Las elecciones en Castilla y León fueron un gran experimento para la demoscopia morada. El cuartel electoral de Unidas Podemos constató que el partido apenas tiene implantación territorial más allá de las grandes ciudades. Yolanda Díaz lo sabe y, por eso, según ha sabido Vozpópuli, la vicepresidenta segunda se apoyará en dos organizaciones conectadas y con raigambre histórica: el Partido Comunista de España y Comisiones Obreras (CCOO), su mítico sindicato.
Además, tanto el partido como el sindicato son la casa ideológica de la lideresa de Unidas Podemos, quien tiene pausado su proceso de escucha para construir un "proyecto de país". No obstante, fuentes del espacio confederal y fuentes sindicales explican que la titular de Trabajo tiene capacidad de hacer ruido en esa España a la que no llega Podemos gracias a la fuerza militante del PCE y de una parte importante de CCOO.
Uno de los primeros en hacer ese diagnóstico de poco músculo fue el candidato morado a la presidencia de Castilla y León, Pablo Fernández, quien en la rueda de prensa posterior al batacazo de su partido afirmó con rotundidad que los morados no llegan al mundo rural. Por eso se puso deberes en línea con la estrategia de la nueva dirección. Y es que Ione Belarra y Lilith Verstrynge, la secretaria general y de organización respectivamente, están intentando hacer más fuerte a su partido a nivel municipal.
Un sindicato dispuesto a ayudar
Las mismas fuentes consultadas sostienen que Comisiones Obreras podría ser ese enlace perfecto en el mundo rural. Las federaciones de agricultura e incluso de industria aglutinan a una fuerza de trabajadores a los que Díaz puede apelar directamente gracias al secretario general, Unai Sordo. Es más, ese ámbito puede ser también un campo en el que pescar talento y cuadros para integrar en una hipotética lista.
Lo cierto es que el sindicato no suele abordar cuestiones políticas en sus asambleas, aunque la dirección podría tener la tentación de organizar movilizaciones para intentar aglutinar a las fuerzas que respaldan a Yolanda Díaz. Eso sí, dentro de Comisiones Obreras, donde hay en torno a 975.000 afiliados, no hay heterogeneidad ideológica. Aunque la inmensa mayoría comparte el diagnóstico de que Podemos "es una cosa que está muerta". Por comparar, los morados apenas llega a 139.000 inscritos.
En el sindicato, la imagen de Yolanda Díaz está por las nubes, aunque no hay un movimiento común que trabaje por ella, el sentir de destacados dirigentes sindicales es que "despierta ilusión". Dentro de Comisiones Obreras existe el convencimiento de que las opciones de una izquierda a la izquierda del PSOE pasan porque el nuevo laborismo que pretende encarnar Díaz se presente a las elecciones generales y que, además, la dejen trabajar en su ámbito con cierta autonomía.
Fracturas
En cualquier caso, muchos afiliados están dispuestos a ayudarla. No obstante, el vínculo entre Yolanda Díaz y el sindicalismo es muy fuerte. Y es que la vicepresidenta segunda es abogada laboralista e hija de Suso Díaz, el mítico dirigente sindical, exsecretario general de Comisiones Obreras en Galicia. Eso sí, el entorno de la titular de Trabajo niega un plan para aunar la fuerza del sindicato a su plataforma. Y Unidas Podemos considera que Díaz no se puede valer de Comisiones, porque lo que necesita es la fuerza de un partido que le aporte cuadros, mandos y gente que sabe hacer campañas.
El problema es que para eso ya se está ofreciendo con más celeridad Izquierda Unida y, dentro de ella, el Partido Comunista de España. La fuerza de la hoz y el martillo tiene más peso que nunca en su historia. Y es que por primera vez el secretario general, Enrique Santiago, forma parte del Gobierno. Así, las cosas, empieza a haber movimientos de fractura entre Podemos e Izquierda Unida, como en Madrid, donde los de Alberto Garzón emitieron un comunicado en el que se entregan, al margen de los morados, a un frente amplio liderado, además, por Más Madrid.
Ese gesto irritó a las bases moradas en la Comunidad de Madrid, porque según varias fuentes del partido, supone un intento de garantizarse su presencia en el proyecto político de Yolanda Díaz al margen de Podemos.