Han transcurrido algo mas de tres años desde que Vox irrumpiera por primera vez en las instituciones. El 2 de diciembre de 2018 el partido de Santiago Abascal logró 12 sorpresivos escaños en el Parlamento andaluz y ahora llama a la puerta de San Telmo. La formación, que se convirtió en tercera fuerza parlamentaria en las generales del 10-N, aún no ha conseguido catar gobierno. Y este 2022 se ha fijado como propósito pasar del apoyo externo a la gestión en Andalucía y Castilla y León. Un reto por el que también peleó en la Comunidad de Madrid, pero la holgada victoria e Ayuso obligó a los de Abascal a rebajar las expectativas.
El partido, cuyas relaciones con el PP no pasan por su mejor momento, lleva tiempo reclamando incesantemente el adelanto electoral en ambas comunidades autónomas porque avista buenos resultados y parece que el viento de las encuestas sopla a su favor. El pasado febrero lograron su ansiado sorpasso a los 'populares' en Cataluña y también a un Ciudadanos víctima de un descalabro electoral en tiempo récord. Quieren repetir éxito, pero los escenarios son bien distintos. El primer termómetro será Castilla y León.
Aunque aún no han revelado candidato para concurrir a los comicios, Vox augura una "entrada brutal" en las Cortes. "El programa será la Agenda España: el mismo que en el resto de las comunidades autónomas", garantiza. Se trata del programa con el que la formación liderada por Santiago Abascal pretende hacer frente a las medidas contenidas en la Agenda 2030.
Desde las filas del partido consideran que la próxima cita con las urnas de los castellanoleoneses servirá para "enfrentar al PP a la realidad": "O confirma lo que parece ser una voluntad de gobernar con el PSOE o confirma que quiere ser la alternativa patriótica que representa Vox". Ortega Smith, que este último año no ha dejado de visitar la región y de inaugurar sedes en las distintas provincias, llegó a acusar al presidente de la Junta, el 'popular' Alfonso Fernández Mañueco, de ser un "testaferro de la izquierda".
Vox y la España Vaciada
Los comicios en Castilla y León cuentan con una característica particular: la eclosión de un sinfín de agrupaciones electorales y partidos surgidos al calor de la despoblación. Algunos bajo el paraguas de la España Vaciada (EV), la plataforma surgida tras las revueltas de 2019, y otros al margen de ella, como es el caso de Palencia Existe, que concurrirá a las elecciones junto a Puede Palencia y con este último nombre.
Aunque en Vox restan importancia al asunto, al menos oficialmente, la proliferación de movimientos que luchan contra la despoblación no ha pasado desapercibida para sus dirigentes. Los de Abascal llevan tiempo trabajándose el voto rural -también a través de Solidaridad, su tentáculo sindical- y los partidos de la España Vaciada se han convertido en competencia directa a la hora de acaparar el descontento de ganaderos y agricultores con PP y PSOE.
En Vox hablan de "maniobras electorales" para desviar el foco de su avance en aquellas zonas del país que han sido abandonadas y creen que la llegada de las nuevas formaciones "no va a tener ningún efecto".
Aunque el 'popular' Juan Manuel Moreno Bonilla aún no ha adelantado elecciones en Andalucía, Vox ya ha entrado en campaña. Tampoco ha desvelado el nombre de su candidato porque, según explican, hasta que no se convoquen los comicios, no pondrán la maquinaria de las listas a funcionar. Pero el desembarco de Macarena Olona en la política andaluza es un rumor que suena cada vez más fuerte. Máxime si el plan del partido es entrar en el Gobierno.
Olona dispara sus visitas a Andalucía
Las visitas de la diputada por Granada a Andalucía cada vez son más frecuentes y el propio Manuel Gavira, portavoz de Vox en Andalucía desde hace siete meses y otro de los posibles candidatos, reconoció en una entrevista reciente para Libertad Digital que Olona "se ha pateado las calles de aquí y yo estaría encantado de servir detrás de ella si es la persona que decide el Comité Ejecutivo Nacional para liderar el proyecto en Andalucía. Me parece un cañón de candidata".
Por su parte, Olona no descansa a la hora de confrontar directamente con el presidente andaluz. Lo hace en los actos políticos que protagoniza. Desde Sevilla a Lepe. Lo hace desde el Congreso de los Diputados y también a través de sus redes sociales. En muchos casos, a tenor del llamado 'pasaporte Covid' y de la "ruina" que afronta el sector de la hostelería.
Tanto en Andalucía como en Castilla y León, Vox prepara una campaña a pie de calle. Poco amigos de las encuestas, la formación insiste en que su forma de tantear resultados es la afluencia en sus mítines.
Olona puso rumbo a Huelva el pasado 2 de diciembre, justo cuando se cumplían tres años de las elecciones andaluzas que dieron a Vox sus primeros 12 diputados en un Parlamento regional, tal y como adelantó Vozpópuli. La elección del lugar para difundir su discurso y agitar el adelanto electoral no fue baladí. Se desplazó hasta Lepe, localidad muy vinculada a la agricultura y la pesca, y fue allí donde enarboló un discurso repleto de menciones a Julio Anguita que produjo un gran malestar en la izquierda.
"Esto no va de derechas ni de izquierdas" -aseguró-, va del "espíritu de lucha" para defender a los "desahuciados": "Julio Anguita se sentiría profundamente orgulloso de Vox" y "se avergonzaría profundamente de esos que dicen ser de izquierdas y defender a la clase obrera".
Ya en el mes de marzo, pocos días después de cosechar 11 escaños en Cataluña, la secretaria general del grupo en el Congreso se plantó en Sevilla. Tras recordar "el cambio empezó en Andalucía el 2 de diciembre de 2018", aseguró junto a las diputadas andaluzas en el Congreso Reyes Romero y Patricia Rueda que el cambio no había hecho más que empezar. Este 2022, los de Abascal aspiran a fortalecer su poder territorial para tener más opciones en las generales, pero el PP, primero en las encuestas, ya ha avanzado sus intenciones de gobernar en solitario.
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