Al menos 132 civiles murieron en los ataques perpetrados por presuntos yihadistas este fin de semana en tres localidades del centro de Mali, ha informado este lunes el gobierno transitorio maliense en un comunicado. El gobierno indica que "los ataques terroristas" se produjeron en la noche del sábado al domingo y apunta al grupo yihadista de la Katiba Macina, también conocido como Frente de Liberación de Macina, como responsable de los asesinatos, algunos de cuyos autores, dice, ya han sido identificado.
En un mensaje difundido por la cadena pública ORTM, el presidente de Mali, el coronel Assimi Goita, decretó además tres días de luto por los fallecidos y prometió que sus asesinos "no quedarán impunes". Los ataques, según fuentes locales consultadas por EFE, tuvieron lugar en tres localidades del centro de Mali en la noche del sábado al domingo, cuando un grupo de hombres armados las asaltaron y mataron a decenas de civiles.
Se trata de los poblados de Dilassaguou, donde según se produjo el grueso de los asesinatos, así como Diaweli y Dessaguou. Dichas fuentes aumentan a 188 los muertos en las tres localidades. Un habitante de Dilassaguou explicó a EFE vía telefónica: "Estamos sobrepasados por la barbarie y no sabemos nada de varios de nuestros padres y amigos. Otros huyeron del pueblo dejando todo detrás". Otro residente en el pueblo añadió que desde el domingo no tiene ninguna noticia de su padre.
El Ejecutivo no se ha pronunciado sobre los hechos
La mayoría de los asesinados, según las fuentes locales, son jóvenes, y entre ellos estaría el jefe de esta localidad. La comunidad de residentes de Bandiagara-Bankass y otros miembros de la etnia dogón (predominante en la zona) llevan desde entonces presionando al gobierno de transición maliense a reaccionar, pero la junta militar que gobierna el país aún no se ha pronunciado sobre los hechos.
En los primeros tres meses de este año, al menos 543 civiles murieron en actos de violencia perpetrados en diferentes regiones de Mali, tres veces más que en el trimestre anterior, según la Misión de la ONU en el país africano (MINUSMA). La mayoría de los actos de violencia contra civiles tuvieron lugar en las regiones centrales del país como Bandiagara, donde ha ocurrido este último ataque, así como Mopti, Ségou y Koro.
El Estado maliense, que se encuentra en un proceso transitorio tras dos golpes militares en menos de un año, no controla extensas zonas del país, concretamente las del norte y del centro, donde la administración central está prácticamente ausente mientras aumentan los atentados perpetrados por diferentes grupos yihadistas.
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