La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, está ilusionada. Se le notó el pasado viernes, cuando se juntó con 33 jóvenes activistas por el clima en el espacio Ecooo de Lavapiés, en Madrid. La 'dama roja' se limitó a escuchar y a tomar notas. Fue el inicio de Sumar tras su puesta de largo. Y fue también todo un guiño a las asambleas que creó el 15-M y que prometieron "un país nuevo", igual que la nueva izquierda que impulsa la ministra de Trabajo.
Es más, fuentes involucradas en el nacimiento de Sumar comentan que la imagen de la vicepresidenta boli en mano bien podría haberse tomado en la Puerta del Sol hace 11 años. Al equipo electoral que está armando Yolanda Díaz le impresionó que "muchas" de las 5.000 personas que presenciaron el estreno del "proceso de escucha" en el centro cultural de Matadero eran jóvenes. Y van a por ellos, forzando un momentum popular que no ha nacido. Si el 15-M no existe, crea tú el 15-M.
"Sumar quiere levantar un proyecto de país para la próxima década. Sumar no solamente no se para, sino que entiende que tiene que crear un modelo de país en el que la juventud sea el centro de actuación y lo digo porque me quedo con algo importante. Frente a la resignación… hacía mucho tiempo que no veía tanta esperanza. Esto fue lo que sentí el viernes. Y esa esperanza en parte era porque había miles de jóvenes". Toda una declaración de intenciones de Yolanda Díaz, quien durante hora y media, callada, escuchó todos los lamentos de jóvenes preocupados por el medioambiente.
Sumar quiere levantar un proyecto de país para la próxima décadaYolanda Díaz
Todas y cada una de las intervenciones de los jóvenes que se dieron cita en la primera escucha de Sumar conectaban con el mito fundacional de la izquierda alternativa que originó Podemos. El problema, y Yolanda Díaz lo sabe bien, es que es imposible repetir la historia del 15-M. Ya pasó. Si acaso, puede intentar rimarla. Pero en el espacio del cambio temen que sea la derecha quien capitalice el nuevo momento. Sobre todo por su entrada en el Gobierno. "Si el discurso alternativo al sistema lo da la derecha cuando nosotros, como Gobierno, somos el sistema, tenemos las de perder. Por eso hay que empujar la PSOE y ser valientes", explica una fuente gubernamental morada.
Pero Yolanda Díaz tiene otro problema. No solo tiene imposible recrear el contexto del 15-M, sino que el PSOE, decidido a atarse a la izquierda, le ha achicado el espacio político. El paquete anticrisis que el presidente del Gobierno anunció el pasado martes en el debate sobre el estado de la nación deja sin margen a la líder morada para diferenciarse políticamente de los socialistas.
Además, Sánchez no tuvo ni la deferencia de departir con ella el alcance de sus decisiones, bien guardadas en los cajones más profundos de Moncloa. Se le notó molesta cuando llegó al Congreso, donde reconoció que desconocía todo lo que iba a anunciar el presidente, pese a que luego matizara y dijera que algunas medidas sí las conocía.
Yolanda Díaz: "No me distraigo en esas cosas"
Fuentes gubernamentales socialistas responden a los lamentos de Díaz con un mensaje velado a la par que contundente: el debate del estado de la nación es una prerrogativa del presidente y a solo a él corresponde el contenido de su intervención. Aquí manda Sánchez, por si cabía alguna duda. Ella, no obstante, se reconoce "perpleja" cuando se le pregunta si se siente sin espacio tras las medidas del presidente.
Yolanda Díaz está convencida de que le avala su trayectoria y de que los ciudadanos reconocen su sello en cada ley. Ella presume de que trabajó nueve meses para subir el salario mínimo que anunció el presidente. Pero cree que los ciudadanos han bautizado esa subida y la reforma laboral con su nombre y apellidos. Y de ahí ya no hay quien la baje. Pese a todo, Yolanda Díaz no se distrae en esas cosas. O eso dijo este miércoles en la Cadena Ser.
Pero una cosa está clara. La propia Díaz, que estrenó su proyecto político con el viejo mantra de la izquierda de que los "híper ricos no se puede independizar y tienen que aportar", se refirió al giro de Sánchez con reitintín: "Antes parecía que no era posible. Hoy sí es posible". La vicepresidenta segunda está armando los mimbres de su proceso de escucha con el mensaje de la justicia fiscal por bandera. Por eso se entiende su enfado y su afán por revivir el 15-M para superarlo.
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