Próximamente comienza el otoño y la capital sigue brillando si hablamos de gastronomía y restaurantes. Hay muchos planes para hacer en esta gran ciudad y hemos seleccionado algunos de los más interesantes y rompedores. En Madrid todo tiene cabida y, si es a mesa y mantel, mejor.
Mario Céspedes (Ronda 14) explora otros lugares y ha inaugurado novedad en Pozuelo de Alarcón, en La Taberna del Lobo hay un tapeo muy especial y también guisos de cuchara, Mola Pizza es la novedad de César Martín y El Velázquez 17 sigue siendo una de las mejores terrazas en Madrid. Como postre, la nueva pastelería El Perro y la Galleta de Carlos Fontaneda.
Novedades, afianzamiento de los clásicos… La imaginación triunfa asentada sobre el buen hacer de cocineros y equipos. Los hemos visitado todos y cada uno posee ‘algo’ que los hace únicos… No te pierdas el postre probando ‘La Tarta de Mamá’.
Conexión Madrid- Cádiz
Un voto por el tapeo y si es en La Taberna del Lobo, aún mejor. Su lema: “Barra, producto y puchero” ya lo dicen todo. Ana Romero y Daniel Montes lo bordan en los dos establecimientos que poseen en Malasaña y el barrio de Salamanca. Ésta última sólo tasca y la primera ya con comedor. Vinos y cervezas con tapita de cortesía (como debe ser en Madrid) junto a una atractiva oferta que reúne lo mejor de cada casa: desde marisquito del Puerto de Santa María a chacinas o guisos heredados de la abuela de Ana.
Una oferta seria y honesta en la que no faltan los boquerones en vinagre hechos por ellos mismos, unas deliciosas y muy personales patatas bravas, el lobicao – brioche relleno de morcilla-, la personal ensaladilla o guisos tan genuinos como las papas con choco (se deja sentir la ascendencia gaditana de Ana Romero).
Además, preparaciones muy especiales y siempre con el twist que las da Daniel. En su nueva carta de otoño podrás encontrar originales especialidades como chicharrones de El Puerto con su manteca colorá, sardina casera con su toque sobre fruta de temporada, tosta de anchoas (poco ‘sobadas’ para más sabor) con mantequilla hecha por ellos o albondiguitas guisadas sobre pan de mollete.
Como postre, no dejes de probar el tocino de cielo. Carta de vinos apetecible con buena selección de referencias. En el local de Don Ramón de la Cruz (barrio de Salamanca) abren desde por la mañana para dar desayunos: no te pierdas su tortilla o sus molletes. En ambos locales el precio medio es de 30- 35 euros.
Una fórmula de éxito
El chef Mario Céspedes y su pareja, la asturiana Conchi Álvarez (en sala), siguen imparables. Una de sus últimas novedades es el Ronda 14 de Pozuelo de Alarcón. A diez minutos escasos de Madrid, la cocina de Céspedes bascula en un compendio entre la cocina japonesa, la asturiana y la andina. Una fórmula de éxito fusión comprobado en la capital que aquí alcanza la misma excelencia, en un ambiente con profusión de plantas naturales donde poder escoger entre mesas convencionales o altas con taburetes (para éstas no es necesaria reserva).
Los rolls de chopito y tinta de calamar y los de pez mantequilla y chipotle son dos novedades del chef limeño, que se unen a clásicos suyos como el tiradito a la crema de ají amarillo o las gyozas de cordero. El sushi- fusión brilla por sí mismo con el roll de mar y montaña, a base de langostino y carne roja. Y no hay que olvidar el ceviche de xarda con leche de tigre al ají limo y calamar. Una cocina sustentada en materias primas de la mejor calidad que desprende técnica, refinamiento y equilibrio.
Una terraza tranquila y cosmopolita
El Velázquez 17 no deja de confirmar cada año que tiene una de las terrazas más agradables de Madrid, de mesas vestidas, con plantas y un esmerado servicio. Si se trata de tomar sólo un vino estará a perfecta temperatura y lo mismo con cualquier picoteo o alguno de los excelentes cócteles que preparan. El Velázquez 17, que posee un comedor interior estilo bistrot, ofrece una carta amplia y variada con raciones estupendas para picoteo, así como platos más serios y bien ultimados para almorzar o cenar (también al aire libre).
De la ensaladilla rusa al foie, de los ricos tequeños con crema de membrillo a las berenjenas crujientes con hummus y miel o el ceviche de corvina. La milanesa de ternera, grande y fina, acompañada de ensalada de rúcula o el jarrete con patatas fritas y pimientos del piquillo son dos segundos platos de gran éxito. Buenas pizzas y también en formato mini. Variedad de ensaladas y postres caseros como la tarta de zanahoria o el fondant de chocolate. Una cocina casera, natural y de temporada que también puedes probar en su delivery en Just Eat. Breve pero escogida carta de vinos.
Italia reinventada
Focacha cerró sus puertas y ahora en el mismo lugar se abren las de Mola Pizza, siempre bajo el paraguas de Lakasa y su artífice, César Martín. En el mismo local, Martín y su equipo, insisten en la cocina italiana más desenfadada para hacer evolucionar el concepto. Masas madre de distintas fermentaciones, originales rellenos… todo con un horno de piedra donde combuste únicamente leña de encina. Podrás elegir entre 11 variedades de pizza, como la de guanciale , laminado y aceite de ajo, de lomitos de sardinas ahumadas o de solomillo de cerdo ahumado al sarmiento.
Lo más original y menos visto en Madrid es la ‘Mpustarella’, un bocadillo típico de Nápoles terminado en el horno, con rellenos en la misma línea: desde la porchetta con salsa tártara a la de mortadela con pesto y mozzarella. Todo en un delicioso pan ideado por ellos mismos junto a los panaderos del Obrador San Francisco. Completa lista de vinos italianos y españoles. La Berkel- como sello de distinción- no falta, y tampoco algunas pastas. Poseen un precio medio de unos 30 euros.
Con sello dulce
Es lo nuevo de Carlos Fontaneda, propietario de los exitosos restaurantes El Perro y la Galleta. Ahora abre sus puertas una pastelería con el mismo nombre en la que, como en todos sus establecimientos, las galletas María- cuya fábrica perteneció a su familia-, son las grandes protagonistas. Eso sí, ahora en clave dulce. Un pequeño local en la calle Castelló, 12 donde encontrar esos postres que triunfan en sus establecimientos, como la Tarta de Mamá en su versión original de chocolate con leche.
Un postre ya mítico ahora adaptado a nuevos sabores como praliné y chocolate negro o blanco (todos en versión individual). Se trata de un concepto único en pastelería que incluye también unas deliciosas cookies, algo de bollería convencional y tartas de queso. Están disponibles bajo pedido y las tartas en distintos tamaños- mediano y grande-, resultan ideales para celebraciones.
Restaurantes de muy diversos estilos que dan la medida de un Madrid que siempre brilla si hablamos de gastronomía.
Nota: Ninguno de los restaurantes mencionados se han seleccionado por algún motivo comercial, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.
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