos y en misiones navales de la OTAN, además de en la ya citada Rumanía.
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