Apenas ha pasado un mes desde que arrancase la XIII legislatura en el Parlament de Cataluña y las polémicas entre grupos parlamentarios se acumulan. La irrupción de Vox con un total de 11 escaños llevó al PSC, ERC, JxCat, CUP y comuns a registrar un documento en la Mesa con varios acuerdos para tratar de aislar a los de Santiago Abascal. Pero más allá del 'cordón sanitario' a nivel de vetos y votaciones, existe otra guerra soterrada por el reparto de despachos y metros cuadrados entre los 135 diputados que integran la cámara catalana.
Desde las filas de Vox denuncian que la ratio de despacho para cada uno de sus 11 diputados es de poco más de nueve metros cuadrados en la buhardilla del edificio -un espacio que hasta ahora nunca habría ocupado ningún grupo parlamentario- frente a los, por ejemplo, 20 metros cuadrados asignados a cada uno de los nueve parlamentarios conseguidos por la CUP.
Garriga y los suyos aseguran que su espacio para trabajar "es inferior al que tienen otros partidos con menos representación"
Ignacio Garriga y los suyos aseguran que "nos han dado un espacio para trabajar inferior al que tienen otros partidos políticos con menos representación". La distribución, explican, se lleva a cabo en virtud de un pacto de todas las fuerzas que componen la Cámara. Y tampoco habrían podido participar en las negociaciones.
Tras las elecciones del 14-F, el Parlament quedó compuesto por un total de ocho partidos, por lo que tuvieron que habilitar nuevos espacios, como la buhardilla. Esta zona le tocó al novato. Según explican fuentes de Vox, al grupo se le asignaron tres áreas para sus 11 diputados y el resto de trabajadores (asesores, jefes de gabinete, coordinadores...). Decidieron protestar y terminaron recibiendo un despacho más: el que hoy ocupa Garriga.
Más cambios organizativos
Los cambios organizativos también afectan a Ciudadanos. El PSC, ganador de las elecciones, ha pasado a ocupar los despachos que hasta ahora utilizaba la formación naranja. Cs compartirá espacio con la CUP y En Comú Podem. ERC y Junts per Catalunya (JxCat) intercambian salas. Los de Laura Borràs, que estaban en la planta superior, 'ceden' el puesto a los republicanos. JxCat baja a la inferior -donde hasta ahora estaba ERC- y compartirá el espacio con el PP.
Pero continúan denunciando "discriminación" y lo que consideran un "agravio comparativo". Además, los de Abascal consideran que las negociaciones entre partidos para distribuir la sala de plenos también estarán enfocadas en "marginarles y aislarles". "La distribución en el Pleno también debe hacerse en función de la representación obtenida y por acuerdo entre partidos, pero intuimos que nos van a colocar en la última fila, en la parte de arriba, y desperdigados", apuntan.
Vox estudiará "acciones legales"
Desde las filas de Vox advierten de que si sus intuiciones se confirman, no dudarán en estudiar "acciones legales" para disponer del espacio y ubicación que les corresponde tras su irrupción como cuarta fuerza parlamentaria en Cataluña.
El jueves 11 de marzo, un día antes de constituirse el Parlament, los socialistas de Illa, ERC, JxCat y CUP sellaron un decálogo para hacer un "cordón sanitario" a los 11 diputados de Vox y que tiene por título Per un Parlament compromès amb la democràcia, els drets i la diversitat. Una vez iniciada la actividad parlamentaria, las mismas fuerzas registraron un documento en la Mesa con varios acuerdos en busca de vetar a los de Abascal.
La polémica por el espacio destinado a cada grupo no es nueva. En el Congreso de los Diputados surge casi cada legislatura. La llegada de Vox a la Cámara Baja también derivó en una guerra de metros cuadrados.
En junio de 2019, cuando los de Abascal entraron en las Cortes con 24 diputados, denunciaron a la Mesa que la ratio de despacho para cada uno de sus parlamentarios era 15 metros cuadrados y en la séptima planta del edificio ampliación, junto a Coalición Canaria y el Grupo Mixto. Frente a los, por ejemplo, 28 metros cuadrados asignados a cada uno de los seis diputados del PNV, indispensables por aquel entonces para que Pedro Sánchez fuese investido presidente del Gobierno.
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