Las últimas encuestas no auguran nada bueno para Artur Mas. El lider de CiU, que ha pedido en repetidas ocasiones al electorado que le otorgue una "mayoría excepcional" con la que poder gobernar en solitario, obtendría según la última encuesta de Metroscopia, encargada por El País, apenas 62 escaños: el mismo número que sacó en las elecciones del pasado 2010 y un punto y medio por debajo de los sufragios que obtuvo en la misma cita. Así, la mayoría absoluta que Mas veía como pieza clave para seguir adelante con su órdago soberanista se queda bien lejos, lo que le forzará a gobernar de nuevo de la mano de ERC.
Descalabro socialista
Sin duda el gran perjudicado de las próximas elecciones del 25-N será el Partido Socialista, que pierde de un plumazo diez escaños y pasa a ser la tercera fuerza más votada del arco parlamentario catalán. La formación liderada por Pere Navarro se arriesga a perder incluso esa tercera posición en favor de ERC, que ha engullido prácticamente todos los escaños perdidos por los socialistas catalanes.
La caída del PSC beneficia a los Populares catalanes, que ganan un escaño y pasan a ser la segunda fuerza más votada con 19 escaños y un 13,2% de los sufragios. así, Alicia Sánchez - Camacho logra la victoria de ser la principal fuerza de la oposición, aunque más por el batacazo socialista que por lograr unos resultados mejores que los de 2010. Se salva de seguir el mismo destino que los socialistas gracias a haberse convertido en la fuerza opuesta a Mas en sus esfuerzos independentistas, activando de este modo un voto útil que busca sobre todo frenar el secesionismo.
ERC, la gran ganadora
La formación que gana más peso en el arco parlamentario sería, segun los sondeos antes mencionados, la encabezada por Oriol Junqueras, que pasa de 10 a 18 escaños. El partido toma fuerza y pasaría a amasar el 12,2% de los votos, más de cinco puntos porcentuales de su último resultado. Con estos resultados, la formación pasa a ser la llave para la formación del futuro Gobierno y un componente indispensable en el plan de Artur Más de exigir una consulta popular en la que pedir la independecia catalana.
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