España

"Derogar la Ley de Violencia de Género sería dar muchísimos pasos atrás"

Álvaro Botias nació en Córdoba, en 1985. Cuando terminó el bachillerato, y como se le daba bien estudiar, se puso a estudiar Ingeniería Química. "Busqué alguna para irme a la

Álvaro Botias nació en Córdoba, en 1985. Cuando terminó el bachillerato, y como se le daba bien estudiar, se puso a estudiar Ingeniería Química. "Busqué alguna para irme a la Universidad de Granada", dice. Pero cuando empezó a trabajar descubrió que eso no era para él y apostó por su verdadera vocación: la Policía Nacional. Ahora es inspector en Málaga, destinado a la Unidad de Familia y Mujer desde mayo de 2015. Acaba de publicar 'La lucha contra la violencia de género: vivencias de un policía', de la editorial Círculo Rojo.

Se cumplen 14 años de la ley de Violencia de Género, ¿ha conseguido cambiar la percepción de que la mujer es la culpable del maltrato o la violación?

Claro que ha ayudado. Fue pionera y todavía nos la están copiando. Hay que hacerle algunos cambios como tener en cuenta las nuevas tecnologías. La coordinación que no se ha llegado a implantar. Faltan muchos recursos como en las Unidades de Valoración Integral (UVI) en los juzgados. En mi grupo somos 12 personas y necesitamos 12 más.

¿Cuáles son los mayores avances que ha conseguido la ley?

La concienciación social, el maltrato se ha empezado a ver como un asunto público. Se ha conseguido superar esa creencia que en los problemas de pareja se solucionan en pareja. También se ha conseguido un gran papel en la educación. Por ejemplo, Castilla-La Mancha va a implantar una asignatura sobre feminismo y quieren dar historia de esta ideología en Filosofía. Me parece muy positivo.

Hay partidos que quieren derogarla.

Sería dar muchísimos pasos atrás. Suelen hablar de que la violencia afectan a todas las personas, pero no entienden que la de género es estructural, parte de una situación de desequilibrio. Eliminarla sería volver a la situación de 2003.

Muchas personas ven que la ley coloca a la mujer en una oposición de superioridad o de ventaja, que está sobreprotegida y que su palabra vale más que la de un hombre.

Hay que cambiar esa percepción, es que ni mucho menos es así. Sólo el 20% de las denuncias acaban en condenas. Sólo tienen que irse a las cifras, no están condenando a los hombres. El Tribunal Supremo ha dado un paso diciendo que mujer, en un caso de violencia machista, es testigo cualificada, pero hasta que se instaure de verdad va a pasar tiempo, pero hasta que no se desarrollen las UVI no se va a hacer efectivo.

Cada vez el maltrato se da en parejas más jóvenes, ¿por qué?

Es cierto, y se denuncia poco, es una cifra negra importante. Las chicas jóvenes le quitan importancia al maltrato. Hay confusión con el amor romántico, se mezcla la confianza con el control, y jóvenes no identifican esas señales como maltrato.

En el libro se dedica un capítulo a las diferencias entre ser un pesado y un acosador.

Un acosador es alguien que actúa con reiteración e insistencia. Sus actitudes tienen que prolongarse en el tiempo. Se está dando el caso que es el propio machismo el que está alimentando un miedo infundado diciendo que los hombres ya no pueden ligar, que no pueden hablar con una mujer, y es totalmente falso. Nosotros no estamos viendo ese tipo de denuncias, y al año vemos dos como mucho. La Fiscalía ha señalado que las denuncias falsas son el 0,1%. Nosotros indagamos, no vale con que una mujer nos diga que la han violado, pero es que esos casos de mentiras son aislados e intentamos que nadie acabe detenido por eso. 

2018 ha sido el año del feminismo, ¿qué podemos aprender de esta ideología?

Muchísimo. Todo lo que aporta es bueno tanto para el hombre como para la mujer. Quitarnos los privilegios que no nos pertenecen nos va a suponer pasar a un tipo de vida mejor. Vivimos con el peso de unas masculinidades hegemónicas que son tóxicas.

¿Qué signos debemos tener en cuenta para detectar el maltrato?

No hay que buscar solo el ojo morado. La lesión física no es la más común. Buscamos cambios de conductas, problemas en el trabajo, en las menores observamos fugas o una bajada en las notas. Esos son indicios que nos encienden las alarmas. También es esencial que tiene que estar muy atento el entorno: padres, amigas, vecinas.

Cuando lo detectas pero la víctima no quiere denunciar, ¿cómo recomiendas actuar?

Que busquen aliados y luego ir juntos a buscar a especialistas, como el Instituto de la Mujer, por ejemplo. Puede denunciar cualquiera persona, es to es importante que se sepa, pero siempre recomendamos que nos traigan una prueba, que no sean sólo sospechas.

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