El goteo de ataques contra los cargos municipales de Vox durante la celebración de Sant Jordi en Cataluña ha vuelto resucitar el debate en torno a la violencia política. La agresión del cantante de trap Cecilio G a la candidata del partido en Lloret de Mar se suma a otras acontecidas en lo que va de año y en periodos anteriores, sobre todo en época electoral. Así lo ha denunciado la asociación Convivencia Civica Catalana, que se ha hecho eco del último informe publicado por el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña (OCVPC).
El documento constata que los de Santiago Abascal sufrieron 23 ataques violentos en 2020, seguidos del PSC con 13 y de Ciudadanos, que sufrió nueve. El PP fue objeto de tres, mientras que ERC dos. Según la entidad, que nació bajo el paraguas de las organizaciones Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Intolerancia, Junts y la CUP se sitúan en el otro extremo al no ser atacados por ningún violento.
De Vox a ERC
"La violencia política en Cataluña volvió a provenir de manera abrumadora, casi exclusiva, del independentismo con 91,84% del total anual, un 2,90% proveniente de contrarios a la secesión y un 5,26 % de casos en los que no ha sido posible registrar el origen", señala el informe.
Otro patrón a establecer en la comparativa de los sucesivos informes -sostiene el observatorio- es que el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 ha convertido esta fecha en el momento álgido de la violencia independentista y, en consecuencia, a este mes en el mes negro de la violencia en Cataluña.
"Si en 2019 el 58,66% de incidentes se produjeron en este mes y en los siete días de la que denominamos 'semana extrema' se produjeron el 45,88% de incidentes registrados durante todo el año, en 2020, sin alcanzar ni por asomo las cotas de 2019, el mes de octubre ha sido de nuevo el mes de máxima conflictividad, con los actos violentos en torno a la celebración del aniversario del referéndum del 1-O y la visita del rey el 8 del mismo mes como momentos álgidos", recuerdan los autores del documento.
Los incidentes relacionados con la Diada del 11 de septiembre y la declaración del presidente Torra ante el TSJC y su posterior inhabilitación a finales del mismo mes so otros de los momentos destacados en el análisis. "De la comparación con los datos de los anteriores informes, se observa la importancia creciente de una incipiente extrema derecha supremacista en el ámbito independentista, identificados como tales aquellos agresores que en sus actos han utilizado simbología, lemas o enseñas relacionados con esta ideología. En este sector, se han registrado cuatro
incidentes provenientes de la ultraderecha independentista (Catalunya Catalana) y uno de ultraderecha españolista (FNI-PNSOE)", indica el texto.
Se han registrado cuatro incidentes provenientes de la ultraderecha independentista (Catalunya Catalana) y uno de ultraderecha españolista (FNI-PNSOE)"
Los autores advierten de una creciente fragmentación y radicalización del independentismo puesto que dos de los cuatro actos de esta extrema derecha independentista -apuntan- se produjeron contra ERC. De esta forma, se desmentirían los postulados de la Oficina de Derechos Civiles y Políticos de la Generalitat, según el OCVPC.
"Los datos de esta memoria anual demuestran la transversalidad ideológica de la violencia independentista que se extiende desde la extrema izquierda de la CUP, alentadores directos o indirectos a través de sus juventudes de Arran de la gran mayoría de campañas de acoso y odio a cualquier disidencia constitucionalista, al supremacismo xenófobo de la extrema derecha independentista representada por Catalunya Catalana y sus campañas de acoso al propio independentismo en su papel de guardianes de las esencias de la nación catalana", señala el informe.
La CUP, "única fuerza implicada"
El documento subraya que la CUP sea al mismo tiempo la única formación política abiertamente implicada en la promoción de disturbios callejeros y campañas de acoso a las instituciones y uno de los tres partidos políticos, todos ellos nacionalistas, que no han recibido ningún tipo de acoso o agresión, ya sea a sus miembros o a sus bienes.
Tras destacar que 2020 fue el año del inicio de la pandemia del coronavirus en España, los autores unciden en que la crisis derivada de la Covid-19 afectó también al patrón violento en Cataluña. Así, el Observatorio Cívico de la Violencia Política en la región detectó un incremento de los incidentes relacionados "con el odio y la hispanofobia en
redes". "No se ha registrado en redes ninguna declaración de odio o catalanofóbica proveniente de profesionales, responsables políticos o entidades del ámbito constitucionalista y contrario a la secesión durante 2020.
Desde la otra orilla, personajes habituales de los medios de comunicación públicos de Cataluña se han convertido en estrellas habituales del odio y de la hispanofobia en redes sociales como Twitter, y en medios como TV3 o Catalunya Ràdio", sostienen.
Además, ponen de manifiesto que la "hispanofobia", entendida "como fenómeno xenófobo" tiende a ser obviado o minusvalorado al carecer de dos de los elementos esenciales de la xenofobia tal y como es habitualmente interiorizada: el componente racial y el origen foráneo. "La hispanofobia se produce dentro de la propia comunidad y entre ciudadanos que comparten espacio, origen, nacionalidad y lengua, pero esto no la excluye como comportamiento con connotaciones claramente xenófobas y un discurso implícito de odio destinado a servir como semilla de la violencia que germina en las calles catalanas", denuncian desde el observatorio.
Para el mismo, las décadas de consolidación de estereotipos denigrantes y clasistas en torno al castellanoparlante en los medios de comunicación han desembocado en las presentes manifestaciones abiertas de odio, tanto en redes sociales como en actos, en los que se insulta o directamente se desea la muerte o exterminio del diferente, en este caso, el estereotipo creado por el propio nacionalismo del "español invasor y opresor".
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