"Los terroristas utilizan todos los medios que están en su mano para alcanzar sus objetivos". Los dos terroristas recientemente detenidos gracias a la investigación de la Comisaría General de Información, en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia, habían recorrido la ruta de los Balcanes para llegar desde Oriente Medio hasta Europa infiltrados entre grupos de inmigrantes o refugiados.
Se trata de retornados, personas que en su momento se marcharon a Siria o Irak para engrosar las filas de las organizaciones terroristas, pero que ahora regresan tras las continuas derrotas militares que han sufrido en el territorio. Se consideraba a ambos especialmente peligrosos, por sus habilidades en el manejo de armas y haber entrado en combate en primera línea de conflicto.
Según ha podido saber Vozpópuli a partir de fuentes de la lucha antiterrorista, los yihadistas se infiltraron entre los inmigrantes y refugiados que huyen de la guerra para tratar de llegar a su destino. Uno fue capturado en Austria, gracias a una orden de detención internacional, y el otro en Mataró (Barcelona), una vez había llegado a destino.
Se trata de dos ciudadanos de origen marroquí con vinculaciones con España. Uno había vivido en nuestro país hasta que se desplazó a Siria en el año 2014. El otro lo hizo un año después desde el reino alauí, pero tenía a varios familiares residiendo dentro de nuestras fronteras. Una vez incorporados a Al Qaeda, recibieron instrucción militar para desempeñarse en el noroeste del país, en defensa de la bandera de la organización terrorista.
Yihadistas con formación militar
En concreto, participaron en cursos de entrenamiento en los que se les enseñaba cómo debían desenvolverse en el combate, además de los conocimientos en el uso de armas largas. Durante su estancia en Siria pusieron en práctica todas las lecciones aprendidas en estos cursos: la Policía Nacional dispone de vídeos suyos sobre el terreno que dejan clara su actividad terrorista.
De hecho se trataban de viejos conocidos de la Comisaría General de Información, que seguían su pista desde hace años. La Policía activó todos los resortes necesarios para su detención una vez que tuvieron conocimiento de que habían partido de Siria para regresar a España, hace dos meses, siguiendo la llamada ruta de los Balcanes.
Al igual que los refugiados, los dos terroristas atravesaron fronteras a pie o a bordo de vehículos de transporte público. Se infiltraron en los grupos de personas que, desde Siria, dan el salto a Turquía, para después entrar en Centroeuropa y finalmente repartirse por diferentes países del Viejo Continente. "Tratan de llegar de forma clandestina y en este caso aprovecharon las rutas de inmigración más habituales -indican las mismas fuentes-. Son casos muy puntuales, pero sí que hemos visto que lo hayan hecho otras veces con anterioridad".
Otros casos de 'retornados'
Uno de los casos más conocidos es el de Abdel Bari, conocido como el yihadista rapero, que llegó en 2020 a España en patera desde el norte de África. Era uno de los terroristas más buscados del Estado Islámico. Alardeaba de los asesinatos que perpetraba en Siria y se dejaba ver en fotografías y publicaciones con las cabezas cortadas de sus víctimas. Y en el año 2021, se detuvieron a otros dos ciudadanos argelinos en Barcelona, también miembros del Estados Islámico, que habían llegado por los propios medios.
Como contó este diario, según los datos que manejan los servicios de Información españoles, a finales de 2021 se habían registrado 258 personas que habían viajado desde España a zonas de conflicto para integrarse en el Estado Islámico, Al Qaeda o sus sucursales. El Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo detalla en su Balance del Terrorismo en España que de los 258 contabilizados sobre el terreno, 57 ya habían vuelto a Europa, mientras que otros 76 habían muerto.
Una vez en España y detenidos, se les juzga por diversos delitos relacionados con el terrorismo. La obtención de pruebas -como los vídeos de los dos yihadistas combatientes recientemente detenidos- pueden servir para condenarles por actos concretos, más allá de integración en organización terrorista.
Apeiron
Señores de las ONGs, buenas gentes concienciadas en acoger a todos los que asaltan las vallas de Ceuta y Melilla o a los que llegan en patera: es por estas cosas, entre muchas otras, por lo qué es imprescindible combatir la inmigración ilegal. Es por nuestra propia seguridad. El mundo es un lugar muy hostil y peligroso, a diferencia del país en el que vivimos. Pero la seguridad debe lograrse también preservando nuestras fronteras. Y no, no se es racista ni facha ni xenófobo por reconocer la obviedad de que la inmigración ilegal pone en peligro nuestro bienestar.