España

Yolanda Díaz se desmarca de Podemos y se pone de perfil en el caso del 'tito Berni'

La vicepresidenta segunda dice sentirse muy preocupada por la corrupción, pero elude apoyar una comisión de investigación en el Congreso como piden los morados mientras alaba la "contundencia" del PSOE

Que Yolanda Díaz y Pedro Sánchez son vasos comunicantes no es ningún secreto. La vicepresidenta segunda del Gobierno alardea de escuchar de verdad al presidente del Gobierno, consciente de que la 'suma' de ambos es el mejor coche para disputar y poder ganar la carrera hacia las próximas elecciones generales. Quizá por ello, la referente de Sumar, el prepartido de la ministra de Trabajo, se desmarcó este jueves de Podemos y se puso de perfil por el caso del 'tito Berni'. Díaz se limitó, en la Cadena Ser, a condenar la corrupción que tanto le preocupa. Pero eludió pedir la creación de una comisión de investigación en el Congreso que sus aliados morados sí quieren -e impulsada por el propio PSOE-. Y eso que le preguntaron hasta en dos ocasiones. Tampoco dijo palabra alguna sobre la conducta poco ética de recurrir a prostitutas a las puertas del 8-M.

El entorno de la vicepresidenta segunda insiste en que "fue clara". Pero lo cierto es que no está dispuesta a cruzar el umbral del hostigamiento a Sánchez por el asunto de marras, consciente de que bajar al barro no es su estilo. Su comunicación política está basada en reunir votantes alrededor de su proyecto con un tono positivo; ella solo quiere empatizar con las preocupaciones mayoritarias de los españoles. Y no parece, por el momento, que el caso del 'tito Berni' sea una de ellas. Yolanda Díaz no quiere navajazos de "sucia política", como define a este diario un destacado diputado socialista la 'cacería' desatada contra sus compañeros de escaño -hasta ocho- por haber cenado con algunos miembros de la presunta trama corrupta que está generando "enorme malestar" en las filas del PSOE.

En verdad, en el equipo electoral de Yolanda Díaz confluyen dos intereses aparentemente antagónicos. Por un lado, saben que no pueden pasarse de frenada con Ferraz. Pero, por otro, son conscientes de que Yolanda Díaz debe beber de diferenciarse del bipartidismo y de censurar las prácticas poco edificantes que propiciaron el 15-M, especialmente la corrupción.

Un largo trámite para expulsar a Fuentes Curbelo

Para eso, además, está Podemos, esa máquina irreverente con la que tiene pactar y que es la que se encarga de pisar fuerte a los socialistas cuando toca. Por eso, la secretaria general morada, Ione Belarra, pidió al PSOE que sean ellos mismos los que impulsen la investigación en el Congreso. La 'dama roja', en definitiva, se siente cómoda en esa equidistancia. Y no solo es cuestión de comodidad; también lo es de necesidad para sobrevivir entre socialistas y morados.

Mientras, en el PSOE asumen que el proceso para expulsar formalmente del partido al exdiputado canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo, presunto cabeza de la trama que investiga la Justicia, se demorará. "Es un proceso garantista", explican fuentes del partido. Fuentes Curbelo está oficialmente suspendido de militancia y en proceso de expulsión, como le advirtió cara a cara el secretario de organización, Santos Cerdán. Si se confirman todos los delitos por los que se le investiga, habría violentado hasta cuatro artículos de los estatutos del PSOE que suponen una falta muy grave y sirven de amparo a la dirección para ordenar su salida.

La incomodidad del PSOE y de Ferraz

El 'tito Berni' dispuso de diez días desde el 14 de febrero, cuando se le suspendió de militancia, para recurrir al Comisión Federal de Ética y Garantías, que es el órgano interno del PSOE que debe resolver si la dirección ha violentado algún derecho al tramitar su expulsión. Ni el propio exdiputado, preguntado por este diario, ni el partido han precisado si Fuentes Curbelo pidió amparo. Pero aún falta para que la comisión exponga su informe. Aunque el hecho de que el exdiputado canario se resistiera a entregar su acta de diputado permite intuir que es más que probable que haya recurrido. Él mismo se sigue predigando como víctima de la trama en las contadas declaraciones que ha hecho a los medios desde que estalló el caso.

Lo cierto es que el comportamiento del exdiputado canario, cabeza de una presunta trama corrupta que arrancaba comisiones a empresarios a los que supuestamente llevaba de fiesta con prostitutas y drogas a clubes de alterne a cambio de influencias en Moncloa con las que les prometía que favorecería sus negocios, ha provocado una fuerte "inquietud" entre los diputados del PSOE, según reconocen fuentes parlamentarias socialistas.

Y todo por la bola mediática que está generado la trama investigada por la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 4 de Tenerife. Lo mismo ocurre en el Gobierno. Lo turbio del asunto escuece en el Ejecutivo, visiblemente incómodo ante las preguntas por el caso. A Sánchez se le comienzan a acumular los líos en el final de legislatura. El 8-M está a la vuelta de la esquina y su partido está señalado por la sospecha de que algunos de los suyos hayan podido recurrir a la prostitución y por haber permitido una ley de Igualdad que ha sacado de la cárcel a más de 74 condenados por abuso y agresión sexual y ha rebajado más de 720 penas.

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