La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha empezado a mover ficha para buscar apoyos para afianzar su liderazgo en Unidas Podemos. Según fuentes sindicales, la ministra está hilando alianzas con dirigentes de las centrales sindicales, sobre todo de Comisiones Obreras, donde se siente más fuerte. Busca un escudo que le permita salvarse del fuego amigo de Podemos, sobre todo del sector de Irene Montero, y blindarse en el Gobierno en la víspera de la nueva temporada de reformas.
“Yolanda ha llegado a su nivel más alto, a partir de aquí solo depende de ella”. Así justifican en el mundo sindical los movimientos que Yolanda Díaz está dando para crear algo parecido a sus “tropas”. La ministra obtuvo de Pablo Iglesias el cargo de liderar Unidas Podemos en el gobierno. Recibió la oferta sin conocerla previamente, lo que generó cierta tensión, aunque ahora “le está agradecida”, señalan personas afines a la ministra.
Aun así, Yolanda Díaz sabe que se abre un periodo de transición. En Podemos muchos están convencidos que el núcleo duro del partido, liderado por Irene Montero, no será demasiado indulgente con la vicepresidenta. Ellos son los “poderosos”, porque controlan la organización, y están interesados en no ceder mucho protagonismo a la gallega.
"En el sindicato está su público"
En este encaje, Yolanda Díaz ha empezado a buscar aliados en el mundo sindical. “Está buscando en el sindicado, se nota y mucho”, desvelan desde Comisiones, donde recuerdan que el padre de Yolanda Díaz fue “un dirigente sindical de reconocido prestigio”. “Allí está su público, pero el problema es que está difuminado”, resumen las fuentes consultadas. Se refieren al hecho de que los dirigentes del sindicato pueden garantizar apoyo, pero no se van a envolver con la bandera de ningún partido en concreto.
El interés de Yolanda Díaz por el sindicato liderado por Unai Sordo sirve porque puede “influir y apretar” en el caso de una candidatura. No es un asunto baladí, porque Podemos está en caída de popularidad y Más País tarda en despegar a nivel nacional. Comisiones Obreras, en cambio, mantiene una importante ramificación territorial y sus afiliados no tardan en responder a las llamadas del sindicato si hace falta movilizarse. En el pasado el propio Iglesias intentó que la central aportara sus afiliados a los mítines del partido, pero desde 2019 esa relación se rompió.
Yolanda Díaz sabe que necesita tiempo. Si Pedro Sánchez se decanta por adelantar las elecciones de aquí a un año, tal y como prevé una parte relevante de Podemos, lo más probable es que el partido morado descarte su candidatura y afiance a Irene Montero, después de un proceso de primarias que, como siempre, será pilotado desde arriba. La número dos de Podemos se está manteniendo al margen de Iglesias y lo hace con el objetivo de reafirmar su figura más allá de la del secretario general.
"De la impugnación a la construcción"
Es por ello que la ministra se mueve como una equilibrista. Busca un “perfil propio” en Podemos y a la vez intenta evitar romper los puentes con el PSOE. “No hay que olvidar que Yolanda no tiene partido: no es de IU ni de Podemos”, zanjan en el partido hermano de Unidas Podemos. Su relación con los ministros económicos Nadia Calviño y José Luis Escrivá no es mala, pero se acerca una tormenta sobre pensiones y reforma laboral, en la que Yolanda Díaz corre el peligro de desgastarse.
En el ámbito de la reforma laboral, de hecho, se juega casi todo. Su intención es ampliar los márgenes de la negociación colectiva para garantizarse el apoyo sindical. Pero Calviño y la UE no quieren retoques semejantes. Yolanda Díaz no se puede permitir romper con el PSOE, y observa con preocupación las intenciones de Sánchez, interesado en lograr los fondos europeos como sea.
En su reciente entrevista en el Diario.es, Díaz ha reiterado el espíritu pactista, lo que en Podemos consideran como una “enmienda a la estrategia de Iglesias”. Para algunos en el partido morado esas declaraciones ha generado tensión con el entorno de Irene Montero, más proclive a mostrar los dientes que a poner la otra mejilla. "Apenas elogia el legado de Pablo", comentan. Y se suman a otra frase que la ministra pronunció el pasado sábado en el Consejo Confederal Estatal (que agrupa a Podemos, IU y los Comunes), cuando dijo que hay que pasar "de la impugnación a la construcción". Yolanda Díaz necesita tiempo, pero todo apunta a que se ha puesto en marcha.
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