Vox se frota las manos. Las elecciones de Castilla y León acaban de confirmar su auge en las urnas y, en medio de la pugna con el PP por el voto de la derecha, los pilares de Génova 13 vuelan por los aires. En plenas negociaciones con el 'popular' Alfonso Fernández Mañueco para tratar de entrar por primera vez en un Gobierno autonómico -y con la mirada puesta en Andalucía y en las generales-, los de Santiago Abascal observan cómo el binomio Casado-Egea, su máximo impedimento, pierde condiciones para intentar tutelar a los barones. La guerra con Isabel Díaz Ayuso en Madrid ya es oficial. Y solo una de las partes saldrá a flote. Aunque ninguna airosa.
Consciente del debate interno en las filas del PP sobre la idoneidad de pactar o no con su formación, Abascal llama a la prudencia y opta por no echar más leña al incendio que ha hecho arder cualquier tipo de puente entre Génova y Sol. Al menos esa es la consigna de cara al público. "Problemas internos de otros", que diría Rocío Monasterio. Pero en el seno de Vox saben que cada pifia del PP les allana el camino hacia las generales. Algunos ven cada vez más cerca el 'sorpasso'. "No lo dicen en público, pero diputados del PP nos reconocen en privado la envidia que sienten cuando ven las buenas relaciones entre nosotros. Muchos están hartos de lo que sucede en su partido", reconocían recientemente fuentes parlamentarias de Vox a este medio. Según publicó Vozpópuli, algunos diputados y líderes regionales del PP no están de acuerdo con el veto de Casado a Vox: "Que gestionen, a ver qué pasa".
A la espera de saber si será su 'aliada' dentro del PP la que logre salvar los muebles de las llamas, Vox se pone de perfil en la crisis entre Génova y Ayuso. Y se muestra como un partido centrado en "los problemas reales de los españoles". Misma estrategia que pudo constarse este miércoles en la sesión de control al Gobierno. Tras cinco meses sin poder preguntar a Pedro Sánchez, el líder de Vox quiso dejar de lado los temas del día como las elecciones de Castilla y León y los dardos de casado para centrarse, de nuevo, en "los problemas reales de los españoles" como la subida de la factura energética, el gas, el butano y la gasolina. Horas después, se plantaba en Murcia "junto a la España que siembra" y "contra el fundamentalismo verde que arruina" para sumarse la tractorada de los agricultores en Murcia. Él mismo condujo un tractor.
Vox y los "machetazos de Génova 13"
Rocío Monasterio y Macarena Olona fueron las únicas que respondieron este jueves sobre el asunto. La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid tiró de retranca y reclamó a Ayuso -a la que el entorno de Vox ha apodado 'Lady Machetes' por echarle en cara sus ataques a los 'menas'- que se abstrajese "de lo que pasaba a su alrededor" y que se centrase en gobernar porque los "rifirrafes y machetazos en Génova 13" no iban a "solucionar la vida a los madrileños".
"La Asamblea tiene 136 diputados para ponernos a dedicar un día a un partido y sus problemas internos... No voy a hablar sobre los problemas internos de otros", insistió Monasterio. Al ser preguntada por si su partido seguiría sosteniendo al Gobierno de PP-Cs en el Ayuntamiento de confirmarse el uso de fondos públicos para este supuesto espionaje a Ayuso, la líder de Vox en Madrid señaló que no iba a adelantarse a los acontecimientos porque "lo publicado hay que ponerlo en duda hasta que se demuestre". "De momento", puntualizó. "No estamos en ello, estamos en lo que de verdad preocupa a los madrileños, no en guerras internas de otro partido", insisten fuentes de Vox en la Asamblea de Madrid al ser consultadas sobre la posibilidad de respaldar a Ayuso a nivel parlamentario.
La secretaria general del grupo de Vox en el Congreso, Macarena Olona, aseguró a mediados de diciembre que la "fortaleza" de Ayuso se medía "por la talla de los enemigos que se crea" y acusó a Génova y al Gobierno de Pedro Sánchez de querer "derribarla". "No sé si el PP se van a atrever a llegar a tanto", dudaba la diputada por Granada por aquel entonces.
Dos meses después, Olona prefiere no opinar públicamente acerca de si este caso puede beneficiar a su partido y, al respecto, ha dicho que nunca haría una valoración de ese tipo porque se trata de "una cuestión de regeneración democrática".
La corrupción no tiene color político y el espionaje no tiene color político, afecte a quien afecte", subrayó este jueves desde el Congresos de los Diputados
"La corrupción no tiene color político y el espionaje no tiene color político, afecte a quien afecte", subrayó este jueves desde el Congresos de los Diputados. Calificó el presunto caso de "corrupción y espionaje" entre la dirección del PP y la presidenta de Madrid de "deleznable" y pidió que fuese "investigado hasta el final".
Desde Vox no han aclarado si apoyarán o no una comisión de investigación parlamentaria en la Asamblea de Madrid que ha reclamado la izquierda en bloque. "Pedimos un monográfico de contratación y estos señores no aparecieron con un papel ni con nada", se ha limitado a recordar Monasterio. Los de Abascal juegan sus cartas. Ayuso, su máxima competencia para acaparar votos en la derecha, también saldrá tocada de la guerra política en un momento en el que el viento de la demoscopia sopla a favor de Vox: sería la fuerza política más votada en Andalucía si se celebrasen elecciones generales. Así se desprende del último Electopanel realizado tras la pírrica victoria de Mañueco en Castilla y León. En 2023, Madrid repite elecciones autonómicas y, no más tarde del 10 de diciembre de ese mismo año, habrá generales.
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