La lava del volcán que hace 79 días entró en erupción en La Palma ha destruido 60 edificaciones durante las últimas horas, ha indicado este martes el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende.
En la rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende y la portavoz científica del mismo, Carmen López, han manifestado que estas 60 edificaciones están en la zona de la colada que ha sobrepasado el mirador de Las Hoyas.
Morcuende ha indicado asimismo que se han observado una serie de tubos lávicos que, por el centro de la emergencia, desembocan en el suroeste, de tal manera que busca el camino de la colada 11.
Lava entroncada
Añadió que esta lava se entronca a la altura del frente de colada 9 alimentando el centro del delta lávico primigenio y buscando quizás rellenar algún hueco al sur y suroeste del frente de la colada 9.
Preguntado por la colada que está llegando a la playa del Charcón, Morcuende ha dicho que en las reuniones se ha hablado de ella y va por una zona de vaguada que va pegada al frente de la colada 11 y, en teoría, hará algo de relleno.
Esta lava podría avanzar ligeramente hacia el sur pero la idea es que fundamentalmente rellenará el frente de la colada 9 y aumentará la isla baja.
Carmen López ha apuntado que se realizan trabajos de reconocimiento de esta colada, que está entre las 11 y 9, y se ha observado que hay una serie de pequeñas grietas o fisuras que bordean las coladas anteriores y de las que han surgido estas coladas efímeras, que se supone están asociadas al sistema de alimentación más superficial que alimenta la erupción.
La portavoz científica del Pevolca ha explicado que es preciso seguir haciendo inspecciones para concretar la conexión que hay entre las últimas coladas, que se observan hacia el sur, y los sistemas de alimentación del cono principal, y los secundarios.
Las nuevas coladas son muy fluidas, están muy desgasificadas, son de alta temperatura y avanzan rápidamente, pero son efímeras, algo que no sucede con las del cono principal, ha explicado Carmen López.
También ha dicho Morcuende que la superficie afectada por la lava es de 1.182 hectáreas afectadas, y, en cuanto a las edificaciones, según el sistema de satélites Copernicus, hay 3.039 afectadas, de las que 2.881 han sido destruidas.
El aire no es perjudicial para la salud
En cuanto a la calidad del aire, Morcuende ha dicho que en la zona sur de la emergencia se han registrado valores que, en principio, no eran peligros para la salud, pero sí altos en Puerto Naos y La Bombilla, zona esta última en la que la presencia de gases dificulta el acceso libre.
Además, 557 personas están albergadas en centros hoteleros, de los que 411 están en Fuencaliente, 71 en Los Llanos de Aridane y 75 en Breña Baja, y otras 43 personas con dependencia están en diversos centros sociosanitarios de la isla.
López ha hablado asimismo de que la previsión es que los vientos sean de componente este a sur, y la orientación del penacho de ceniza y dióxido de azufre sería hacia el oeste norte, lo que, en principio, es favorable para la operatividad del aeropuerto.
Pero no se descarta que el penacho pueda quedar en la vecindad del aeropuerto de La Palma y este se vea afectado durante la jornada de este martes, si bien la probabilidad es baja.
También ha declarado la entrada de aire subsahariano durante las próximas horas podría incrementar los niveles de partículas PM10 debido a la presencia de polvo del desierto.
En cuanto a la sismicidad, ha comentado que sigue baja a profundidades intermedias, y a profundidades superiores a los 20 kilómetros continúa en niveles muy bajos, mientras que el nivel del tremor está en valores bajos y con poca variabilidad.
Posibles nuevos seismos
El nivel de sismicidad actual sigue indicando que es posible que se produzcan más sismos sentidos, que podrían alcanzar intensidades V-VI (en la escala de intensidad EMS) y originar pequeños derrumbes en zonas de pendiente.
Respecto a deformaciones, sin tendencia en las estaciones cercanas al centro eruptivo y estabilidad en el resto de la red, excepto en una estación alejada, en donde continúa una ligera deflación.
La emisión de dióxido de azufre (SO2), asociada al penacho volcánico del actual proceso eruptivo en marcha refleja una tendencia descendente desde el 23 de septiembre, y sobre las emanaciones no visibles, como es la difusa de dióxido de carbono (CO2), continúa reflejando una emisión superior al valor promedio de los niveles de fondo.
Estas emanaciones difusas no representan un peligro para las personas, salvo que se formen acumulaciones de CO2 en depresiones mal ventiladas, que desplacen el oxígeno del aire y se generen ambientes anóxicos.
Durante el lunes, las medias de calidad del aire de dióxido de azufre contaminante asociado al proceso eruptivo registraron en la estación de Puntagorda cuatro nuevas superaciones del valor límite horario, una de ellas por encima del nivel de umbral de alerta, y con niveles de calidad del aire oscilando entre regulares y muy desfavorables a lo largo de la segunda mitad del día.
Como consecuencia, se produce además una superación del valor límite diario en la estación de Puntagorda, y en el resto de las estaciones no se produjeron superaciones de los valores límite de referencia, y los niveles de calidad del aire oscilaron entre buenos y regulares.
Con respecto a las partículas menores de 10 micras (PM10), a partir del mediodía del lunes se produjo un ligero ascenso generalizado de los valores registrados, principalmente en las estaciones de Los Llanos de Aridane y La Grama.
En la última de las citadas se superó por tercer día consecutivo el valor límite diario y su índice de calidad del aire recuperó niveles desfavorables.
Durante la mañana del martes los niveles de calidad del aire por partículas PM10 son desfavorables en las estaciones de Los Llanos de Aridane y La Grama, y entre razonablemente buenos y regulares en el resto de estaciones.
Como medida de precaución, en la zona del Breña Alta, Valle de Aridane, Tijarafe y Puntagorda, para grupos de riesgo y población sensible considere reducir todas las actividades al aire libre, y realizarlas en el interior o posponerlas hasta que la calidad del aire sea buena o razonablemente buena.
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