La caída WhatsApp, Instagram y Facebook a nivel mundial puso de manifiesto una realidad que muchos psicólogos y psiquiatras llevan tiempo denunciando y tratando: la dependencia y adicción a las nuevas tecnologías y, en especial, a las redes sociales se está disparando. El apocalipsis virtual duró poco más de seis horas, pero a muchas personas les pareció una eternidad. Incluso llegaron a padecer ansiedad.
La exhibición de buen humor con bromas como "lo que sea, por Bizum" vino acompañada otra exhibición menos divertida. "Hubo un gran síndrome de abstinencia generalizado por no poder acceder a determinados servicios. Durante seis horas perecía que se había acabado el mundo. ¿Ahora os dais cuenta? Me pregunté", explica Marc Masip a Vozpópuli.
Masip es psicólogo y experto en adicción a las nuevas tecnologías, además de fundador y CEO de Desconecta, un centro pionero nacido en 2012 para tratar los problemas de salud mental de los jóvenes y para enseñar a hacer un buen uso del teléfono móvil, Internet y las redes sociales.
Nativos digitales... Y también adultos
"La similitud con las drogas en cuanto a los comportamientos es total. Las nuevas tecnologías tienen un componente adictivo bestial y hay que empezar a poner restricciones a las grandes compañías. No obstante, a diferencia de las drogas, pues nunca se puede hacer un buen uso de ellas, con el teléfono móvil sí se puede enseñar a usarlo bien", apunta el psicólogo catalán.
Según Masip, la caída de las redes sociales que tuvo lugar este lunes puso en evidencia que no solo los adolescentes padecen este problema. "Este tipo de adicciones suele afectar más a los nativos digitales, pero muchos adultos también se pusieron histéricos y se sintieron hiperdesconectados. Sentían que se estaban perdiendo cosas. Al ser una caída mundial vieron que todos estaban igual, pero la sensación de hiperdesconexión aumenta cuando se trata de algún problema en el móvil que solo te afecta a ti", apunta.
Les damos un móvil de pequeños, pero no les enseñamos a usarlo, advierte el psicólogo Marc Masip
Masip considera que una dependencia siempre es mala porque es lo contrario a la libertad". "Puede generar estrés, frustración, nerviosismo, malestar y puede derivar en malos resultados en el colegio, en rupturas de pareja y/o en acceso a nuevos problemas como el consumo de pornografía", sostiene.
Además, señala que la pandemia ha provocado que padres e hijos pasen más tiempo juntos en casa, por lo que muchos padres se han dado cuenta de que sus hijos abusaban del móvil. "Les damos un móvil de pequeños, pero no les enseñamos a usarlo", comenta. Entre las soluciones que propone, Masip destaca la elaboración de leyes estatales que rijan el uso de las tecnologías (no su prohibición) y educación y formación.
Impacto de la pandemia en consultas
Con él coincide Sergio García Soriano, psicólogo clínico y experto en Intervención Social. "Las consultas de las familias sobre este tipo de adicciones se han incrementado en torno al 10% a raíz de la pandemia. Durante el confinamiento los criterios a la hora de diagnosticar se habían flexibilizado. La pantalla se convirtió en una necesidad. Pero ya no estamos en esa etapa y muchos padres llaman para contar que sus hijos se pasan todo el día pegados al móvil, no les hacen caso y no estudian", cuenta García Soriano.
Cada vez son más las personas que no saben aburrirse y que no son otra cosa que voyeurs", dice el psicólogo García Soriano
El también miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid advierte que la caída de WhastApp, Instragram y Facebook que duró más de seis horas sirvió para que muchas personas fuesen conscientes de la absoluta dependencia que tenían. "Una cosa es manejar un móvil como herramienta y otra que el móvil nos maneje a nosotros. Cada vez son más las personas que no saben aburrirse y que no son otra cosa que voyeurs", dice.
García Soriano invita a reflexionar sobre la prevalencia de lo virtual frente a lo presencial. "La caída de las redes sociales debería hacernos pensar seriamente por qué prescindimos cada vez más del tú a tú. Por qué nos escondemos detrás de la pantalla. El abuso del móvil puede acarrear una adicción y puede generar fobia social, megalomanía, falta de empatía... Las personas terminan por no centrarse en el aquí y el ahora", concluye.
WhatsApp, de las apps más utilizadas
El uso de internet está ampliamente extendido en la población española. Según la encuesta EDADES 2019/20, dirigida por el Plan Nacional sobre Drogas de España, prácticamente la totalidad de la población ha utilizado internet con fines lúdicos alguna vez en la vida, en el último año y en el último mes.
Por edad, las mayores prevalencias (alrededor al 98%) se observan entre los individuos de 15 a 44 años, mientras que la prevalencia desciende hasta un 85% cuando analizamos a los mayores de 55 años. No se observan diferencias entre hombres y mujeres
Al analizar los tipos de actividades realizadas por internet, se observa que tanto en hombres como en mujeres las actividades más realizadas son usar mensajería instantánea, intercambiar mensajes de WhastsApp, buscar información sobre bienes y servicios, recibir o enviar correos electrónicos y ver contenidos de vídeo de sitios para compartir como YouTube.
"El uso compulsivo de internet es un fenómeno creciente de nuestro tiempo que se da, sobre todo, en los grupos más jóvenes. En los últimos años, el uso problemático de internet ha trascendido la consideración de trastorno del control de impulsos para encuadrarse en las adicciones comportamentales, aceptando que tiene una base común con el resto de conductas adictivas", explica el estudio.
1.139.000 hacen uso compulsivo
Tanto en 2015 como en 2017, casi un 3% de la población de 15 a 64 años realizó un posible uso compulsivo de internet en España, lo que supondría una cifra estimada de aproximadamente 900.000 personas. En 2019/20, esta prevalencia aumentó al 3,7%, es decir, aproximadamente 1.139.000 personas.
Los últimos informes Digital 2020 , publicados por We Are Social en asociación con Hootsuite, muestran que los medios digitales, móviles y sociales se han convertido en una parte indispensable de la vida cotidiana de personas de todo el mundo: más de 4,5 mil millones de personas usan internet ahora, mientras que los usuarios de las redes sociales alcanzaron los 3,8 mil millones.
"Casi el 60% de la población mundial está en línea, y las últimas tendencias sugieren que más de la mitad de la población total del mundo utilizará las redes sociales a mediados de este año", recoge el informe. El usuario promedio de internet ahora pasa 6 horas y 43 minutos en línea cada día. Eso equivale a más de 100 días de tiempo conectado por usuario de internet por año. Si dejamos aproximadamente 8 horas al día para dormir, eso significa que actualmente pasamos más del 40% de nuestra vida despierta usando internet", advierte el documento.
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