Después de Navidad y con destino a Portugal. Así es como quiere la Casa Real que sea el regreso de Juan Carlos I desde Abu Dabi. Tanto Felipe VI como el Gobierno se abren a que el Emérito pueda viajar a Madrid y Galicia siempre que resida en el país luso, y el objetivo ahora es convencer al exmonarca en unas negociaciones, en Emiratos Árabes y a través de un emisario, que no están siendo nada fáciles.
Así lo reconocen a Vozpópuli fuentes muy bien situadas en Zarzuela, que ya confirmaron a este diario el viaje a Abu Dabi de una persona de la máxima confianza del Emérito para tratar de llegar a un acuerdo sobre su regreso: "El objetivo es pactar un calendario cómodo para todas las partes y fijar ya un destino definitivo para Juan Carlos I".
Tal y como se informó el miércoles en este diario, tanto el 'cuándo' como el 'dónde' están siendo los principales escollos para lograr un entendimiento con el exmonarca: "Él quiere venir ya y quedarse en Zarzuela, pero los planes de la Casa y del Gobierno son otros".
El debate sobre Zarzuela
Los plazos, en todo caso, sí que se han reducido, debido a la situación "insostenible" de Juan Carlos I en Abi Dabi: "La hoja de ruta inicial era a seis meses vista, ya pensando en el próximo verano, y con la investigación por parte de la Fiscalía del Supremo totalmente cerrada, ya que se daba por hecha la prórroga anunciada este mes".
Las presiones del Emérito, sin embargo, han provocado que la maquinaria de Zarzuela y Moncloa se haya activado y se esté negociando, en estos momentos y en Abu Dabi, las condiciones del regreso del exmonarca: "El primer objetivo es impedir cualquier decisión unilateral en vísperas de Navidad, y después acordar la salida de Emiratos Árabes".
Con este nuevo escenario, algunos sectores próximos a Casa Real se abren por primera vez a que Juan Carlos I pueda residir, aunque por un espacio muy limitado de tiempo, en Zarzuela, hasta tener lista su residencia definitiva: "Es el lugar más idóneo desde el punto de vista de la seguridad y, además, el Emérito se ha negado a vivir en cualquier otro sitio en Madrid".
El exmonarca, de hecho, habría transmitido su oposición firme a residir "en un piso o chalet de jubilado", descartando de esta forma ubicaciones que se han manejado en las últimas fechas, como el complejo residencial de Puerta de Hierro.
Sobre la posibilidad de un traslado a un edificio de Patrimonio del Estado, las fuentes consultadas recuerdan que "en España sobran inmuebles de propiedad pública" y que habría por lo menos "tres residencias" que podrían ajustarse a las necesidades de seguridad del Emérito. No obstante, el hecho de que el mantenimiento de esas instalaciones, al igual que el de Zarzuela, corra a cargo del Estado, sería un inconveniente para el Gobierno: "En Moncloa hay temor a que la opinión pública y los socios del Ejecutivo se echen encima de Sánchez por esta circunstancia".
Un 'palacete' próximo a Estoril
Así las cosas, personas muy bien situadas en Casa Real confirman a Vozpópuli que la opción que sigue generando mayor consenso entre la Zarzuela y Moncloa, y que el emisario enviado a Abu Dabi está planteando a Juan Carlos I, es la de fijar la residencia definitiva del Emérito en Portugal. Concretamente, en el entorno de Estoril.
La 'vía portuguesa' lleva abierta desde agosto de 2020, cuando el exmonarca abandonó España rumbo a Abu Dabi. Y, en los últimos meses, las gestiones de Casa Real, y también el Ejecutivo, se han intensificado con la vista puesta en el país luso.
Juan Carlos I ya ha trasladado a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, que su objetivo, al marcharse de Abu Dabi, es recuperar la vida que tenía antes de marcharse de España. O, lo que es lo mismo, garantizarse la posibilidad de pasar largos periodos de tiempo en Galicia, cerca de Sanxenxo, donde residen buena parte de sus amigos más cercanos.
El objetivo es encontrar un palacete, próximo a Estoril, que le permita tener un estilo de vida similar, y lejos del ruido mediático
Con ese deseo del Emérito en mente, Zarzuela apuesta por encontrar, en Portugal, una residencia similar a la que usaba el Emérito en tierras gallegas antes de marcharse a Abu Dabi: "Se trata de un gran pazo en Baiona, muy cerca de Sanxenxo, que le garantiza seguridad y discreción". En tierras lusas, se busca algo parecido: "El objetivo es encontrar un palacete, próximo a Estoril, que le permita tener un estilo de vida similar, y lejos del ruido mediático".
Portugal garantiza la seguridad
Las fuentes consultadas afirman que, ya hace tiempo, tanto el Gobierno como Zarzuela se interesaron por el estado de Villa Giralda, la finca próxima a Estoril en la que pasó Juan Carlos I su niñez junto a su padre, Juan de Bobón, antes de trasladarse a España. La propiedad, sin embargo, pasó a manos privadas hace décadas, y se descartó cualquier intento de negociar una nueva adquisición: "Se dio por imposible recuperarla y rehabilitarla".
En esta búsqueda, tanto la Casa Real como Moncloa han contado con la ayuda de la República Portuguesa y el gobierno luso. Cabe recordar, en este sentido, que ya en agosto de 2020 Felipe VI telefoneó al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, para plantearle que el país acogiera a su padre.
El traslado, entonces, no se llevó a cabo por las dudas del mandatario luso, que no observó en el Gobierno de España una buena predisposición para que Portugal se convirtiera en el lugar de residencia habitual de Juan Carlos I. La situación, ahora, ha cambiado y tanto Felipe VI como Pedro Sánchez saben que cuentan con la máxima colaboración por parte del país vecino.
Se trataría de convertir su residencia cerca de Estoril en una especie de embajada, con seguridad propia y también del país
De hecho, según las fuentes consultadas, la República y el gobierno portugués habrían garantizado a Zarzuela y Moncloa que el Emérito dispondría de un equipo de seguridad aportado por el país luso, más allá de su escolta habitual: "Se trataría de convertir su residencia cerca de Estoril en una especie de embajada, con seguridad propia y también del país".
A una hora de Madrid y Sanxenxo
Desde Casa Real esperan que Juan Carlos I dé su brazo a torcer y acepte fijar en Portugal su lugar de residencia. Como argumentos a favor, el emisario enviado por Zarzuela insistirá al Emérito que una finca en Estoril le proporcionará privacidad, seguridad y, además, le garantizará poder estar en Madrid y Sanxenxo en una hora de avión.
Las fuentes consultadas reconocen que esa cercanía con la capital española también se ha tenido en cuenta para algo de lo que ya ha hablado Juan Carlos I en Mi rey caído, el libro de la periodista francesa Laurence Debray: su funeral.
En Zarzuela y en Moncloa tienen claro que "el final del rey emérito no debe producirse en Emiratos Árabes" y que "será despedido en Madrid", con un "funeral de Estado", antes de ser trasladado al Panteón de El Escorial. Fijar la residencia definitiva en Estoril "facilitaría" esos planes: "En una hora escasa estaría en España y recibiría todos los honores que él desea".
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