La ultraderecha representa la principal amenaza para la seguridad en Alemania, según reconoció este martes el ministro de Interior, Horst Seehofer, quien constató que los delitos con esa motivación han alcanzado un máximo histórico.
En 2020 se registraron 23.604 delitos de motivación ultraderechista, lo que representa un aumento del 5,65 por ciento con respecto a 2019, resumió Seehofer al presentar el último informe anual que da cuenta de los delitos con motivación política.
Además, más de la mitad de los delitos motivados políticamente corren por cuenta de la ultraderecha mientras que el resto se lo reparten la ultraizquierda, el islamismo e ideologías de origen extranjero. "Con ello los delitos de la ultraderecha alcanzan su nivel máximo desde que se empezaron a llevar las estadísticas. La ultraderecha es la principal amenaza para la seguridad de nuestro país", sentenció Seehofer ante la prensa.
3.365 de los casos registrados
El ministro agregó el dato de que 3.365 de los casos registrados habían sido delitos de violencia. "Hay una huella de sangre que atraviesa Alemania", dijo Seehofer, que aludió al atentado de Hanau (centro de Alemania), en febrero de 2020, en el que nueve personas fueron asesinadas por un ultraderechista.
"Ese fue el tercer atentado ultraderechista en pocos meses después del ataque a la sinagoga de Halle y asesinato de Walter Lübcke", recordó el ministro. En junio de 2019 un neonazi asesinó al político local Lübcke por su defensa de la política de refugiados, un crimen que conmocionó al país.
El 9 de octubre de 2019 otro ultraderechista había intentado irrumpir armado en la sinagoga de Halle (este del país) y, al no conseguirlo, había dado muerte a dos personas en la calle.
Preocupante y vergonzoso
Los delitos antisemitas crecieron en un 15,9 por ciento, lo que, según Seehofer, "no solo es preocupante sino también vergonzoso si se tiene en cuenta la historia de este país". La mayoría de los delitos de carácter antisemita, según agregó el ministro, también proceden de la ultraderecha.
Seehofer señaló que un nuevo foco de extremismo se está dando en las manifestaciones contra las medidas para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
"Los manifestantes hacen uso de su derecho a la protesta pero se están dando coaliciones extrañas que incluyen adeptos a teorías de la conspiración, grupos esotéricos, antivacunas y grupos de extrema derecha", constató.
De las manifestaciones surgen, según Seehofer, con cierta frecuencia ataques a policías y a representantes de medios de comunicación y en ellas se han registrado 300 actos de violencia.
Las autoridades han mostrado especial preocupación ante un grupo autodenominado "Querdenker", que puede traducirse como pensadores transversales, surgido del rechazo a las medidas contra la pandemia y al que se le atribuyen contactos con organizaciones de ultraderecha.
La publicación del informe de 2020 se da justo después de que se conociera la detención de un sospechoso de ser el autor de una serie de amenazas contra diversas personalidades de la política y la cultura en cartas anónimas firmadas con las siglas NSU 2.0.
NSU son las siglas alemanas con las que se conoce el grupo ultraderechista Clandestinidad Nacionalsocialista, ya desmantelado y responsable de una decena de asesinatos en diversos lugares de Alemania.
Inicialmente el caso había sido asociado a la policía de Hesse debido a que el autor de las amenazas había tenido acceso a datos de sus ordenadores. El sospechoso no tiene vínculos con la Policía pero el presidente de la Oficina Federal de lo Criminal (BKA, el servicio alemán de espionaje interno), Holger Munch, dijo hoy que todavía hay que investigar como tuvo acceso a los datos.
El aumento de los delitos de motivación ultraderechista es producto de un proceso de radicalización de varios años, según declaró el experto en extremismo Oliver Decker.
Decker, director de un proyecto de la Universidad de Leipzig que analiza desde 2002 las posturas extremistas en Alemania, sostiene que a partir de 2015 se empezó a observar un aumento de la disposición a la violencia dentro del mundo de la ultraderecha.
"Entre los expertos había desde hace mucho la preocupación de que esa radicalización se tradujera en atentados", reconoció Decker en la presentación del informe.
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