Yolanda Díaz se ha visto afectada por la 'jugada' de Pedro Sánchez. La negativa del presidente del Gobierno en funciones a debatir con Alberto Núñez Feijóo, cuya investidura se está celebrando este martes en el Congreso, ha presionado a Díaz para quedarse en el escaño. Sumar, que se ha enterado a mediodía del giro de Moncloa, ha tenido que improvisar, según fuentes próximas a Díaz, y optar por la portavoz parlamentaria, Marta Lois, para dar réplica al líder del PP.
Los de Yolanda Díaz, no obstante, han defendido la amnistía a los líderes del procés pendientes de juicio de los ataques de Feijóo, que la considera una traición a la Constitución. No solo la han defendido, la han adulado, porque "es una oportunidad para pasar página". Y porque no va dirigida a "las élites políticas", sino a "cientos de personas anónimas", en referencia a los 300 cargos que se pueden beneficiar de ella.
Sumar, en efecto, es el actor más proclive a la amnistía. "Es evidente que hemos vivido situaciones excepcionales en nuestro país en los últimos años. Pero esto no es una condena. Nos preguntamos cuál es su miedo. ¿Por qué no es capaz de mirar al futuro? ¿Por qué se empeña en dar la mano a la extrema derecha? Sumar está entregado a estar a la altura de la España de 2023, de sus miedo, preocupaciones, de sus vulnerabilidades, de su futuro y de su horizonte...", ha espetado Lois.
La portavoz de Sumar, que se ha preparado la intervención en el último momento, ha afeado que en esta sesión "no está siendo un debate de investidura". Sumar ha compartido con el resto de fuerzas que la integran sus minutos de intervención, siguiendo la estela de Unidas Podemos. Pero los morados, con Ione Belarra e Irene Montero a la cabeza, no han podido disimular la sonrisa cuando Feijóo ha atacado a Díaz por sacar menos votos que Pablo Iglesias. "En las próximas elecciones generales ustedes se irán al espacio. Son una parte muy importante de la anomalía democrática con la que me refería al PSOE", ha señalado el líder del PP.
"Me ha escrito gente que siente vergüenza ajena por los tonos, lo que se aleja de la política que le importa a la gente. Hoy no venimos a celebrar una investidura. Venimos a celebrar el final de un viaje errático, triste y lleno de mentiras y bandazos. Un viaje a ninguna parte en el que Feijóo ha hecho perder mucho tiempo a nuestro país", ha defendido Lois, quien no ha querido dejar pasar la oportunidad de recordar al PP que "es una fábrica de desigualdad": "Lo hemos visto cada vez que gobiernan en España: recortes en servicios públicos y privilegios fiscales a los que más tienen. La desigualdad es la marca de la casa del PP".
A vueltas con la plurinacionalidad
"Esto no va de Cataluña y dos Españas. Hay una España olvidada durante décadas de la que no se acuerda. España es plurinacional y por eso es posible hablar gallego, aranés, asturiano… se trata de libertad y entendimiento. Tiene que leer un poco más", ha espetado Lois a Feijóo. Lo cierto es que Sánchez ha conseguido que apenas se hable de amnistía en el Congreso. Y eso ha descolocado a Díaz, que esperaba anotarse un tanto con ese asunto.
La vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones se ha convertido en las últimas semanas en un obstáculo para el PSOE. Pese a que tanto Sánchez como ella comparten objetivo y van relativamente coordinadas, en Moncloa ya se han cansado de sus salidas de tono. Primero fue la foto con Puigdemont en Bruselas y luego la pedagogía sobre los "tres tipos de amnistía". Fuentes próximas a Sánchez explican en conversación con este diario que lo mejor que puede hacer ahora Díaz es "ser discreta" y "callarse".
Estas mismas fuentes dejan claro que solo el presidente tiene la última palabra sobre el acuerdo que Moncloa cierre con Junts y con el resto de socios si es que se cierra. Cabe recordar que cuando Yolanda Díaz viajó a finales de agosto a Bruselas para reunirse con Puigdemont tenía un objetivo fundamental: marcar la agenda. La líder de Sumar se siente presa de la atención que reciben el PSOE y el PP. Y su charla con el expresidente catalán le permitió tener foco. Pero lo que no previó es que esa foto se le puede volver en contra si se hace realidad la carta de la repetición electoral. Eso, a Yolanda Díaz, se le ha notado en la cara.
