Yolanda Díaz está muy nerviosa. La vicepresidenta segunda es la gran damnificada de la guerra abierta entre el PSOE y Podemos por la ley del 'sí es sí', porque el "ruido" le impide conseguir la notoriedad que necesita para Sumar. Las fuentes consultadas en su entorno no ocultan su pesar ante la imposibilidad de llevar sus mensajes y sus logros al público: "No marcamos la agenda", lamenta una persona que trabaja a diario con la ministra de Trabajo. Los de Ione Belarra están reventando la estrategia electoral de su lideresa en Moncloa, que no ha podido sacar rédito de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional por culpa de los cañonazos de Igualdad a Ferraz.
Tanto el presidente, Pedro Sánchez, como la propia Yolanda Díaz se esfuerzan en dar por superada la crisis de la ley estrella de Irene Montero. No pueden seguir con el desgaste diario y, por eso, han decidido dar carpetazo al asunto y esperar que el día a día haga su trabajo para enterrar en la memoria la polémica y sacarla de los titulares de los medios de comunicación. Pero Podemos no está por labor. Los morados creen haber encontrado un tema que rentabilizar frente al PSOE. Este 2023 año electoral y toca hacer "ruido", como lo definen al unísono Díaz y Sánchez. El presidente hizo ese mismo diagnóstico ante un grupo de periodistas en una conversación informal.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y su número dos, Irene Montero, piensan que el PSOE acabará acorralado si termina aprobando gracias al PP la proposición de ley que contrarreformará la ley del sí es sí y que para ambas implica "volver al código penal de 'La Manada". En la sede de Francisco Villaespesa van a por todas y, por eso, demoraron el debate del retoque de la ley en el Congreso, que se celebrará en plena semana del 8-M. Los dos partidos de la coalición se están echando un órdago para hacerse con la bandera del feminismo, que una vez más llegará dividido al día internacional de la mujer. Aunque las principales asociaciones ya han tomado partido por Montero a través de un manifiesto.
Subirse a otras olas
Mientras, Yolanda Díaz, intenta subirse al carro de los otros grandes temas que forman parte de la precampaña para hacer su particular "ruido". Este mismo sábado su prepartido organiza un acto sobre sanidad en Madrid. La idea es poner a debatir a "expertas, usuarias, profesionales, entidades representativas del sector, sociedades científicas, ONGs y sindicatos" junto a Yolanda Díaz y Rafael Cofiño, el coordinador del grupo de trabajo de Sumar de Sanidad y salud mental.
Las fuentes consultadas en el cuartel electoral de la vicepresidenta segunda reconocen que la guerra coloca a Yolanda Díaz en una situación complicada si el Ejecutivo termina saltando por los aires. La sola hipótesis tensiona a la líder de 'Sumar'. Lo cierto es que la también ministra de Trabajo se mueve en una calculada equidistancia, consciente de que no puede soliviantar a los socialistas, pero tampoco a los morados si no quiere otra cacería orquestada desde el núcleo duro de Podemos del que aún forma parte el exvicepresidente Pablo Iglesias. No obstante, parece que Díaz puede respirar tranquila, porque el presidente insistió en que la coalición no se romperá.
El PSOE lleva varios días detectando pocas ganas en sus socios de alcanzar un acuerdo. Es más, en Ferraz consideran que no quieren sentarse en serio para calentar políticamente el ambiente de cara al 8-M. Montero ha afirmado que "se pueden mandar muchas propuestas", en referencia a Unidas Podemos, que "cuentan más para el relato" que para intentar solucionar el problema, según ha señalado en declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso tras la sesión de control al Gobierno.
El miedo de la 'dama roja'
La vicepresidenta basa la necesidad de su proyecto en que es la llave para que la coalición progresista que gobierna España siga en Moncloa cuatro años más. Y ese es el motivo por el que, según su equipo, trabaja entre bambalinas para desinflamar el conflicto. "Si la coalición acaba mal... ¿Qué va a ofrecer Yolanda [Díaz] a los ciudadanos? ¿Otra coalición con los mismos problemas y rencillas de esta legislatura? Eso no se puede vender al electorado progresista", arguye una fuente que conoce bien a la ministra de Trabajo. Díaz deja a Montero la coordinación con el núcleo duro de Moncloa para desencallar la crisis. Aunque está en permanente contacto con un lado y otro.
El problema es que los días pasan sin solución aparente. Y los golpes entre los socios están desplumando la coalición. Hasta el punto de que ya ha dinamitado hasta 14 artículos del protocolo de funcionamiento que el PSOE y Unidas Podemos firmaron al llegar a Moncloa, según ha constatado este diario en base a las versiones de un lado y otro sobre la disputa de marras por la ley estrella de la ministra de Igualdad. Los cañonazos resuenan con fuerza. Para firmar la paz, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, negocia directamente con Montero. Pero fuera hay demasiado "ruido" de color morado que tiene a Yolanda Díaz y a Pedro Sánchez desquiciados.
Entre algunos socialistas no cabe duda de que tal y como se está desarrollando la crisis, las ministras moradas parecen estar buscando la expulsión de Moncloa. El presidente, Pedro Sánchez, no está por labor de agotar la legislatura con una guerra total que le desgaste y desmovilice al electorado progresista. Por él, Podemos no saldrá, aunque tengas ganas de romper, como le susurran algunos de sus más cercanos colaboradores, como su jefe de gabinete, Óscar López.
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