No es una primicia que la gastronomía pasa por tiempos inmejorables y las aperturas son constantes. También la oferta de los restaurantes ya existentes se renuevan con imaginación y fluidez.
Hemos seleccionado dos novedades: el restaurante Seda en Granada- en un hotel de cinco estrellas gran lujo- y una deliciosa taberna en el Madrid más aristocrático, junto al Parque del Retiro. También hemos pasado por la barra de Salvaje Canalejas, donde disfrutar de un menú al precio cerrado de 55 euros.
En cualquier caso, un variado trayecto que nos lleva a cocinas eclécticas, cada una con su personalidad, pero siempre de calidad.
Salvaje Canalejas (SLVJ), una barra única
El Food Hall Canalejas es el lugar de moda en Madrid. Emplazado junto al hotel de lujo Four Seasons, reúne distintos espacios donde almorzar, picar algo, tomar una copa… El Grupo Salvaje, conocido en Madrid por su original oferta de estilo japo- creativo abrió en su momento el restaurante Salvaje Canalejas, con varias barras donde, ahora como novedad ofrecen un particular Menú Omakase con las recetas más destacadas de su fecunda trayectoria.
Y decimos ‘particular’ porque se trata de un menú cerrado (55 euros), cuando omakase significa desde el punto de vista purista que el sushi- man sigue sirviendo preparaciones hasta que el cliente decide finalizar., es decir, totalmente abierto.
No obstante, por 55 euros y bebida aparte, este menú destaca por su buena relación calidad- precio, su variedad y el gran número de preparaciones. También va más allá del japo ortodoxo, como es habitual en Salvaje (SLVJ), al añadir pescados y carnes hechos en robata, la milenaria parrilla nipona.
Barra de Salvaje Canalejas (SLVJ).
Gunkan de O- Toro en tartar (atún aleta azul), salmón crispy rice o dumpling de setas con crema de trufa entre otros. Para terminar, un sorbete de yuzu con crema y bizcocho y el curioso ‘matcha volcano’, similar al coulant con relleno de chocolate blanco y el famoso té verde, servido con helado de coco.
Algunos platos del restaurante Salvaje Canalejas.
Un mágico ambiente para disfrutar de una cocina fusión con técnicas refinadas, basada en el producto de calidad. Delicioso el sashimi de pez limón con ponzu, ají serrano y microcilantro. Todo se puede acompañar con vinos o bien con algún cóctel de Borja Goicoetxea, head bartender del grupo. Música de fondo y amabilísimo servicio. Está abierto ininterrumpidamente viernes y sábado de 12 a 1 de la madrugada; de domingo a jueves cierran una hora antes. Una experiencia feliz.
Taberna Linaza, tapeo castizo… y algún toque francés
Es lo nuevo de Óscar Portal en una de las calles más gastronómicas de la capital. Si el chef ya asombró en Volea (Pozuelo de Alarcón), un club de padle de estilo familiar con platos como el paté en croûte o los huevos Perigord, en el novedoso Taberna Linaza (calle Montalbán, 3) repite jugada y supera expectativas.
El chef Óscar Portal en el comedor de Taberna Linaza.
Una bonita taberna con zona de barra, mesas altas y carta propia, para darse al tapeo castizo: desde unas deliciosas croquetas de jamón a soldaditos de Pavía o patatas bravas… No falta el tono afrancesado que siempre ha definido a Portal con las mencionadas especialidades galas junto a un foie micuit de pato, platos que borda. Un universo de delicias de estilo informal para disfrutar a conciencia.
La zona de barra del restaurante es perfecta para el aperitivo.
Ya en el comedor- son dos, uno puede convertirse en reservado-, recordamos ¡y disfrutamos! de sus huevos Perigord o de platos tan tradicionales y españoles como el cochinillo con jugo de pimentón o la merluza en porrusalda. No te pierdas los fideos rossejat con gamba roja, el mollete de pastrami y queso scamorza (este último ideal como picoteo) o un exquisito tuétano a la brasa con steak tartar.
Tuétano a la brasa con steak tartar
Una taberna urbana y contemporánea con una carta de vinos breve pero variada y con etiquetas de todos los precios. ¡Y sirven bien las cañas!. Buena relación calidad- precio, con tarifa media de 50 euros en sala y unos 35 € en barra. Abre ininterrumpidamente de 12 a 1 de la madrugada y la cocina funciona hasta las 23,30, lo que es perfecto para hacer una cena tardía. Cierra lunes noche y domingos.
Seda Club Restaurant, cocina de cinco estrellas
Seda Club, de la cadena Hidden Away Hotel, es el nuevo hotel cinco estrellas gran lujo de Granada. Enclavado frente a una deliciosa placita, todo son detalles en este ‘albergue’ grandioso y máximo exponente del ahora tan de moda ‘lujo silencioso’. Son 21 espaciosas habitaciones y todos los servicios imaginables, desde amplio spa a una preciosa coctelería o la gran azotea (bien preparada para el invierno con estufas y mantas) con vistas a la catedral donde tomar una copa, un cóctel o picar algo.
La agradable azotea del hotel. Foto: Manolo Yllera.
Innumerables detalles como batas de seda, joyerito en el escritorio, colgador de corbatas, crema de manos para la noche y toallitas desmaquillantes en la mesilla… todo lo que el más exigente huésped pueda pedir. Por supuesto, sábanas de algodón egipcio y toallas en la misma línea. La amabilidad del personal y de su director, Ignacio Cabello, hacen de la estancia una feliz experiencia.
Uno de sus puntos fuertes es la gastronomía. Y, en concreto, la andaluza. Un acogedor comedor de mesas perfectamente vestidas, abierto también al público de la calle, es el escenario de Seda Club Restaurant donde degustar una cocina basada en los productos de proximidad que el chef Rubén Castro se encarga cada día de supervisar.
Una vista del elegante comedor del restaurante Seda. Foto: Manolo Yllera.
La carta, de corte tradicional con toques actualizados, tiene grandes contrastes. De las deliciosas quisquillas de Motril con vinagreta de yuzu a la pipirrana de granadas con aguacate en tempura. Original y gustosa la ensaladilla rusa de langostinos con huevos de corral.
Quisquillas de Motril. Foto: Manolo Yllera.
No faltan pescados como el taco de bacalao confitado sobre ‘roteña’ de sepia o los salmonetes meunier con salvia. Imprescindible la paletilla deshuesada de cordero segureño en su jugo con puré Robuchon. Entre los postres, un voto por el helado de chocolate, gel de naranja y bizcocho Gioconda; para paladares más audaces, el arroz con leche y espuma de anacardos. En definitiva, una cocina honesta, de concepto, con el punto justo de creatividad.
Interesante capítulo de vinos, muy versada en vinos andaluces: blancos y tintos, junto a vinos generosos y dulces del Marco de Jerez. No falta el champagne. Déjense aconsejar por el estupendo sumiller, le descubrirá etiquetas excelentes y poco conocidas.
Cordero deshuesado segureño en el restaurante Seda. Foto: Manolo Yllera.
Entre otros detalles, una variedad de tres aceites al comenzar la comida y cuatro panes diferentes. Todo en un ambiente armónico y relajante. Y no dejen de tomar una copa o un cóctel en su precioso bar, situado junto al restaurante. Por supuesto, en el hotel se encargan de conseguirles entradas para espectáculos diversos: una idea es visitar una zambra, como La Rocío, en las cuevas del Sacromonte y contemplar un auténtico espectáculo flamenco. Granada no tiene parangón.
Un paseo gastronómico que nos lleva de Madrid a tierras de La Alhambra en distintos restaurantes con la mejor gastronomía como hilo conductor.
Nota: Ninguno de los restaurantes mencionados se han seleccionado por algún motivo comercial, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.
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