Yolanda Díaz dejará 'Sumar' como marca electoral para su plataforma electoral en las elecciones generales de finales de año, según ha sabido este diario de fuentes cercanas a la vicepresidenta segunda. Cuando trascendió el nombre, el entorno de la titular de trabajo negó que fuera a ser el definitivo, pero ha terminado asentándose tras decenas de actos. La propia 'dama roja' cree que forma parte del imaginario colectivo y que sus potenciales votantes ya la identifican con 'Sumar' y no con Podemos o con el PSOE.
Precisamente, Yolanda Díaz tenía un problema serio de identificación partidista. La vicepresidenta busca una herramienta que atraviese voluntades diferentes porque su buena valoración, como señala en InfoLibre la exdirectora del CIS Belén Barreiro, está instalada "en el centro, en la izquierda más moderada, en la izquierda menos moderada, entre los jóvenes, entre las personas de mediana edad y en distintas clases sociales". Pero todo ese espacio tenía problemas para ubicarle en una pepaleta.
Barreiro, la socióloga que dirigió el CIS, lo aclara: "Hemos detectado en nuestros estudios que la gente tiene claro que es una candidata de izquierdas y no le ve defectos. Tiene buena valoración, pero hay una parte del electorado que la asocia con el PSOE, otra con Podemos y otra que no sabe muy bien con quién". Hasta que nació Sumar, era una incógnita cómo se iba a presentar a la ciudadanía, de qué va a ser candidata.
Un discurso parecido al primer Podemos
En el fondo, el discurso electoral de Díaz es muy parecido al del primer Podemos. El problema es que el contexto político del país, nueve años después del nacimiento de los morados, es muy diferente. Díaz intenta recuperar la transversalidad para acercarse al centro, aunque lo tiene difícil. Además, su principal dificultad radica en que el enfado que había en 2015 con el PSOE no existe.
Lo que está claro es que este año que acaba de arrancar es crucial para Yolanda Díaz, porque se juega la viabilidad de un proyecto incierto, que aún no está definido y que tiene enfrente no pocos adversarios dispuestos a ponerle palos en las ruedas, empezando por sus 'aliados' de Podemos, empeñados en exigir respeto. Es decir, puestos justos de salida en las listas. El gran reto de la 'dama roja' es ser crucial para que la coalición con el PSOE pueda vivir en Moncloa cuatro años más. Y para ello necesita que la guerra abierta con los morados no la desplume y hunda sus opciones. Ese es el motivo por el que se erige en cuidadora dela coalición.
A la espera del 28-M
De momento, el plan está definido sobre el papel. Yolanda Díaz llegará a la campaña de las elecciones municipales y autonómicas con el proceso de escucha terminado. En ese momento, tendrá a punto el anuncio más esperado: si los ciudadanos quieren, se proclamará candidata a la presidencia del Gobierno. Pero todo parece indicar que esperará al resultado de las municipales y autonómicas, de las que ya ha obviado toda responsabilidad y papel.
Díaz está en ese punto en el que solo cuida su marca, su imagen, y la pondrá a disposición de quien ella considere relevante para 'Sumar'. No por casualidad, hace menos de un mes se vio con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, uno de sus referentes y con quien mantiene una gran sintonía personal y política.
En verdad, más allá de las escaramuzas internas que pueden quebrar el proyecto de Yolanda Díaz, lo cierto es que tiene casi imposible reconectar con el país como lo hizo en su día Pablo Iglesias, porque tanto la pandemia como la guerra, dos crisis que constituyen la condición de posibilidad para armar una nueva mayoría social, no están siendo el carburante ideal para Podemos, que se encuentra preso en el Gobierno. Los morados forman parte del tándem que defiende. En política, es la oposición la que suele ir al ataque. Y el público no suele excitarse con una asedio al adversario, sino con un recital ofensivo. Justo el que la situación política concede a la oposición y no al equipo de Yolanda Díaz y Pedro Sánchez.
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