Las más negras previsiones se cumplieron. Antonio Cejudo Ballesteros, el policía español de 38 años desaparecido el pasado jueves en Yemen, ha aparecido a primeras horas de esta mañana muerto en un monte cercano a Saná, la capital de este país árabe. El cadáver del agente, que estaba destinado en el equipo de seguridad de la embajada española, presentaba un orificio de bala entrada y otro de salida en la cabeza. Junto a él se encontró también su arma reglamentaria, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un suicidio. Los primeros indicios apuntan que llevaba muerto desde hace al menos tres días. En las próximas horas, se le realizará la autopsia para determinar todas las circunstancias del fallecimiento.
Los investigadores trabajaban desde hace días con la hipótesis de una "desaparición voluntaria"
El Ministerio del Interior, como informaba esta mañana Vozpópuli, había descartado hace tiempo la posibilidad de que el agente hubiera sido víctima de un secuestro a manos de grupos yihadistas o de tribus locales, como se especuló en un primer momento. De hecho, las circunstancias que rodeaban el caso hicieron sospechar rápidamente a los investigadores de que se trataba de una "desaparición voluntaria". Antonio Cejudo fue visto por última vez por sus compañeros el jueves pasado. Entonces se despidió de ellos porque al día siguiente iba a tomar un vuelo hacia España para pasar unos días de vacaciones junto a su familia.
Fue, precisamente, su hermano Javier el que dio la voz de alarma sobre la desaparición de Antonio al ver que no había aterrizado en Madrid ni el viernes por la tarde ni el sábado por la mañana. Además, cuando intentaba contactar con su teléfono móvil, este aparecía como apagado. A las cinco de la tarde, Javier alertó a la Embajada española en Saná, que rápidamente se puso a investigar. Sus compañeros descubrieron pronto que el agente se había llevado el arma reglamentaria. Además, comprobaron que no había llegado a ir al aeropuerto de la ciudad y que su billete no había sido utilizado. Estos hechos, y la circunstancia de que Antonio presentara en las últimas semanas un acusado bache anímico tras recibir unos resultados médicos, hicieron centrar rápidamente las pesquisas en la hipótesis de que hubiera decidido quitarse la vida y abandonar la del secuestro a mano de un grupo terrorista islamista, que se llegó a barajar en un primer momento.
La desaparición del agente fue denunciada inmediatamente a las autoridades yemenís, que pusieron tras la pista del agente desaparecido a un nutrido grupo de policías. También participaron en las investigaciones, además del agregado de Interior de la embajada española, los responsables de seguridad de las delegaciones diplomáticas en Saná de Francia, Italia y Yemen. Finalmente, esta mañana a primera hora era localizado su cadáver en una zona de difícil acceso en un monte de los alrededores de la capital. Las pesquisas intentan determinar ahora cómo llegó hasta allí y si llegó a utilizar un vehículo de la embajada para desplazarse al lugar o utilizó los servicios de un taxi.
En este sentido, el portavoz de un hotel de la capital aseguraba ayer a la agencia española Europa Press que Antonio Cejudo llegó al establecimiento la noche del jueves sin equipaje y alquiló una habitación. Al día siguiente, el policía español, que ya se había alojado con anterioridad en el mismo, abandonó el hotel y tomó un taxi con rumbo desconocido. Sin embargo, los investigadores nunca consideraron constatado que hubiera utilizado un transporte público.
Apoyo en las redes sociales
Durante los días en los que ha pemanecido desaparecido, las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo de compañeros y amigos del agente fallecido. Su hermano Javier incluso colgó en su blog sus reflexiones sobre los difíciles momentos que estaba pasando la familia. Ayer, escribía que "esto es una pesadilla de la que pronto nos despertaremos, ¿verdad? Ojalá fuera así de sencillo". Hoy, poco después de conocer la noticia de la muerte de Antonio, recogía en el mismo lugar la nota de prensa sobre el suceso que había facilitado el Ministerio del Interior bajo el expresivo título: "Mi hermano ha muerto. No puedo hablar". La Embajada española ya ha iniciado los trámites para proceder a la repatriación del cadáver lo antes posible.
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