En apenas 72 horas, lo que fue "una gran entrevista" de Casado en COPE se convirtió en el principal motivo para pedir su cese de aquellos que le habían mandado whatsapps de apoyo después de la misma. Unos mensajes, difundidos un año después por El País, que sus autores justifican en las conversaciones previas con el entonces secretario general. García Egea no dejó lugar a dudas sobre la culpabilidad de Ayuso: según algunos integrantes de aquel comité de dirección, "Teo nos prometió que Ayuso iba a caer"
Esa 'sentencia' por parte de la mano derecha de Pablo Casado se produjo apenas unas horas antes de la entrevista del expresidente del PP que, a la postre, significó su 'fin' político. En la tarde previa a esa intervención radiofónica, el propio líder nacional reunió a su guardia pretoriana para preparar la 'artillería' contra Ayuso y, a pesar de no mostrar nada "definitivo" contra la presidenta de la Comunidad, el mensaje era de "sentencia" contra ella.
La cumbre se produjo en la tarde del jueves 17 de febrero del año pasado y, tras la misma, "nos tomamos unas cervezas para acabar la jornada", explican a Vozpópuli integrantes de aquel comité de dirección del PP. En ese ambiente más informal, Teodoro García Egea insistió en transmitir que Casado tenía argumentos sólidos para hacer caer a Ayuso.
Esa "seguridad" mostrada por el secretario general del partido, -en una conversación que el entorno del ex secretario general del PP niega a este periódico que se haya producido-, unida a la contundencia mostrada en COPE a la mañana siguiente por Pablo Casado, provocó que "los mensajes fueran los que fueron", explican a este medio algunos de los cargos de aquel PP que escribieron un whatsapp de respaldo al entonces líder nacional.
El fin de semana que cambió todo
"Creímos a nuestro presidente y a nuestro secretario general", apuntan estas mismas fuentes, que añaden: "También recibíamos presiones, como los diputados y cargos provinciales y locales, para poner mensajes de apoyo públicos en redes sociales a favor de Casado. Y lo hicimos". En todo caso, advierten, "los acontecimientos se precipitaron durante ese fin de semana y todo cambió".
Efectivamente, tras la entrevista de Casado en COPE, el entonces presidente del PP e Isabel Díaz Ayuso se reunieron ese mismo viernes y el líder del partido decidió cerrar el expediente abierto contra la madrileña por "haber presentado la documentación requerida desde hace seis meses". Un paso atrás que, sin embargo, no pudo frenar lo que ya era irreversible: su caída al frente del partido.
El sábado, Génova y Sol protagonizaron un intercambio de golpes radiados a los medios de comunicación, 'vendiendo' versiones diferentes de esa reunión y, entretanto, se produjeron las llamadas de Feijóo y Rajoy a barones regionales y miembros del comité de dirección del PP pidiendo colaboración para cerrar cuanto antes la crisis provocada por Pablo Casado.
También estrechos colaboradores del aún líder del partido le telefonearon a lo largo de ese fin de semana para pedirle el cese de Teodoro García Egea, pero Casado se negó a dejar caer a su número dos y resistió en el cargo a la espera de la reunión del comité de dirección del lunes.
"No tenían nada"
A ese cónclave asistieron los autores de los whatsapp de apoyo a Casado el viernes con un gesto, y un tono, muy distinto: "A lo largo del fin de semana vimos que lo que nos habían contado el jueves no estaba ni mucho menos cerrado, y pedimos explicaciones".
A lo largo del fin de semana vimos que lo que nos habían contado el jueves no estaba ni mucho menos cerrado, y pedimos explicaciones
Una de las más contundentes fue Elvira Rodríguez, que preguntó de forma directa a Casado y Egea si tenían "algo sólido" contra Isabel Díaz Ayuso. La respuesta de ambos, en absoluto concluyente, empezó a provocar los primeros cambios de discurso de los allí presentes.
Tras el receso para la comida, los tres portavoces parlamentarios -Cuca Gamarra, Javier Maroto y Dolors Montserrat- "amagaron con dimitir" si el presidente del partido no tomaba decisiones contundentes. Finalmente, Casado propuso la celebración de una junta directiva nacional para poner fecha a un congreso extraordinario, algo que se aprobó por unanimidad.
El resto es ya conocido: un día después Teodoro García Egea dimitió y, en la madrugada del 23 al 24 de febrero, apenas dos horas de que estallase la guerra en Ucrania, Casado claudicó ante los barones y aceptó no optar a la reelección en ese congreso, que fue el de proclamación de Feijóo en Sevilla el primer fin de semana de abril.
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