Me parece estupendo que Cristina Pedroche dé la nota en cada Nochevieja. Lo lleva haciendo desde 2014. Ya son cinco años jugando a lo mismo: ponerse 'vestidos' llamativos para tener pase directo a las próximas Campanadas de Atresmedia y para asegurarse un sitio en algún programa de la casa. Es una jugada maestra, siempre y cuando su objetivo sea ése: convertirse en una tradición navideña, en algo para ser comentado.
Lo que no me parece bien es que se indigne cuando le preguntan sobre si este año va a volver a salir semidesnuda o no. Es lo que ocurrió hace unas semanas en un evento. Una periodista, cuya identidad desconozco, le dijo a Pedroche que "cuánto iba a enseñar este año". La colaboradora de televisión se sintió ofendida y manchó la pregunta de un machismo que no era tal: "Que una mujer me haga esta pregunta... ¡luego decís! Enseñaré lo que me apetezca".
Y continuó: "Es mi cuerpo y si quiero lo enseño, lo que no voy a permitir es que nadie me diga si lo enseño o no lo enseño. (...) Enseñar es reducir todo lo que hago, porque si fuera una cuestión solo de enseñar pues saldría desnuda pero hay un concepto detrás, hay mucha moda".
"Un concepto detrás". "Mucha moda". Ajá.
La hipocresía de Cristina Pedroche
A mí me parece genial que Cristina Pedroche enseñe lo que quiera, o que no enseñe nada. Faltaría más. Que cada uno haga lo que quiera con su cuerpo, siempre que no haga daño a nadie ni se salte la legalidad. Nadie es quien para criticarlo, pero cuando sacas rédito de ello y se convierte en tu trabajo, te expones a que la gente lo comente. Es lo que, por ejemplo, le ocurre a las modelos.
A Pedroche le ha ofendido que le pregunten si este año va a volver a "enseñar" en Nochevieja, cuando ella misma dijo hace unos días que no llevará "ropa interior"
Dicho esto, es incoherente que Pedroche se haga la ofendida cuando le preguntan si este año vamos a volver a verla semidesnuda, pues es algo que se ha repetido los últimos cinco años, y es algo con lo que ella siempre juega semanas antes de las Campanadas para generar expectación. De hecho, la propia joven dijo hace unos días que esta Nochevieja no llevará "ropa interior" porque el vestido no se lo permite.
Un juego con consecuencias
Vamos a ver, Cristina, eres lista, sabes de qué va este juego. Tú te pones algo llamativo en Nochevieja, la gente lo comenta, te critica, te alaba, creas debate, sueltas tu discurso 'feminista' de todos los años de "voy así porque quiero, soy una mujer libre", blablablá, te conviertes en el tema de conversación de la mitad de España el 1 de enero, copas páginas y páginas de Internet y luego, a cambio, obtienes beneficios económicos: 1) pasar por caja (se estima que gana unos 60.000 euros cada fin de año), 2) seguir en la televisión porque sigues interesando y 3) conseguir un nuevo contrato para las próximas Campanadas.
¿Por qué nadie le pregunta a Anne Igartiburu que cuánto va a enseñar en las Campanadas? Simplemente porque nunca lo ha hecho. No es ni machista ni feminista, ni mejor ni peor, es un hecho
Pedroche es espabilada y ha sabido sacarle partido al circo televisivo y a su imagen, pero se le ha olvidado que este "show"–como ella lo llama– tiene consecuencias. Y una de ellas es que quizá a la gente ya le importa más lo que lleve o deje de llevar que lo que diga o deje de decir.
¿Por qué nadie le pregunta a Anne Igartiburu que cuánto va a enseñar? Simplemente porque nunca lo ha hecho. No es ni machista ni feminista, ni mejor ni peor, es un hecho. Lo más seguro es que a la presentadora de La 1 le lluevan preguntas relacionadas con el color rojo, pues es el tono que suele elegir para despedir el año. Es de cajón.
A mí no me gusta
Yo respeto su juego; ha encontrado nicho y tiene que estar ganando mucho dinero con ello. Pero, sinceramente, el año pasado me dio mucha vergüenza ajena verla de esa guisa en televisión. Ella dijo que era una reivindicación feminista, un canto a la ecología con materiales reciclados... pero yo solo vi a una chica disfrazada con una especie de bikini de flores en pleno diciembre al lado de un hombre vestido hasta arriba. Me daba apuro hasta mirar la televisión. Pero, claro, para gustos los colores. Habrá gente, supongo, a la que le irá todo este rollo.
Veremos con qué nos sorprende Pedroche este año (y con qué no), y veremos hasta cuándo le sirve esta estrategia para seguir de actualidad, porque la táctica ya empieza a oler.
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