El día que la banda terrorista ETA mató a Miguel Ángel Blanco, la diputada de Vox Amaia Martínez (Vitoria, 1968) se encontraba en casa con su hija recién nacida. Tenía 28 años y lo recuerda como algo "triste y atronador". Toda su familia es vasca, abuelos incluidos, y había conocido ya varios crímenes a su alrededor. Muchos contra guardias civiles. Se acordó de la etapa universitaria, cuando estudiaba Periodismo y tenía como compañera a una de las sobrinas del dirigente socialista Fernando Buesa. Era 22 de febrero del año 2000, los profesores le avisaron de que su tío, y también su escolta, habían fallecido como consecuencia de la explosión de un coche bomba activado por ETA a su paso por la calle Nieves Cano, cerca de su casa. "Otro inocente asesinado más", pensó al conocer la muerte de Miguel Ángel Blanco. Tenían casi la misma edad.
Sin embargo, cree que aquel día también sirvió para que el pueblo vasco saliese a la calle y dijese basta. "Toda la sociedad reaccionó", explica. Ahora, 25 años después, y justo cuando se cumplen dos años de su entrada en el Parlamento vasco, se pregunta dónde ha quedado el llamado 'Espíritu de Ermua'. "Ha sido duro vivir aquí y seguimos sin tener libertad para decir que nos sentimos españoles. Los asesinatos y amenazas de ETA están en nuestra memoria y nos sorprende que se traten de blanquear. Los jóvenes tienen que ser conscientes de lo que ha pasado, aprender y no volver a cometer los mismos errores", comenta a Vozpópuli la única parlamentaria de Vox en toda la región.
Pregunta: Se acaban de cumplir dos años de su entrada en el Parlamento vasco. ¿Balance positivo o negativo?
Respuesta: No es muy positivo. Ahora que hemos llegado al ecuador estamos viendo cosas que no nos gustan. Resumiría estos dos años en tres grandes hitos. Primero, se ha producido la transferencia de las competencias en prisiones y el PNV lo está utilizando para poner en la calle a presos etarras de manera encubierta. La Audiencia Nacional ha tenido que revocar concesiones de tercer grado otorgadas por el gabinete de Urkullu.
Después, existe un pacto educativo con el que pretenden eliminar el castellano de las aulas, eliminar la concertada, eliminar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos y, además, están pactando la educación con Bildu y esto es terrible. El tercer hito peneuvista es la ley vasca de 'desmemoria'. Pretenden construir una memoria colectiva que tiene muy poquito que ver con lo que realmente sucedió en esta región desde la Guerra Civil. Fíjate si es una ley falsa que obvian la existencia de ETA y de sus crímenes. Nos oponemos frontalmente a todo esto.
P: Y en ese ejercicio de oposición, ¿Cuántas de las iniciativas parlamentarias que habéis presentado han salido adelante? ¿Cero?
R: Ninguna. Tenemos un apartheid que va a durar toda la legislatura. Los cuatro partidos del 'cordón', que son Podemos, Bildu, PNV y PSOE, no solo votan directamente que no, sino que ni siquiera las debaten. No podemos sacar iniciativas adelante, pero sí denuncias. Denunciamos su cordón antidemocrático y nos han dado la razón; se denunció la cesión de los cuarteles de Loyola y nos han dado la razón... Por el lado de la Justicia seguimos trabajando y consiguiendo cosas.
P: ¿Se siente frustrada al no poderlas conseguir por la vía parlamentaria?
R: Frustrada no. Esta situación deja claro el talante parlamentario que tenemos en el País Vasco. Yo hago mi trabajo. Quienes se deberían sentir frustrados son ellos porque son los que no están haciendo el suyo. Debatir es a lo que hemos venido. Yo puedo estar en contra de las iniciativas del PNV, pero en eso está el debate. Por algo somos parlamentarios. Estoy satisfecha porque hago mi trabajo y lo voy a seguir haciendo a pesar de su cordón, los que no hacen su trabajo en este caso son ellos. Actúan como anti-demócratas.
P: ¿Cómo es la convivencia en el Parlamento vasco? ¿Se saluda con el resto de grupos?
R: Yo al Parlamento voy con la educación que me han enseñado en casa y saludo a todo el mundo. Doy los buenos días a todo el mundo cuando llego, pero es cierto que con Bildu no existe ese trato. Ellos tampoco nos saludan. Con el PP hay una relación normalizada. Con PSOE y PNV también hay saludos. La educación no está reñida con nada, yo nunca he insultado a nadie y trato a todo el mundo con respeto. Hace una semana falleció mi padre y todos me han dado el pésame a excepción de Bildu. Todos se han comportado correctamente como personas.
P: ETA declaró su autodisolución hace ya 11 años. ¿La da por derrotada?
R: Yo no la doy por derrotada porque en la sociedad vasca no vivimos en libertad. Es un tema que está en el armario. Cualquier vasco que quiera llevar una pulsera de la bandera de España se puede arriesgar a tener un problema con cualquier abertzale independentista. Y eso es un ejemplo de que seguimos sin tener libertad. Hablan de que ha desaparecido, pero el brazo político de ETA es Bildu y, como ellos mismos reconocen, están consiguiendo más cosas con la política que con las balas. Un vasco que se siente español no lo puede decir abiertamente.
Bildu reconoce que está consiguiendo más cosas con la política que con las balas. Un vasco que se siente español no lo puede decir abiertamente
P: ¿Cuál es su valoración del discurso de la diputada de Bildu, Maite Aizpurua, durante el debate sobre el estado de la nación?
R: Todo lo que hace Bildu lo valoro negativamente porque todo tiene un trasfondo. Quieren seguir formando parte de este Gobierno porque es un Gobierno aliado a todas las partes que quieren romper España. Teniendo en cuenta que el dirigente de Bildu es Arnaldo Otegi no tengo mucho más que decir. En el Parlamento vasco hay tres parlamentarios que han sido condenados por pertenencia a banda armada... Llevo dos años intentando que condenen todos los crímenes de ETA. No lo han hecho ni lo van a hacer. ¿Por qué? Porque ellos consideran que los crímenes eran algo necesario en aquel momento para sacar adelante su proyecto independentista. Poco me puedo creer de una señora que estaba en un periódico local apoyando a ETA. Todo lo que dicen es mentira.
P: Ellos, en cambio, y al igual que los partidos de izquierda, dicen que ustedes utilizan a ETA para tener réditos políticos...
R: Al final nos tienen que acusar de algo. Yo no me siento en esa línea. ETA no existe entre comillas, pero su brazo político sí. Es real. ¿Quién dirige Bildu? Otegi. Hagamos balance de lo que era Otegi y veremos qué es Bildu. No hacemos ningún uso de ETA, estamos reivindicando justicia y memoria para aquellas personas a las que asesinaron de una manera horrorosa. Ellos son los que se aprovechan intentando blanquear. El diputado Arkaitz Rodríguez ha llegado a decir que están dentro de España para destruirla desde dentro. Para destruir todo lo construido desde el año 78. Ellos jamás van a trabajar por el bien de España, ellos van a trabajar por la independencia de País Vasco. Que este tipo de señores nos digan esas cosas tampoco nos importa demasiado.
P: Urkullu logró su tercer mandato pandemia mediante. ¿Cree que podría encadenar con un cuarto en las próximas elecciones?
R: Es capaz porque en País Vasco también hay mucho estómago agradecido. Tiene casi 400.000 votos fijos de gente a la que tiene colocada. Pero yo suelo avisarle en el Hemiciclo de que Bildu está subiendo más cada día. De hecho, está engullendo a Podemos. Podemos tiene seis representantes, pero siempre apoyan y firman lo mismo. Están mezclados. El PNV se siente cómodo en la mayoría que han tenido hasta ahora, pero puede ser que, muy a mi pesar, Otegi se convierta en lendakari. El PSOE pacta con quien sea por estar en el sillón y creo que puede ocurrir. Puede ocurrir que el PNV se quede a un lado y gobiernen PSOE y Bildu.
Urkullu puede lograr su cuarto mandato porque en el País Vasco también hay mucho estómago agradecido. Tiene casi 400.000 votos fijos de gente a la que tiene colocada
P: ¿Ve viable que los socialistas aúpen a Otegi al poder?
R: Muy a mi pesar, muy a mi pesar, te digo que sí. Esto puede ocurrir. Y la culpa, además del PSOE, será también del PNV por estar poniéndoles alfombra roja en el Parlamento vasco. Ya estamos viendo en Madrid que el PSOE no tiene ningún problema en pactar con Bildu y eso, trasladado al País Vasco, puede terminar convirtiendo a Otegi en lendakari en un futuro no muy lejano. Sería catastrófico para toda la sociedad vasca, pero es la línea que se está siguiendo. Se está dando alas a Bildu, se está blanqueando su pasado criminal y nos va a llevar a esta situación, lamentablemente.
P: ¿Cree que Vox va a conseguir algún diputado más por Bilbao o por San Sebastián, o lo considera inviable?
R: Es muy complicado. Es una zona puramente nacionalista. Hemos aprendido a lo largo de la historia que el nacionalismo es muy fuerte. El PNV lleva 40 años gobernando y es muy difícil que los constitucionalistas, que cada vez tienen menos peso en País Vasco, avancen, pero vamos a luchar por ello. Creo que en Álava es factible. Si sacamos dos diputados será una alegría muy grande porque significa un crecimiento del 100%. En las últimas elecciones tuvimos 18.000 votos y nuestro mensaje cada vez está llegando a más vascos, sobre todo a raíz de entrar en el Parlamento. Ahora se está escuchando nuestro verdadero mensaje y no un mensaje manipulado. Creo que vamos a subir.
P: ¿Qué futuro le augura al Parlamento vasco tras las próximas autonómicas?
R: Pues algo parecido a lo actual. La gestión del PNV, que se vendía como buena, empieza a no serlo tanto. El servicio de Salud Pública también falla. No hay médicos, no hay enfermeras. Están imponiendo el euskera para acceder a un puesto fijo de funcionario cuando un 70% de la población no lo habla. Es fundamental que Vox continúe aquí para denunciar estos hechos tan graves. Creo que tenemos que mantener el castellano. El euskera, como cultura, ha de mantenerse, pero no se puede imponer una lengua que no habla prácticamente nadie por mucho que se empeñen. Hay muchas cosas que se han callado durante 40 años, entre otras cosas, porque el PP también está cómodo en el sillón. Así que el papel de Vox es fundamental.
P: ¿Tienen una estructura sólida en País Vasco? ¿Cómo hace Vox para captar gente?
R: Tenemos muchos apoyos, se me acerca mucha gente para agradecer mi trabajo y darme la enhorabuena, pero obviamente no pueden significarse porque les van a señalar. Es gente que tiene sus trabajos y les puede costar el puesto. Tienen negocios y podrían verse arruinados. Hay gente de Vox, nos votan, pero no se significan públicamente porque seguimos sin tener libertad. Es así de claro y así de triste.
P: ¿Usted se arrepiente de haber dado el salto a la política?
R: Yo entré en política porque tenía el visto bueno de mis padres. Lo primero que hice antes de tomar la decisión fue hablar con mi familia porque es una situación que afecta a todos. Si mis padres me hubiesen puesto un 'pero', yo no hubiese dado el paso. Para mí la familia es lo más importante y siempre lo ha sido. Mi padre siempre ha sido una persona que nos ha inculcado que debemos luchar por nuestros ideales.
En contra de lo que se dice sobre Vox y el feminismo, somos cuatro hermanas y siempre nos ha hecho ver que tenemos el mismo derecho a luchar por nuestras ideas que los hombres. Me apoyó totalmente, así que me lancé. Reconozco que hay días en los que me pregunto que dónde me he metido, pero estoy muy orgullosa de defender las ideas de Vox en una zona tan complicada. Esa lucha encarnizada que llevo día a día también me hace sentirme muy orgullosa de mí.
P: ¿Se siente respaldada por el partido? ¿Cómo es su relación con Abascal?
R: Sí, así es. Nuestro presidente es una maravilla de político y de persona. Es humano, cercano y siempre está pendiente de mí. Solo tengo palabras de agradecimiento para él. Siempre me menciona. Siempre pregunta '¿cómo nos vamos a echar atrás si Amaia no se queja?'. Es de las mejores personas que he conocido en mi vida y me siento muy respaldada y apoyada a nivel humano.
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