Yolanda Díaz, centrada en sus escuchas para "Sumar", usará la manifestación de este jueves convocada por UGT y Comisiones Obreras para reclamar un aumento generalizado de los salarios, en favor de su proyecto político. Según reconocen fuentes cercanas a la ministra de Trabajo, el perfil laboralista de la número tres del Ejecutivo servirá para converger con los asistentes a las marchas bajo el lema 'Salario o conflicto. Esta crisis no la paga la gente trabajadora'.
Pese a que es una movilización sindical "y eso es autónomo", según aclaran estas fuentes, Yolanda Díaz tratará de obtener rédito político de la convocatoria a la que dio este miércoles toda la legitimidad. La 'dama roja' se posicionó del lado de los sindicatos, a los que a su vez ve del lado del interés general, y mandó un recado a la CEOE. "Los agentes sociales tienen que cumplir con su cometido y vuelvo a decirles que desde el 5 de mayo no han vuelto a la mesa que negocia salarios", lanzó.
Díaz, no obstante, se arrogó la voluntad de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), prerrogativa del Gobierno, haya o no acuerdo en el diálogo social con patronal y sindicatos. La Comisión Asesora para el Análisis del Salario Mínimo debe entregar este mes sus trabajos. Y, en diciembre, la ministra de Díaz convocará la mesa de diálogo social para consultar a los agentes sociales y fijar el SMI para 2023: "Vamos a subirlo, lógicamente, por el impacto de la inflación. Y hay que corregir una deficiencia: somos el país con salarios más bajos [en la eurozona] tras Grecia".
Vamos a subirlo, lógicamente, por el impacto de la inflaciónYolanda Díaz
La gran bandera de Sumar, el proyecto de plataforma política que está cocinando la vicepresidenta segunda es la subida del SMI. La 'dama roja' encara el final de la legislatura con la intención de seguir construyendo su capital político con la mera gestión. En su departamento están convencidos de que sus pactos con los agentes sociales son su mejor carta de presentación. Por eso, intentará cerrar uno más con el SMI para 2023.
Cabe recordad que el vínculo entre Yolanda Díaz y el sindicalismo es muy fuerte. La vicepresidenta segunda del Gobierno su futuro político al devenir de la reforma laboral que tantos quebraderos de cabeza le dio a la coalición y que estuvo a punto, según deslizó, de provocar su salida del Ministerio de Trabajo. Ella misma zanjó en varias ocasiones que la razón de ser de su asiento en Moncloa era derogar el andamiaje laboral del PP, algo que no llegó a hacer por completo.
Díaz, una abogada laboralista que nació en Fene (La Coruña) hace 50 años, hija del histórico sindicalista gallego Suso Díaz, amenaza el liderazgo de Pedro Sánchez desde la izquierda. La militante comunista sabe que solo desde la izquierda no se ganan elecciones ni se construyen amplias mayorías con las que levantar un "proyecto de país", como reitera ella cada vez que tiene ocasión. Tras ese anhelo se esconde una competencia directa con su mayor adversario: el PSOE, a cuyos votantes ya ha lanzado una OPA.
Garamendi, a favor favor de la subida pero con cautela
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi mantiene una calculada equidistancia. El líder de los empresarios españoles apostó hace una semana por dar con una fórmula que impida que todos los ciudadanos pierdan poder adquisitivo a la vez "que las empresas no cierren, sean solventes y puedan seguir trabajando".
Y es que Garamendi reitera cada vez que tiene ocasión que la inflación está afectando a todos, "también a los empresarios". No obstante, la mayor parte del tejido empresarial español está constituido por pequeñas y medianas empresas de menos de diez trabajadores. En plata: bares y comercios son también muy sensibles a los vaivenes de la crisis energética.
Díaz, mientras, contrarresta el mensaje de Garamendi agarrándose a los organismos internacionales que reclaman esa subida: "Cunado la OCDE y el Banco Mundial alertan de la caída de los salarios es que se están convirtiendo en grave problema para nuestro país. Los sindicatos, en este momento, están defendiendo el interés general y desde luego es urgente subir los salarios. El Gobierno va a cumplir con su competencia, que es salario mínimo".
Un programa a base de "escuchas"
Díaz puso la alfombra roja a su asociación "Sumar" en Matadero, en Madrid, el pasado 8 de julio ante 5.000 personas. Desde entonces ha organizado varios cónclaves que denomina "escuchas" y que no son más que una replica del modelo asambleario del 15-M, donde la sociedad civil se cita para esbozar los retos del país de la próxima década y con qué políticas públicas abordarlos. Todo con la idea de pergeñar un programa electoral con el que concurrir en las elecciones generarles de 2023 y en el que trabaja un grupo de 35 de expertos.
El problema, y Yolanda Díaz lo sabe bien, es que es imposible repetir la historia del 15-M. Ya pasó. Si acaso, puede intentar rimarla. Pero en el espacio del cambio temen que sea la derecha quien capitalice el nuevo momento. Sobre todo por su entrada en el Gobierno. "Si el discurso alternativo al sistema lo da la derecha cuando nosotros, como Gobierno, somos el sistema, tenemos las de perder. Por eso hay que empujar la PSOE y ser valientes", explica una fuente gubernamental morada.
Yolanda Díaz persigue superar la marca de Unidas Podemos, consciente de que el ciclo político morado ha llegado a su fin tras su entrada en el Gobierno. La 'dama roja', mientras, ya ha dejado claro que el proyecto que impulsa no estará listo para presentarse al test de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo. Y Podemos, por su parte, también ha avanzado su intención de no diluirse en la sopa de letras de "Sumar", sino asociarse a ella.
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