Siempre debería ser verano. O, mejor dicho, las vacaciones no deberían terminar jamás. Pero nadie dijo que esto fuera ideal y la realidad una vez más se impone al deseo. Sin embargo, hay luz al final del túnel. Madrid cuenta con rincones sensacionales y con terrazas que pueden prolongar esas vacaciones que una vez más se han pasado sin darnos cuenta. Les propongo seis terrazas que cuanto menos les harán volver a disfrutar. Para hacérselo más llevadero se lo divido en dos días.
1.- Tejas Verdes: Situado en esa zona que separa Alcobendas de San Sebastián de los Reyes, Tejas Verdes lleva décadas siendo un oasis para el madrileño que decide desconectar a ritmo de buena mesa y lugares oníricos. Una hectárea de vegetación espectacular, un caserón de sabor rural y de olor a pueblo y una carta clásica en la que reina el producto de primera, las elaboraciones sencillas y convincentes y en las que siempre hay hueco para algún plato más moderno e innovador que satisfaga los gustos más modernos. Si no lo conocen , les va a sorprender (para bien, claro está).
2.- Restaurantes St. James: Pocos platos nos trasportan tan rápidamente a la costa como un arroz en cualquiera de sus múltiples variedades. Y si hablamos de arroces St. James en Madrid es toda una institución. Al primigenio local de la calle Juan Bravo le han seguido otros cuatro que llenan sus mesas día a día. No hay mejor prueba de que allí se trabaja muy bien. Arroces por doquier, impecables todos ellos, mariscos de primera y una buena selección de platos veraniegos pueden ser la forma ideal de prolongar ese verano al que nos aferramos desesperadamente. Sus locales de Pombo 18, Rosario Pino y Casa Quemada cuentan con fabulosas terrazas en las que si cerramos los ojos casi podemos volver a esa costa de la que nunca quisimos regresar.
3.- Restaurante OXs: Son más de 30 años los que llevan José Ignacio Urdiain a los fogones y su mujer Mila López de Urdiain dirigiendo la sala de todo un clásico de la mejor cocina navarra. Sus verduras son únicas, su carta gira en torno a la estacionalidad, sus elaboraciones huyen de todo artificio y se centran en resaltar las propiedades del extraordinario producto que a diario reciben desde su Navarra natal. Para continuar, pescados y carnes que mantienen con comodidad el nivel. Como postre su flan de queso es adictivo. En la parte trasera del restaurante y semioculta en una zona de jardines de la calle Doctor Fleming, una impresionante terraza es el marco ideal en estas fechas para sucumbir al festín gastronómico que proponen.
El resto… se lo cuento en unos días.
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