La renuncia de Íñigo Errejón a su escaño en el Congreso y su salida de la política han desatado una tormenta en el entorno de Yolanda Díaz, líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones. Errejón dimitió tras revelarse varias denuncias de acoso sexual y violencia machista en su contra, aunque él atribuyó su retirada a motivos personales y de salud mental. La noticia ha dejado al descubierto una serie de acusaciones que la cúpula de Sumar, con Díaz a la cabeza, supuestamente conocía desde hace más de un año. A la líder de Sumar también se le señala por haber promovido en su día a Ramiro Santalices, su exasesor en el Parlamento gallego, a pesar de haber sido acusado de posesión de pornografía infantil.
Sumar reaccionó a la renuncia de Errejón anunciando la apertura de una investigación interna sobre las recientes denuncias en redes sociales que lo señalaban por comportamientos violentos y machistas. Sin embargo, según fuentes cercanas al partido, Díaz y la dirección de Sumar ya tenían conocimiento de las acusaciones desde hace más de un año. Durante ese periodo, personas cercanas al partido habrían actuado como intermediarias entre las víctimas y la cúpula de Sumar, alertando sobre al menos cinco mujeres que denunciaron situaciones de abuso y violencia psicológica por parte del exdiputado.
Las denuncias habrían surgido incluso antes de las elecciones generales del 23 de julio de 2023, pero la dirección de Sumar optó entonces por no intervenir, centrando su energía en la campaña. En lugar de una acción contundente, Díaz se inclinó por darle a Errejón un rol de peso como portavoz parlamentario, en un gesto que, según fuentes internas, fue una forma de proteger al partido ante un posible escándalo mayor. El plan inicial contemplaba, supuestamente, la posibilidad de ofrecer a Errejón una cartera ministerial en un hipotético gobierno de coalición, aspiración que se esfumó al aflorar el contenido de las denuncias.
"El feminismo gana batallas", las reacciones tras la renuncia de Errejón
El comunicado de Sumar sobre la dimisión de Errejón fue breve y frío, señalando únicamente que se iniciaría un “proceso para recabar información sobre las declaraciones vertidas” en redes. En este contexto, la respuesta de miembros del partido dejó entrever cierto alivio: María Eugenia Rodríguez Palop, secretaria de Política Internacional de Sumar, expresó en redes que “el feminismo gana batallas”, reflejando la satisfacción entre algunos sectores de la formación por la salida del político. La polémica ha colocado a Díaz en una posición de difícil defensa, ya que muchos ven en su decisión de otorgar a Errejón un papel de relevancia, una falta de sensibilidad hacia las víctimas de este tipo de conductas.
— Sumar (@sumar) October 24, 2024
La presión que recibía Díaz desde la propia bancada de Sumar para que se tomaran medidas sobre el comportamiento de Errejón no era nueva. Según informan fuentes internas y confirma OK Diario, las diputadas del grupo se encontraban especialmente incómodas con la permanencia del político en el Congreso, dada la gravedad de las acusaciones. Sin embargo, las supuestas advertencias sobre la “toxicidad” de Errejón fueron ignoradas durante más de un año. Los mensajes de denuncia en redes sociales habían comenzado a circular ya en junio de 2023, en plena precampaña electoral, cuando una mujer relató en un hilo en Twitter (ahora X) que el exdiputado había ejercido una presión inadecuada sobre ella durante un festival musical. Estos mensajes, que relataban una “agresión sexista”, fueron posteriormente eliminados, y el escándalo se mantuvo bajo un silencio mediático hasta este último jueves, cuando Elisa Mouliaá, actriz y presentadora, señaló públicamente a Errejón como su acosador.
Santalices, el escándalo de la pederastia que Díaz prefirió no abordar
El escándalo actual ha reavivado otro episodio polémico del pasado de Díaz. En 2016, Ramiro Santalices Martínez, asesor de Díaz en el Parlamento gallego, fue detenido por la Policía Nacional tras descubrirse que había consumido y compartido pornografía infantil. Santalices, quien trabajó estrechamente con Díaz desde finales de los años 90, fue detenido después de que militantes de Izquierda Unida (IU) alertaran sobre su actividad en un ordenador de la sede del partido. Estos militantes, Mercedes Salvatierra y José Loureiro, presentaron pruebas y fueron ellos mismos quienes acudieron a denunciarlo a una comisaría, luego de que Díaz se negara a actuar, alegando que se trataba de un posible “virus informático”.
Díaz y Santalices se conocieron a finales de los años 90, y su relación profesional continuó hasta el momento de la detención del asesor, a pesar de los rumores y las denuncias internas. Tras la denuncia de Salvatierra y Loureiro, el caso fue archivado en un primer momento porque el ordenador que contenía las pruebas fue examinado por un perito, sin que se hallaran rastros de pornografía infantil. Más tarde, sin embargo, Santalices fue detenido y condenado a un año de prisión por posesión de pornografía infantil. Aunque la condena no implicó su ingreso en prisión, sí le prohibió trabajar con menores y acceder a sitios web de contenido infantil explícito por un periodo de cuatro años.
La cercanía entre Díaz y Santalices, sumada a la falta de intervención inicial de la política, levantó sospechas en su momento, pero no fue hasta ahora, con el caso de Errejón, que el episodio ha resurgido. Las omisiones en el manejo de situaciones delicadas por parte de Díaz vuelven a cuestionarse en medio de este nuevo escándalo, señalando un patrón de conducta que ahora la opinión pública examina con mayor escrutinio.
La versión de Errejón: “El patriarcado” y la contradicción entre el “personaje y la persona”
El mensaje de despedida de Errejón ha causado también reacciones dispares. Sin asumir ninguna responsabilidad directa por las acusaciones en su contra, el exdiputado aludió en su comunicado a un conflicto interno y a la toxicidad del “patriarcado” que, en su opinión, favorece comportamientos machistas entre los hombres en posiciones de poder. Errejón explicó que su vida política, caracterizada por “el ritmo y el modo de vida neoliberal”, le había llevado a una situación límite en la que sintió la necesidad de un cambio.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) October 24, 2024
Esta declaración ha sido interpretada como una justificación ambigua, en la que Errejón elude las graves acusaciones que lo han rodeado en los últimos días y sugiere que el sistema patriarcal fue un factor decisivo en su “lucha por construir relaciones cuidadosas y solidarias”.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro liderazgo de Díaz y la dirección ética y política de Sumar. La reacción tardía del partido y el silencio sostenido de Díaz en torno a las denuncias contra Errejón dejan un precedente incierto para el partido, especialmente en lo que respecta a sus compromisos con el feminismo y los derechos de las víctimas de acoso.
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