Yolanda Díaz está convencida de haber logrado ya de facto una subida de impuestos generalizada en 2022 porque hay que financiar otro techo de gasto récord de las administraciones públicas el año próximo. Pese a los más de 25.000 millones de fondos europeos consignados y al previsible aumento de recaudación tras el espectacular crecimiento del PIB, eso no va a ser suficiente para llegar a los 196.142 millones previstos, apuntan a Vozpópuli fuentes del entorno de la vicepresidenta segunda, que no ocultan cierta euforia tras la “victoria” que supuso este jueves la primera ronda negociadora con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Durante una entrevista en la Cadena Ser horas después de esa reunión, Díaz mantuvo que no le gusta hablar de “vencedores y vencidos” en el seno del gabinete de coalición, clara alusión a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, o a la propia Montero, pero lo cierto es que en éste primer round negociador previo a las vacaciones ha logrado que la vicepresidenta económica se abra a revalorizar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y a mantener las cifras macroeconómicas de 2021; cuando no es ningún secreto que Calviño prefería haber empezado ya en 2021 a reducir el enorme volumen de deuda y una vuelta a la senda de estabilidad presupuestaria antes de que Bruselas lo imponga en 2023.
Teniendo en cuenta, además, que el Reino de España ya ha reducido en 20.000 millones sus emisiones de deuda este año, y que el propio Gobierno habla de 60.000 millones embalsados en los bolsillos de los españoles por la imposibilidad de gastar durante la pandemia, Unidas Podemos cree, ahora sí, que habrá subida de impuestos para cuadrar las cuentas públicas.
Y no solo subida del tipo nominal del impuesto de sociedades hasta ese 15% efectivo que ya recomienda hasta el G-7, sino de algo mucho más simbólico que iba incluido en el acuerdo de Gobierno firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en noviembre de 2019: elevar dos puntos del IRPF a quienes ganen más de 130.000 euros al año y cuatro puntos a quienes superen los 300.000 euros de ingresos.
En un encuentro en La Moncloa, el presidente del Gobierno cedió en su exigencia de que una bajada en el techo de gasto era innegociable cuando Díaz le respondió: “Pues igual hay que contarlo” en los medios de comunicación
La excusa oficial de Calviño y Montero para no haber acometido todavía la reforma fiscal que urgen los morados es que queda pendiente -hasta febrero no emitirán su informe- el estudio del grupo de expertos, que pondrá fin a un sistema fiscal diseñado “para la estructura económica del siglo XX”, no para la actual economía digitalizada y un empleo cada vez más uberizado, dijo en esa entrevista Yolanda Díaz. No obstante, con un techo de gasto rondando de nuevo los 200.000 millones, Unidas Podemos ve ineludible la subida, digan lo que digan los expertos, o “no saldrán las cuentas” de 2022.
Lo cierto es que antes de verse el secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico de Unidas Podemos, Nacho Álvarez, con María Jesús Montero este jueves, Díaz mantuvo en La Moncloa un encuentro con el presidente del Gobierno. En esa cita, aseguran las fuentes consultadas, la vicepresidenta Segunda abandonó su tono conciliador habitual para advertir a Sánchez que si insistían -Él, Calviño y Montero- en no negociar nada del techo de gasto “igual hay que contarlo”.
Era la primera vez que Díaz, muy presionada también internamente en Podemos por el sector de Ione Belarra y de la ministra de Igualdad, Irene Montero, amenazaba al PSOE con echar mano del estilo Iglesias, es decir, presionar en los medios de comunicación. Y Sánchez, que ha dado instrucciones a su equipo -también al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y a la negociadora parlamentaria y vicesecretaria general, Adriana Lastra, de sacar “como sea” el presupuesto 2022 adelante, cedió finalmente ante su interlocutora.
El líder socialista no ha dicho todavía la última palabra en materia impositiva. Es más, la propia Montero había emplazado a Nacho Álvarez a posponer la negociación real a septiembre porque el PSOE no quiere que un permanente tira y afloja empañe su momento dulce en lo económico y la consiguiente recuperación de la sigla en los sondeos. Pero Yolanda Díaz y los suyos creen que finalmente cederá tras hacerlo en el techo de gasto porque “no le queda otra”.
El crecimiento del PIB ayuda
Los buenos datos de la recuperación económica conocidos éste viernes, con un crecimiento del 2,8% del PIB en el segundo trimestre del año -por primera vez en quince meses- abonan para los morados la tesis de que es el momento de subir IRPF y no esperar a 2023. Díaz sabe que el PP va a tensionar la política española con esa subida, pero creen que dejarlo para más adelante no la garantiza porque estarán más próximas las elecciones y los socialistas serán menos proclives por no enfrentarse a una parte de su electorado.
Todavía hay más de 300.000 trabajadores en ERTE forzado y muchos de ellos -hostelería y sector servicios la mayoría- pasarán a engrosar las cifras del paro. Además en otoño llegarán los concursos de acreedores embalsados por la pandemia y no es descartable que está bonanza económica transitoria se frene y aumenten las razones para no acometer esa subida de impuestos, señala otra fuente de Unidas Podemos.
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