España

Yolanda Díaz cambia a Calviño por Bolaños para guerrear en Moncloa: "Chocan y no se soportan"

La vicepresidenta segunda no quiere que el superministro interfiera en sus relaciones con Podemos, porque teme que la boicotee. Ambos mantienen un choque de poder en Consejo de Ministros

  • Félix Bolaños y Yolanda Díaz en una imagen de archivo. -

Tambores de guerra en la nueva coalición de Pedro Sánchez. Según ha sabido este diario por fuentes gubernamentales, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el 'súperministro' de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, mantienen un tenso pulso dentro del Consejo de Ministros. Una fuente de peso en Moncloa lo resume así en conversación con este diario: "Chocan y no se soportan". Los últimos movimientos del Ejecutivo dan cuenta de ello. La votación de los últimos tres decretos con medidas económicas y sociales fue la constatación de que el lado socialista del Gobierno, comandado por Bolaños, no está por la labor de salvar a Sumar. En absoluto.

Fuentes del partido de la vicepresidenta segunda explican que recelan enormemente del titular de Presidencia "dado su historial de fallos y el resultado de la negociación de los decretos". En Sumar creen que Bolaños ha ido demasiado lejos en las cesiones al independentismo Pero, en el fondo, hay más motivos y de más peso para la cautela de Yolanda Díaz. La desconfianza viene por las relaciones de Bolaños con Podemos.

El 'súperministro' de Sánchez negoció con los morados salvar los dos decretos del lado socialista (el ómnibus de su departamento y el paquete con las medidas anticrisis por la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio), pero se desentendió del decreto del Ministerio de Trabajo sobre los subsidios por desempleo, que fue el único que cayó por la venganza morada. Y que dejó a Díaz tocada, porque perdió el aura de gran negociadora y de persona capaz de tejer acuerdos con los diferentes y con los 'casi' iguales.

Bolaños no perdona el 'problema' de Podemos

Ese fue un mensaje para navegantes dirigido, en especial, Yolanda Díaz, a quien Bolaños no perdona que el trato que ha dispensado a los de Ione Belarra pusiera en peligro la gobernabilidad de la coalición liderada por el PSOE. Poco después de la voladura del grupo de Sumar y la salida de Podemos para arribar al Grupo Mixto, el ministro de Presidencia llamó a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, para firmar una 'entente' de colaboración que no destroce las propuestas legislativas del lado socialista. Bolaños sabe que esta legislatura está siendo y será un ´sálvese quien pueda'. Y, por eso, su único objetivo es salvarse a sí mismo y, por extensión, al presidente.

Las fuentes consultadas explican que también hay una batalla de poder entre ambos. Bolaños ha asumido un enorme peso en el Gobierno de Sánchez. No por casualidad, el titular de Justicia, abogado de formación, es el autor intelectual de la ley de amnistía, la llave del PSOE para seguir en Moncloa. Su perfil, pues, opaca a cualquier otro compañero de Moncloa que pretenda tener un papel político relevante. Y ese el caso de Yolanda Díaz, quien se empeña en sacar la cabeza del Consejo de Ministros para marcar línea política propia.

Irene Montero, Félix Bolaños y lone Belarra, en el Congreso
Irene Montero, Félix Bolaños y lone Belarra, en el CongresoEDUARDO PARRA / Eduardo Parra.

Los dos, por tanto, chocan. No solo porque tienen criterios políticos distintos, sino porque buscan debilitarse para crecer electoralmente a costa del otro. Una victoria de uno es la derrota del otra y viceversa. Basta certificar la 'alegría´ con la que Bolaños recibió el golpe a Sumar en la votación de los tres decretos. Díaz sigue necesitando una némesis para diferenciarse del PSOE. Hasta la salida de Nadia Calviño de Moncloa, era la titular de Economía quien reunía todas las cualidades para guerrear. Y así lo hacía. Se trastabillaban la una a la otra con las medidas económicas del Gobierno.

Podemos necesita hacerse notarUna fuente que conoce bien Podemos

Una fuente que conoce bien la ingeniería morada explica: "Junts y Podemos han mandado un primer misil a la línea de flotación del Gobierno. Podemos necesita en este momento diferenciarse y sacar la cabeza para sobrevivir. Da igual lo que haga Sumar o el PSOE… Podemos necesita hacerse notar. Aunque creo que no ha elegido bien el decreto a tumbar".

La gran ambición morada son las elecciones europeas de junio. El 9 de ese mes, España votará a los representantes que se sentarán en el parlamento comunitario. Ese día, no hay circunscripciones ni repartos de escaños por provincia. Ese día, España funciona como una única circunscripción. Y Podemos calcula que con al menos 300.000 votos, podrá lograr uno o dos eurodiputados. Ya está claro que será Irene Montero quien ponga rumbo a Bruselas en caso de lograr finalmente representación. La exministra de Igualdad fue la gran purgada. Y, además, el principal motivo del distanciamiento entre Yolanda Díaz y Sumar.

Con su decisión de sacar a Podemos de Sumar, Pablo Iglesias -e Ione Belarra e Irene Montero- han lanzado al partido nacido al calor del 15-M al vacío. Solo que el vacío se llama Grupo Mixto. Podemos ha pasado de la vicepresidencia segunda del Gobierno al soporte de cinco diputados en el Congreso. La exigua mayoría que sostiene al Ejecutivo de coalición les permitirá lograr el protagonismo que buscan y podrán colgarse las medallas que quieran si consiguen que Moncloa incluya algunas de sus medidas. Solo buscan que Sánchez les haga caso y está dispuesto a que su fontanero jefe haga de las suyas.

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