El sindicato Solidaridad impulsado por Vox prepara protestas contra las políticas del Gobierno para este otoño. Aunque aún no ha fijado la fecha en el calendario, la organización liderada por Rodrigo Alonso planea contrarrestar las movilizaciones anunciadas por el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, que habla de un otoño de "grandes" conflictos si la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) no se sienta a negociar un acuerdo de carácter integral que permita revisar los salarios para ajustarlos al crecimiento de la inflación.
Desde Solidaridad consideran que los motivos para salir a la calle son varios. "Desde la regularización masiva de inmigrantes como mano de obra barata; las restricciones climáticas que provocan que nuestra industria no pueda competir; la falta de soberanía energética que provoca la subida de la luz mientras derribamos nuestras centrales y la competencia desleal que sufre el sector primario", explican fuentes de la organización a Vozpópuli.
Y denuncian: "Mientras el Gobierno hace todo esto, ahora salen los sindicatos y la ministra a culpar de la precariedad y la pérdida de poder adquisitivo al empresario, cuando en España el 99% de los empresarios son pymes que, al igual que los trabajadores, están sufriendo la inflación y la subida de los costes".
La movilización de Solidaridad pondrá en la diana a la titular de la cartera de Trabajo, que ha hecho piña con los sindicatos. Yolanda Díaz asegura que ella no ha animado a las movilizaciones, pero que "tienen toda la razón para salir". "El 5 de mayo se levantaban de la mesa. La patronal está bloqueando la negociación colectiva. Y esto es grave. Las familias trabajadores están sufriendo", dijo la ministra en Cadena Ser.
Díaz respalda las movilizaciones "que la sociedad considere pertinente" y lo defiende como "demócrata". "Un ciudadano tiene que defender sus derechos. Me parece torpe que alguien cuestione esto. No hay que tenerle miedo a ninguna movilización", explicó en la misma.
"Lo que antes costaba 1,90, ahora cuesta 3,90. Pido altura de miras. No voy a apoyar ninguna manifestación, pero defiendo el derecho a la movilización. Los sindicatos tienen que salir a la calle. Yo he suscrito 14 acuerdos sociales. La patronal se levantó de la mesa el 5 de mayo porque no quería revalorizar los salarios. Tienen que estar a la altura", sostiene. "Tengo una relación magnífica con Garamendi, pero esto no es personal", aclaró.
Las palabras de Díaz han sido aplaudidas por Pepe Álvarez, pero han despertado un gran revuelo entre los empresarios. El presidente de la Confederación de Empresas de la Comunitat Valenciana (CEV) y vicepresidente de la CEOE, Salvador Navarro, ha calificado a la también ministra de Trabajo de "arrogante" y ha afeado su "falta de empatía" con las empresas.
"La voluntad de los sectores en estos momentos tan complicados es que haya paz social. Y negociar es ceder ambas partes, y no la arrogancia de una vicepresidenta que se pone la primera en la manifestación", reconoce Navarro. El líder de los empresarios valencianos ha justificado este comportamiento de Díaz señalando que sus declaraciones son "mensajes demagógicos" que quiere "lanzar a su público", y que con ellos lo que demuestra es su "falta de empatía con los empresarios", que van a enfrentarse a unos "meses complicados", en los que se llevará a cabo "una economía de guerra".
La CEOE se ha desmarcado de la batalla dialéctica entre Navarro y la ministra, pero en el sindicato Solidaridad tienen claro que se posicionan del lado de los autónomos y pequeños empresarios y esa es la bandera con la que pretenden salir a la calle este otoño. No es la primera vez que el sindicato de Vox prepara una protesta contra las medidas implementadas por Moncloa y contra lo que llaman "el atraco de la luz".
En septiembre de 2021, la misma organización, acompañada de toda la cúpula de Vox, salió a la calle para responsabilizar de la subida a un Gobierno que "igual que los multimillonarios" vive "al margen de los sentimientos y de las dificultades de los españoles". Así lo expresó el propio Abascal.
En marzo de este año, unas 2.500 personas, según la delegación del Gobierno, se manifestaron en la plaza de Cibeles de Madrid para pedir la "dimisión" del Ejecutivo de Pedro Sánchez y exigir el abaratamiento de los precios de la energía y los combustibles. Las protestas, que estaban organizadas frente a los ayuntamientos de todo el país, también se llevaron a cabo en Barcelona, Sevilla, Pamplona, Valladolid, Palma, Murcia y Santander. "Sánchez, basura, baja la factura", fue una de las principales consignas.
Por entonces, el líder del sindicato Solidaridad, Rodrigo Alonso, advirtió que "tomaremos las calles todas las veces que sea necesario para exigir soberanía, para exigir a los políticos que no se juega con el trabajo de todos los españoles". Seis meses después y con la inflación disparada, la organización vinculada a Vox calienta motores para salir a la calle y frenar a los sindicatos que, a su juicio, han traicionado a los trabajadores.
Este mismo mensaje es el que ha lanzado Vox en la rueda de prensa celebrada este lunes para arrancar el curso político. El vicepresidente primero de Acción Política y eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé, reprochó a los sindicatos que no se hayan movilizado contra otras cuestiones como la subida de la factura de la luz y, sin embargo, se dispongan a hacerlo para reclamar un aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Pepe Álvarez, de UGT, pide una subida del SMI a 1.100 euros "que corresponda a una subida del 10% similar a la del IPC actual". "Castigar los salarios, sobre todo, a los más bajos, perjudica no sólo a las personas, sino al consumo y a la economía en general", defiende.
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