Yolanda Díaz tiene un reto doble. La vicepresidenta segunda del Gobierno pondrá rostro a la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que el Ejecutivo ya ha avanzado para después de verano. La 'dama roja' afrontará el inicio del curso político en septiembre con la intención de seguir construyendo su capital político con la mera gestión. En su departamento están convencidos de que sus pactos con los agentes sociales son su mejor carta de presentación.
Más si cabe ahora que la ministra de Trabajo está obstinada en gritar a los cuatro vientos que ella solo quiere 'Sumar'. La marca bajo la que está cocinando su proceso de escucha aún tiene mucho margen para ser conocida por la opinión pública, ese juez incorpóreo sobre el que giran las democracias. Por ello, Díaz usará la exposición mediática de la subida del SMI para potenciar sus planes electorales.
Yolanda Díaz no está dispuesta a dejar pasar la oportunidad de 'robarle' una bandera, la del empleo, al PSOE, su socio a la par que gran adversario. Y menos después del 'giro social' del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el decreto anticrisis que anunció en el debate del estado de la nación y que fue todo un órdago al espacio político de la vicepresidenta segunda.
Un programa a base de "escuchas"
Díaz puso la alfombra roja a su asociación en Matadero, en Madrid, el pasado 8 de julio ante 5.000 personas. Desde entonces solo ha organizado un primer cónclave que ella misma denomina "escuchas" y que no son más que una replica del modelo asambleario del 15-M, donde la sociedad civil se cita para esbozar los retos del país de la próxima década y con qué políticas públicas abordarlos. Todo con la idea de pergeñar un programa electoral con el que concurrir en las elecciones generarles de 2023.
La 'dama roja' volverá a insuflar aire a 'Sumar' el 1 de septiembre, cuando se dejará ver en O Courel (Lugo) para seguir recogiendo "aportaciones", esta vez de la España rural. Justo un día después, Yolanda Díaz entrará de lleno en la pelea del salario mínimo, con la que sin duda busca marcar un perfil propio frente al PSOE y Podemos, con una cita en Madrid con la comisión de expertos que estudia la subida. Aunque en esta ocasión tanto el mismo Sánchez con la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, están plenamente alineados con esa subida. En plata: no se prevén choques dentro del Gobierno.
En el núcleo monclovita más próximo al presidente Sánchez se pone fecha a una posible remodelación del Consejo de Ministros: septiembre. La idea es arrancar el curso político tras el parón veraniego marcando la agenda. Pero todas las fuentes reiteran que solo Sánchez sabe lo que terminará haciendo. Eso sí, según las fuentes consultadas, no habrá cambios en la rama morada del Gobierno. Díaz no quiere incendios en su espacio que ya está bastante caliente por la guerra abierta entre Podemos e Izquierda Unida y por los palos en la rueda de que los morados le están poniendo a la 'dama roja'.
Cambios, cambios...
En la casilla de salida aparecen varios ministros para los que Sánchez quiere un destino electoral de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo: Carolina Darias (Sanidad), Raquel Sánchez (Transportes) y Diana Morant (Ciencia), según ha avanzado El Español. Aunque también hay otros nombres de salida que circulan desde hace semanas como Margarita Robles (Defensa), una pieza de caza mayor para los independentistas y para el propio Podemos tras el lío de Pegasus, y Fernando Grande-Marlaska (Interior).
Los socialsitas, no obstante, están empeñados en tender puentes con Unidas Podemos y en cuidar mediáticamente a Yolanda Díaz. La obsesión del presidente es evitar todo "ruido" entre socios que contribuya a dejar en casa a los potenciales votantes de la coalición. Pero más allá de los líos entre los dos partidos, en Moncloa faltan perfiles políticos que marquen línea pese a la cooptación de Ferraz que ha ejecutado Moncloa tras la salida forzada de la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.
Fuentes gubernamentales socialistas reconocen que los cambios en el Ejecutivo del año pasado, que supusieron el desembarco de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez; de la titular de Ciencia, Diana Morant; de la responsable de Educación, Pilar Alegría; de la encargada de Transportes, Raquel Sánchez y del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, no se han rentabilizado. El único, dicen estas fuentes, cuyo desempeño en este tiempo le ha granjeado proyección pública ha sido Bolaños "y no precisamente buena tras Pegasus".
Yolanda Díaz y Podemos, mismo destino distinto camino
Podemos decidió no integrarse formalmente en la futura plataforma de Yolanda Díaz. Y como ya contó este diario, la 'dama roja' no va a perder ni un segundo en juegos con los morados, a quienes desdeña por su intención de no diluir sus siglas. En la sede de Francisco Villaespesa van a jugar fuerte y reclamarán a la titular de Trabajo una relación de igual a igual entre Podemos y todo lo que surja del proceso de escucha para ser "aliados electorales". Nada más que eso, "aliados".
Cabe recordar que Yolanda Díaz persigue superar la marca de Unidas Podemos, consciente de que el ciclo político morado ha llegado a su fin tras su entrada en el Gobierno. La 'dama roja', mientras, ya ha dejado claro que el proyecto que impulsa no estará listo para presentarse al test de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.
Lo cierto es que Podemos ya está carburando para esas elecciones, con un proceso de primarias que el partido está a punto de poner en marcha. Los morados no quieren dejar de ser la fuerza hegemónica de la izquierda a la izquierda del PSOE y no quieren ceder ni un ápice de su poder municipal pese a las acometidas de Izquierda Unida y de Más País. Podemos e Izquierda Unida están sumidos en una cruenta batalla tras el lío del frente amplio andaluz. La izquierda española está empeñada en restar.
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