El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, da vueltas a la moción de censura impulsada por Vox, que se celebrará los próximos 21 y 22 de marzo en el Congreso. Previsiblemente, será el propio presidente quien confronte con el candidato, el economista y exdirigente comunista Ramón Tamames, aunque en Ferraz se resisten a confirmarlo oficialmente. No obstante, el núcleo duro de Moncloa baraja si dar pie a otros miembros del Consejo de Ministros para que defiendan la coalición. Y la líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, tiene la oportunidad de hacerlo como lo hizo en su día Pablo Iglesias cuando los de Santiago Abascal presentaron la primera moción, pero fuentes muy próximas a ella reiteran a este diario que "no está previsto".
Su entorno, no obstante, no termina de cerrar la puerta a que acabe interpelando a Tamames. Pero lo cierto es que en el PSOE cuentan con que no lo hará. Es más, fuentes del partido consultadas por Vozpópuli insinúan que ella no tiene interés en exponerse para no cometer errores, algo que molesta en Ferraz, ya que a los socialistas les interesa llegar a la moción con la coalición lo más cohesionada posible tras la bomba atómica del 'sí es sí'. Aunque no solo, también repartir los golpes y que no se lleve todos Sánchez.
La vicepresidenta segunda está a punto de anunciar a bombo y platillo su intención de presentarse a las elecciones generales y, por eso, extrema el cuidado. Quienes la conocen saben que no tomará partido en ningún aspecto polémico que pueda resultarle contraproducente. En el PSOE, además, están exasperados con sus tiempos y con todas las veces que se ha puesto de perfil. En Ferraz quieren ya a Yolanda Díaz centrada en Sumar, la muleta en la que Pedro Sánchez deberá apoyarse obligatoriamente para seguir en Moncloa en caso de que las urnas escupan la posibilidad de que la coalición pueda repetir.
La unidad de los movimientos progresistas es positivaPilar Alegría, portavoz del PSOE
En público, los socialistas respetan los procesos internos de otras fuerzas y reiteran su "cautela" sobre los movimientos políticos a su alrededor. Eso sí, aplauden la iniciativa de la vicepresidenta segunda, porque aspiran a que condense todo lo que está a la izquierda del PSOE: "La unidad de los movimientos progresistas es positiva", espetó este lunes la portavoz de Ferraz y ministra de Educación, Pilar Alegría. En verdad, en el PSOE llevan varios días decepcionados con la también ministra de Trabajo, porque creen que tiene un problema serio de liderazgo entre los suyos y porque Podemos le está ganando todos los pulsos que le está echando. En verdad, al presidente le hubiera gustado más mano dura de Díaz. Pero no puede si no quiere destapar abrir la caja de pandora.
Y es que el lío del 'sí es sí' ha vuelto a situar a la ministra de Igualdad, Irene Montero, como la gran referente de Podemos. Sus enganchones con el PSOE han quitado el foco a la vicepresidenta segunda. Cabe recordar que la posición de Yolanda Díaz es muy difícil, porque no tiene capacidad para imponerse dentro de Podemos, donde manda un núcleo reducido del que forman parte, además de Montero, Ione Belarra, Pablo Echenique y Lilith Verstrynge, bajo la supervisión del exjefe Pablo Iglesias.
En el equipo electoral de Sumar molesta mucho la influencia de Pablo Iglesias, porque le consideran un estorbo para la reconfiguración de la izquierda a la izquierda del PSOE. El razonamiento que hacen es que si ahora el exlíder morado vive de análisis políticos en medios y en su pódcast, que se dedique a ellos y a no a la política pura y dura en actos de partido que, además, cierra como si aún fuera el máximo dirigente. Es más, le llegan a desafiar: "Si se dedica a la política, que vuelva".
Las cuentas de los socialistas
Mientras, el PSOE sigue haciendo cábalas con Yolanda Díaz. Por eso, quiere pactar con ella dónde se presentará Sumar para optimizar el rendimiento electoral de la coalición. Como ya contó este diario, en Ferraz consideran "lógico" que ese sea el 'modus operandi' de la vicepresidenta segunda. El plan ideal del comité electoral del PSOE es que la 'dama roja' no se presente en las provincias pequeñas, es decir, en las que el reparto de escaños sea igual o inferior a cinco. De esa manera, el partido liderado por Pedro Sánchez podría pescar los votos de Díaz para frenar el auge de Vox precisamente en esos lugares donde los de Santiago Abascal son más fuertes y podrían obtener algún representante.
Podemos también se mueve. Aunque según fuentes de la dirección morada las conversaciones con Yolanda Díaz sobre el proyecto que quieren sumar camina con buen pie, el lío del 'sí es sí' ha reflotado el plan b del partido: Irene Montero. La vicepresidenta segunda es la gran damnificada de la guerra abierta entre el PSOE y Podemos por la ley del 'sí es sí', porque el "ruido" le impide conseguir la notoriedad que necesita para Sumar. Las fuentes consultadas en su entorno no ocultan su pesar ante la imposibilidad de llevar sus mensajes y sus logros al público: "No marcamos la agenda", lamenta una persona que trabaja a diario con la ministra de Trabajo. Los de Ione Belarra están reventando la estrategia electoral de su lideresa en Moncloa, que, por ejemplo, no ha podido sacar rédito de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional por culpa de los cañonazos de Igualdad a Ferraz.
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