El Gobierno alemán ha acordado este jueves limitar las condiciones bajo las que el gigante chino Cosco puede adquirir participaciones del puerto de Hamburgo para que no pueda ejercer "influencia estratégica".
La viceportavoz del Gobierno, Christiane Hoffmann, confirmó que el Consejo de Ministros adoptó este miércoles esta decisión que ya habían adelantado los medios de comunicación y que había estado precedida de una importante polémica.
Cosco no podrá adquirir más que el 24,9% de las acciones de la terminal de contenedores Tollerort, una de las cuatro de este tipo que existen en el puerto, en lugar de un 35% tal y como preveía la empresa estatal china.
Además, tampoco podrá obtener ninguna "participación efectiva" en el control del puerto, subrayó Hoffmann, por ejemplo a través de puestos en el consejo director o en el consejo de administración, ni dispondrá de derecho a veto.
El canciller, Olaf Scholz, es "consciente" de las implicaciones de una decisión así, pero su postura es que "una participación tan reducida no abre posibilidades de influencia estratégica para la empresa", indicó la portavoz.
La semana pasada, los medios alemanes habían informado de que varios ministerios se oponían a la venta a Cosco de una parte de la terminal por razones de seguridad estratégica y los portavoces de Economía y de Asuntos Exteriores confirmaron hoy que habían manifestado "reparos".
Hoffman indicó en este sentido que el debate había sido muy "intensivo" y apuntó a la necesidad de aunar "puntos de vista distintos" en unas circunstancias complejas en las que está cambiando el "entorno estratégico".
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Economía, Beate Baron, manifestó satisfacción con el compromiso alcanzado, ya que según dijo el Gobierno no ha autorizado la operación sino que ha impuesto una "prohibición parcial".
La venta no se ha prohibido por completo ya que la terminal en cuestión no está registrada bajo la categoría de "infraestructura crítica", afirmó, y llamó a distinguir entre dicha terminal y el puerto en su conjunto.
El criterio a la hora de someter a examen la operación es "si hay un peligro para el orden público y la seguridad", pero la prohibición parcial veta, entre otros, que Cosco pueda adquirir derechos extraordinarios que le permitan influir en decisiones estratégicas en el ámbito de los negocios y en cuestiones de personal, ha explicado.
La defensa de la operación por parte de Scholz, que viajará a Pekín a principios de noviembre, ha sido objeto de críticas por parte de los socios menores de la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.
El debate tuvo como trasfondo los esfuerzos de Berlín por independizarse de las importaciones del gas ruso y por asegurar sus infraestructuras tras los presuntos actos de sabotaje contra los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación