El pasado sábado, según informa el diario alemán Der Spiegel, tuvo lugar un ataque xenófobo en uno de los vagones del tren urbano berlinés, conocido como S-Bahn: dos hombres de 32 y 37 años, aparentemente embriagados, comenzaron a increpar a una mujer y sus dos hijos, extranjeros.
"Aquí huele a mierda extranjera", gritaron varias veces, hasta que el más joven desabrochó el botón del pantalón, bajó la cremallera y comenzó a orinar sobre uno de los nños, de tan sólo cinco años. Su hermano, de 15 años, su puso delante para protegerle y terminó también agredido. La Policía Federal detuvo a los autores del ataque racista, que tuvo lugar hacia las 21.45 horas. Ambos son conocidos de las autoridades por hechos similares cometidos anteriormente.
Incendio de los albergues
No es el único suceso de este estilo contra inmigrantes en Alemania. Este martes, según Efe, un edificio vacío, habilitado para dar asilo a refugiados de Europa del Este ha sufrido un incendio en Weissach im Tal, en el suroeste de Alemania. Aunque no se pueden dar conclusiones, la Policía no ha querido descartar un atentado xenófobo, que no sería el primero en la localidad, ya que en 2005 un hogar para refugiados en la misma ciudad fue objeto de un atentado incendiario cuando un neonazi de 17 años arrojó contra el edificio dos cocteles molotov.
En los últimos meses se han multiplicado los ataques contra hogares de refugiados en todo el país
El aumento del número de refugiados representa actualmente un reto difícil para las autoridades alemanas desde el punto de vista logístico y político. El estado federado de Baden-Württenberg cuenta con que durante este año llegarán todavía 100.000 refugiados al país. En los últimos meses se han multiplicado los ataques contra hogares de refugiados en todo el país. Actualmente, uno de los focos de atención está en Heidenau, donde ha habido enfrentamientos entre grupos neonazis y manifestantes de izquierda que se han solidarizado con los refugiados.
El vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, viajará hoy a Heidenau como muestra de solidaridad con los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, lo hará mañana, tras calificar de "repugnante" los incidentes xenófobos, que dejaron además más de 30 policías heridos, y de "vergonzosa" la presencia de familias con niños en marchas organizadas por los ultraderechistas.
Gobierno "indignado"
El ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, ha asegurado este martes en una visita a otro centro en Freidland que el Gobierno está "indignado" por los ataques a centros de refugiados que se han producido en el país en las últimas semanas, unos incidentes que a su juicio no son representativos de la sociedad germana.
"No es la mayoría y no representan a Alemania", ha asegurado, que ha apuntado que desde hace décadas hay un flujo de inmigrantes que se han ido integrando progresivamente en la sociedad alemana. El titular de Interior ha pedido, sin embargo, no "minusvalorar" los delitos contra los centros de acogida, que sumaron más de 200 en los seis primeros meses del año, según sus propias cifras. El presidente alemán, el independiente Joachim Gauck, anunció hoy también que mañana visitará un centro de refugiados en Wilmersdorf, en Berlín.
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