Es un estreno, pero no se ha escuchado nada nuevo. La ‘dama roja’, Yolanda Díaz, ha arrancado este viernes ‘Sumar’, su proyecto político, y lo ha hecho cacareando los mantras de siempre de la izquierda: “Los híper ricos no se pueden independizar, tienen que aportar”. Toda una declaración de intenciones cacareada mil veces antes por el último gran faro de la izquierda, Pablo Iglesias. Y por todos los líderes de los partidos de Unidas Podemos que se han quedado fuera del primer acto político de la vicepresidenta segunda por prescripción gubernamental.

Yolanda Díaz, que ha llegado acompañada de sus amigas de toda la vida, no ha dejado escapar la oportunidad de lanzar dos mensajes clave: que los partidos y, por tanto, sus cuadros dirigentes, tienen que tener una “enorme generosidad” para repartirse la tarta. Y que buscará la legitimidad que le falta con una votación que la catapulte para dejar atrás el dedazo de Iglesias que tanto le amarga: “Soy una más. Pero, si queréis, me sumo”, ha espetado ante un público a medio gas, tocado por los 36 grados que han asado el centro Madrid.

Lo cierto es que la plaza de Matadero se ha desbordado con más de 5.000 personas para presenciar la salida al escenario de la esperanza de la izquierda bajo los acordes de This Girl Is On Fire (Esta chica lo peta). La plaza del centro cultural Matadero de Madrid se marca ya en rojo en el mapa capitalino, porque allí ha nacido un experimento político incierto que promete dar no pocos dolores de cabeza a las fuerzas que forman la coalición de Unidas Podemos.

Un "movimiento ciudadano"

Pero por si había dudas, Díaz ha vuelto a decir que este “movimiento ciudadano” no va de partidos. Por eso no ha subido a ningún político tradicional. Nadie en traje. Porque, según la presentadora del acto, la activista Nerea Pérez, la cita de Matadero solo podía llegar tras “el momento de los señores en traje que dicen que para guardar la democracia hay que gastar más en bombas”. 

Y es que Yolanda Díaz se ha rodeado de grandes desconocidos para el gran público: Irene Rubiera, activista ecologista de Fridays for Future; Valeria Castro, presidenta de la Asociación Española de Videojuegos; Fernando García, rider y sindicalista; Miguel Ángel Castellano, representante de la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Amazon; Carmen Rodríguez, profesora de la Universidad de Málaga y miembro del Foro de Sevilla y de Redes por una nueva política educativa; Carolina Elías, feminista y Belén González, psiquiatra en un centro de salud mental de Madrid.

Solo en vídeo han aparecido algunos rostros con 'caché': el periodista Manuel Rivas; el escritor Bernardo Atxaga; el músico Kiko Veneno; la actriz María Márquez; la tiktoker Carla Galeote y el actor Antonio de la Torre. Eso sí, en carne hueso han estado el pianista James Rhodes; la filósofa Elizabeth Duval y el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

Los de siempre

Sí, Yolanda Díaz ha interpelado a los de siempre: “Tiene que hablar la gente, los profesionales, las cajeras de supermercado, los arquitectos, los urbanistas, las limpiadoras… Ya está bien de que hablen los de siempre”. Pero no tiene prisa. Ese ha sido el tercer mensaje clave. La ‘dama roja’ augura coalición hasta el final pese a los roces y la contundencia con la que se ha empleado contra sus socios socialistas: “Necesitamos paciencia, inteligencia cariño, pensarnos bien. Me dicen que voy lenta. Y sí, pero tenemos tiempo, tenemos mucho más de un año”, ha zanjado.

Yolanda Díaz, ensangrentada tras los navajazos que se ha dado con la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha lamentado la política de confrontación que se hace en España. Y, por eso, ha prometido otra forma de hacer las cosas. Otro 15-M que sabe que no se puede repetir: “Sé que estáis hartas de ruido, de que se vote en contra de una reforma laboral aunque esté cambiando la vida de la gente. La política es otra cosa. Es escuchar y escuchar con mucha calma. Es dialogar, tender la mano y después, sí, ser capaces de llegar acuerdos para cambiar la vida de la gente”.

La dama roja ha cerrado el acto poniendo deberes a quienes tengan algo que decirle: “Ha llegado la hora de que deis un paso adelante para hacer un paso fundamental, un nuevo contrato social democrático”. Está por ver si los ciudadanos aprueban sus clases o la hacen examinarse de nuevo en septiembre.

En verdad, la convocatoria de Sumar ha despertado expectación. Y se ha notado desde media tared en los alrededores de Matadero, donde ha habido una larga cola para acceder. Pese a que la organización se ha visto superada en algunos momentos. Pero Díaz no se quedará en Madrid. La 'dama roja' iniciará una gira por toda España que durará seis meses.

La vicepresidenta no se ha olvidado de los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, que también han estado presentes y a los ha ensalzado porque son claves para "ensanchar la democracia" Eso sí, no han estado ninguno de sus secretarios generales. Ni Unai Sordo ni Pepe Álvarez.

Monedero, Llamazares y amplia representación política

Los amigos políticos de Díaz apenas han hecho ruido. En Podemos el perfil ha sido bajo y su delegación la han compuesto los integrantes de la Ejecutiva nacional María Teresa Pérez, Pau Vivas y Alex Zapico, además de la eurodiputada Eugenia Rodríguez Palop. También han estado algunos diputados. Txema Guijarro (Podemos) y el representante de Galicia en Común y líder de la formación morada en esta comunidad, Antón Gómez-Reino, junto a otros parlamentarios como Roberto Uriarte.

En el caso de IU, la dirección federal está representada por su portavoz, Sira Rego, el secretario de Estado y responsable de Justicia de la formación y líder del PCE, Enrique Santiago, y la consejera de Transparencia del Gobierno valenciano, Rosa Pérez. Otra presencia singular ha sido el exlíder de IU Gaspar Llamazares.

Los comunes, muy vinculados a la iniciativa de Díaz, han acudido el eurodiputado Ernest Urtasun, los diputados en el Congreso Joan Mena, Aina Vidal Mar García y el parlamentario autonómico David Cid. Del lado de Más País ha estado la andaluza Esperanza Gómez. También han estado los concejales Más Madrid Jorge García Castaño y Félix Lopez y el diputado autonómico Eduardo Gutiérrez.

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