La gran familia de las uvas es extensa y muy variada. Si hablamos de blancas, nada tendrá que ver una chardonnay a una airén, tampoco en tintos la monastrell podrá compararse con la pinot noir. Ésta es la magia del vino: como los colores en la paleta del pintor, así determinará el tipo de uva los resultados finales.
Mientras antiguamente cada uva tenía su lugar y el mejor terruño para su desarrollo- la tempranillo en España o la cabernet sauvignon en Francia, por ejemplo-, los avances de las comunicaciones y la viticultura provocaron el traslado de las uvas a otras latitudes con mayor o menor fortuna. Muchas de ellas se adaptaron convenientemente.
Uvas viajeras
En estos momentos, podemos hablar de “uvas viajeras” que han buscado nuevos horizontes. Un buen ejemplo lo tenemos en Marimar Torres quien, en su bodega californiana del mismo nombre, elabora un excelente albariño en Russian River Valley (California); más tarde lanzaría un tempranillo y recientemente un vino elaborado con godello. Tres variedades españolas al otro lado del ‘charco’.
No obstante, junto a estas grandes y populares uvas, hay otras que, bien por su mayor dificultad para adaptarse a otras tierras o bien porque dan bajos rendimientos y no resultan muy rentables, nunca son protagonistas estelares.
Uvas escasas, pero con carácter, calidad y personalidad a las que algunos bodegueros más audaces les otorgan el papel de única estrella de su vino
Una segunda fila que, usualmente, se utilizan formando parte de coupages. Pero hay ocasiones en las que brillan con luz propia y se elaboran como monovarietales. Y a ellas nos referimos. Uvas escasas, pero con carácter, calidad y personalidad a las que algunos bodegueros más audaces les otorgan el papel de única estrella de su vino.
Hemos elegido tres uvas- jaén, malbec (tan extendida en Argentina) y petit verdot- y hemos catado tres vinos elaborados únicamente con ellas. Grandes secundarias que hoy son protagonistas.
Uva Malvar
Española y blanca con carácter propio que durante años fue confundida con la airén, por estar mezclada con ella en el viñedo. Pero ni son iguales ni, aparte de su color, tienen mucho que ver. Bien elaborada, da vinos frutales y con peso en boca, aunque de cierta sutileza, lo que resulta óptimo. La primera mención escrita sobre ella data de 1885.
Es muy característica de la D.O. Vinos de Madrid, aunque también puede encontrarse en varias zonas de Castilla- La Mancha. Es costumbre elaborarla “sobremadre”, uvas despalilladas y prensadas que se dejan junto al vino hasta su embotellado.
La Malvar 2022 (IGP Castilla) lo elabora Más Que Vinos, una destacada bodega en la zona de Toledo, famosa por sus excelentes y originales elaboraciones. Estamos ante un vino de parcela elaborado con malvar 100%, que se cría sobre lías en tinajas y barricas. Un estupendo trago: untuoso, con personalidad, peso en boca y toques frescos y minerales. Blanco con alma de tinto, muy gastronómico. Una delicia y gran representante de esta uva tan especial. PVP recomendado: 17,50 euros.
Uva Jaén
Conocida también como Cayetana Blanca, es una variedad española característica de Andalucía y La Mancha. Alonso de Herrera en 1513 ya la citaba. Una uva delicada en el viñedo, sensible al hongo Botrytis cinérea (que resulta perfecto, paradójicamente, en Hungría con sus vinos Tokaj). A veces se emplea junto a la palomino en Jerez (o se confunde con ella).
Traemos aquí como referente suya Flavus 2018, un gran ‘Vino de Pueblo’, 100% Jaén, elaborado por Bodegas Viña Sastre (Ribera del Duero), sin Denominación de Origen por lo especial. Las uvas- de cepas viejas, 60/ 100 años- crecen entre viñedos de tintas en La Horra (Burgos), algo nada habitual actualmente, sobre laderas junto al Duero. Cultivo artesano sin pesticidas ni abonos minerales. Tan personal que sólo elaboran 6.000 botellas.
Fresco, con volumen, glicérico… Cuidadosa selección de uvas y elaboración sobre lías durante 8 meses. Muy expresivo en boca, equilibrado y elegante. Largo, perfecta acidez y profundidad. Una gozada de vino para disfrutar de algo muy exclusivo. No se saca al mercado todos los años por la escasez de esta uva.
Uva Petit Verdot
Una variedad tinta de origen francés de características plenamente distintivas. Clásica del Médoc, se utiliza en la elaboración de los grandes vinos de Burdeos, aunque es minoritaria respecto a otras como merlot, etc. Debido a su maduración tardía (por su grueso hollejo) ahora es muy preciada por los elaboradores que luchan contra las sobremaduraciones en sus viñedos debido al cambio climático.
El aristócrata y bodeguero Carlos Falcó, Marqués de Griñón, fue el primer introductor de esta uva en nuestro país en 1992. De hecho en su bodega de Dominio de Valdepusa (Malpica de Tajo, Toledo) se mantiene, tanto en coupage como en monovarietal con Dominio de Valdepusa- Petit Verdot https://marquesdegrinon.com/vinos/ .
Pero nos vamos a otra zona donde la petit verdot está dando muy buenos resultados. En la D.O. Almansa, el enólogo Pepe Rodríguez de Vera la cultiva en una parcela fetiche de su finca familiar. Como en todos los vinos que elabora, busca salirse de lo común y éste es un ejemplo más.
Sorrasca 2016 (Bodegas Dominio de Casalta, Albacete) es un vino de parcela, con edición limitada a 4.000 botellas. Nariz a frutos negros, maderas nobles… con 18 meses de crianza en roble francés. Frutal, expresivo, complejo y elegante. PVP recomendado: 23,25 euros.
Tres variedades de uva nobles y originales que dibujan un camino propio y especial si son elaboradas como vinos monovarietales.
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